Honor y Deshonor

Como buena Historia de España que es, en las siguientes jornadas habría gloria y honor por parte de muchos, pero también deshonor de otros tantos, en el Derrumbe de la Comandancia General de Melilla hay tanto de lo uno como de lo otro, con el abandono de las posiciones de Talillit, Buimeyan y Annual, el terror solo comenzaba para las columnas de supervivientes que se desplazaban en completo desorden por la ruta Annual – Izumar – Ben Tieb – Dar Drius – Uestia – Batel – Tistutín – Monte Arruit – Zeluán – Nador – Melilla
“El general Silvestre que había marchado a Melilla llegó a esta ciudad dos horas después de que Abarrán se hubiera convertido en una tumba para los españoles. Desconocía el final, su gran preocupación la constituyó la carencia de ametralladoras en ella. Horas después, por un telegrama, conoció su pérdida e inmediatamente regresó a Annual junto a un número de tropa que se pudo reunir en Melilla. Se dice que una vez allí, recibió una comunicación procedente de la tribu tensamaní en la que pedían 4.000 pesetas por cada cadáver de Abarrán. Nada se recuperó”

“En el libro «El desastre de Annual», se puede leer cómo un grupo de ocho o diez mujeres seguidas por chiquillos arrastraban a un soldado herido desde la cuneta en la que había sido abandonado a una zona llana fuera del camino, por el número de la guerrera pertenecía al regimiento Ceriñola, Iban armadas con garrotes y piedras y comenzaron a golpearle con violencia y saña. El soldado intentaba ponerse en pie, pero ya se tambaleaba, se quejaba y sólo le quedaban fuerzas para llevarse las manos a la cabeza totalmente ensangrentada.
Cuando el soldado cayó las mujeres se arrojaron sobre él y empezaron a golpearle en la cara con piedras hasta dejarlo convertido en una masa informe. En otra parte del libro se puede leer cómo seis rifeños enemigos descendían corriendo en dirección a unos heridos. Derribaron a los dos que marchaban en cabeza golpeándolos con las culatas de los fusiles, después les abrieron las braguetas y les cortaron sus partes. Los heridos lanzaban gritos espantosos y enseguida enmudecieron: «Los moros les habían taponado las bocas introduciendo en ellas sus despojos sanguinolentos»
La descripción de los hechos que a continuación les expongo, la haré de forma extremadamente resumida y esquemática, solo destacando aquellos detalles que más han llamado mi atención, sobre el Derrumbe de la Comandancia General de Melilla hay numerosa documentación, entre las fuentes les indico aquella que he podido consultar y que creo son un buen inicio para la investigación y conocimiento que cada uno de los lectores de estos artículos desee emprender desde este momento.
De Annual a Izumar.

Como ya se ha indicado el Desfiladero de Izumar, por sus características de paredes escarpadas y recorrido que forzosamente obligaba a un paso lento por parte de las unidades que por él se desplazaban, fue uno de los puntos de mayor interés para el general, apenas se encontraba a 2 km de Annual por lo que la columna lo alcanzó y supero ese mismo día 22.

Teniente coronel Pérez Ortiz
Con la muerte del general Fernández Silvestre en Annual y la de los coroneles Manella y Morales en el mismo desfiladero, el mando de la columna recayó en el teniente coronel Pérez Ortiz del Regimiento San Fernando.
El puesto estaba ocupado por 250 hombres formada por una sección del Ceriñola, una estación heliográfica un destacamento de artillería con cuatro piezas Saint-Chamond del 7,5 y la 5ª batería de montaña.
Al mando del capitán Joaquín Pérez Valdivia, acompañado temporalmente por el comandante de artillería Jesualdo Martínez Vivas, este segundo al encontrarse circunstancialmente en la posición decidió regresar por su cuenta en solitario a Melilla.
Probablemente por no conocer lo que realmente estaba aconteciendo, sin haber sido atacado y sin esperar a que pasase la retaguardia de la columna, el capitán Pérez Valdivia ordenó destruir el material que no podía llevar, regresando junto con el comandante Martínez Vivas a Ben Tieb, llegando los primeros a Dar Drius.
¿Cuántas vidas se podrían haber salvado de no haberse abandonado dicha posición?
De Izumar a Ben Tieb

El general Fernández Silvestre había dado orden del repliegue de las fuerzas de Annual a Ben Tieb, posición bien abastecida y defendida al mando del capitán Antonio Lobo Ristori, pero a pesar de las órdenes dadas y de las peticiones del capitán el jefe de la columna de supervivientes de Annual e Izumar, la columna continuó hacia Dar Drius.
El capitán una vez superada Ben Tieb por la retaguardia de la columna y a la falta de respuestas a sus peticiones de órdenes a Dar Drius, abandono la posición retirándose y alcanzando la columna sin contratiempos.
¿Se podría haber organizado las unidades supervivientes en dicha posición creando un frente de defensa y apoyo a los numerosos grupos de soldados dispersos que iban saliendo del infierno de Izumar?
De Ben Tieb a Dar Drius
La distancia de Izumar a Dar Drius podría estar en los 20 kms, una distancia infinita para unos hombres vencidos en los físico y en lo moral, a pesar de todo ello durante los días que la columna se mantuvo en dicha posición siguieron llegando grupos solitarios de soldados.

De forma similar al caso de Ben Tieb, Dar Drius también se encontraba en condiciones de soportar el asedio y hacer frente a los hostigamientos del enemigo durante meses, según palabras del teniente coronel Pérez Ortiz.
Hasta la llegada del general Navarro, al mando de Dar Drius se encontraba el teniente coronel Álvarez del Corral, muerte más tarde entre Tisutín y Monte Arruit mientras protegía el flanco derecho de la columna.
El 23 el general ordenó al Alcántara que protegiese los repliegues sobre Dar Drius de las tropas ubicadas en Abbada, Ain Kert, Carrar Midar y Chaif, posteriormente se les ordenaría proteger el convoy de heridos que estaba siendo atacado en su marcha a Uestia próxima al río Igan.

Coronel Francisco Jiménez Arroyo junto al general Berenguer
A pesar de la posición favorable en la que se encontraba el general Navarro tenía intención de continuar hacia Batel dando orden al coronel Francisco Jiménez Arroyo, jefe del Regimiento África 68, que se trasladara allí y esperase su llegada.
El coronel no hizo tal cosa desplazándose a Monte Arruit a la vez que enviaba parte de la tropa a Melilla, por sus acciones fue juzgado, condenado y expulsado del Ejercito. No fue ni mucho menos el único en ser juzgado, siguiendo la tradición militar los actos de numerosos mandos pasaron por el juicio de sus compañeros militares, cada uno con los resultados correspondientes.
Incluyendo al general Navarro, juzgado y, en su caso, absuelto de culpa por los hechos y tristes resultados de estas jornadas, sin olvidar el detallado expediente del general Picasso, expediente que fue olvidado por los acontecimientos políticos que se vivieron en España en las décadas siguientes.
En esos momentos la columna ya sumaba más de 2.500 soldados.
¿Por qué el general Navarro dio orden de abandonar una posición, aparentemente, favorable para su defensa?
De Dar Drius a Uestia
A lo largo de los apenas 3 kms de distancia se produjeron diversos actos de indisciplina de la tropa a la vista de los numerosos cadáveres de los compañeros pertenecientes al convoy de heridos que les precedió y había sido atacado por los rifeños.
El capitán Sainz, de Estado Mayor, y el capitán Blanco, de Artillería, formaron guerrillas para oponerse y defender los flancos de la columna en su avance.
La guarnición de Haman se unió a la columna.
De Uestia a Batel

En su marcha hacia Batel la columna se encuentra cerca del puesto de Dar Azugaj, que en esos momentos ya se encuentra totalmente cercada por las tribus rifeñas. Esta posición al mando del alférez Ruiz Tapiador que sin agua, sin municiones ni posibilidad de recibir ningún socorro, rendiría la posición el día 24 de julio. Las condiciones del enemigo, que como ocurrió en casi la totalidad de los caos, fueron traidora y cobardemente incumplidas por los rifeños.
Cerca de esta posición se producen las heroicas cargas del Alcántara que le harían merecedor de la Cruz Laureada de San Fernando.
El regimiento se divide, ya bastante mermado, dirigiéndose parte hacia Tistutín, Monte Arruit y Zeluán, al mando de los capitanes Fraile y Ballenilla, el resto al mando del teniente coronel Primo de Rivera se incorpora a la columna del general Navarro.
El hostigamiento por parte de los rifeños y de la policía indígena desertora era continuo y la tropa de la columna avanza desordenada.
De Batel a Tistutín
Tistutín al igual que Batel eran posiciones de difícil defensa, encomendada al Regimiento África, cerca se encontraba el fortín de Usuga con una pequeña guarnición al mando del teniente Barceló.
El general Navarro siguiendo órdenes del Alto Comisario, tras una breve parada y defensa dio orden de continuar a Monte Arruit el día 29.

La característica más destacable era por ser la cabecera del ferrocarril a Nador, que había dejado de funcionar el día 23.
“La línea cubierta en varias etapas partiendo de Nador, alcanzó Zeluán en diciembre de 1912, al año siguiente se iniciaron los trabajos de un ramal entre Zeluán y Sidi Sadik, suspendiendo los trabajos el 23 de junio de 1914 . Prolongando en 1914 los 24 kms entre Zeluán y Tistutin bajo la dirección del ingeniero Leonardo Nieva, cubriendo los primeros 9 Km. hasta Monte Arruit en 1915 y Tistutín en 1917. En 1921 se iniciaron las obras de prolongación de la línea entre Tistutín y Río Igan, suspendidas como consecuencia de la revuelta de aquel año por los ataques de Abd-El-Krim la línea resultó dañada, especialmente las estaciones de Nador y Monte Arruit con el material móvil depositado en las mismas. Reanudándose en 1928 mediante una prolongación, de dos kilómetros, hasta Batel punto de máxima penetración de aquel ferrocarril”
En este punto de la narración es lógico que nos hagamos algunas preguntas, la llegada de la columna a Tistutín se produjo el 27, los refuerzos a Melilla el 24, el servicio ferroviario se paralizó el 23, por lo que sabemos la línea se encontraba dañada a la altura de Nador y Monte Arruit.
¿Se podrían haber evacuado parte de la tropa aprovechando la conexión ferroviaria? ¿se podrían haber recibido algún tipo de apoyo por parte de la columna del general Navarro?

En el caso de Monte Arruit los ataques se recibieron tras la llegada de la columna del general Navarro, pero en el caso de Nador el asedio sobre la plaza ya se había iniciado entre el 23 y el 24, lo cual hace suponer que cualquier intento de evacuación por la línea ferroviaria sería imposible desde dicho momento.
De Tistutín a Monte Arruit
Según la columna se aproximaba a Monte Arruit el 29 de julio la presión rifeña se incrementaba sobre ella, repitiéndose las deserciones de las tropas indígenas que se pasaban al enemigo y se sumaban a los ataques sobre los españoles capturando los cañones y ametralladoras de estos.
Se debe subrayar que buena parte de la artillería y ametralladoras se había abandonado en la marcha desde Annual, en numerosas ocasiones siendo arrojadas de encima de las monturas para ser aprovechadas estas por los soldados en su deseo de huida hacia Melilla.
Monte Arruit tenía importantes carencias, como el difícil abastecimiento del agua, unos muros no finalizados y la falta de abastecimiento, armamento y munición. A pesar de todo ello los equipos de ingenieros se pusieron a reparar el muro y reponer las defensas necesarias, la columna había llegado tras 8 días de agotadores días y nulas fuerzas les restaban para continuar el camino hacia Melilla.
En ese momento las fuerzas de Abd el-Krim podrían haberse incrementado hasta los 18.000 combatientes, como respuesta a la llamada a la rapiña y a la sangre española de las tribus indígenas.

Los regimientos de África, Melilla, San Fernando, Ceriñola, Alcántara y resto de unidades heterogéneas disponibles se desplegaron en los diferentes sectores para las defensas del muro que les servía de toda protección.

Teniente coronel Primo de Rivera
En dicho muro sería alcanzado el 30 de julio, junto a otros muchos más defensores, el teniente coronel Primo de Rivera por la metralla de un cañón español en poder rifeño y muy probablemente manejado por soldados españoles prisioneros, destrozándole el brazo derecho que debió serle amputado por parte del capitán médico Teófilo Rebollar Rodríguez sin material sanitario suficiente, incluyendo la anestesia que ya se había terminado, el teniente coronel moriría el 8 de agosto como resultado de la gangrena surgida.

Según el testimonio del teniente coronel Eduardo Pérez Ortiz en su libro “18 Meses de cautiverio” la defensa de Monte Arruit se componía de:
Regimiento San Fernando 670 de tropa
Regimiento Ceriñola 315 de tropa
Regimiento África 210 de tropa
Regimiento Melilla 130 de tropa
Regimiento Alcántara 88 jinetes
Artillería 450 de tropa
Zapadores 350 de tropa
Intendencia 12 de tropa
Jefes y oficiales 110
2.335 a los que se deben sumar civiles, quedando una cifra total más próxima a las 3000 personas, teniendo en cuenta que en la reconquista se contabilizaron 2600 restos humanos a los que se deben acumular tanto los prisioneros como los que consiguieron huir tras la rendición.

Con la prolongación del asedio, la evidencia que no llegaría socorro alguno, la imposibilidad de continuar con el abastecimiento de agua por las numerosas bajas que se producían en cada intento la única salida posible era negociar la rendición de la plaza ya que la defensa heroica que se había realizado hasta el momento era imposible de mantener.
Hay que reseñar que los intentos de abastecimiento de la posición por parte de la incipiente aviación militar resultaron totalmente ineficaces.
Negociación de rendición autorizada por el general Berenguer, Alto Comisario en el Protectorado, en esos momentos ya conociendo la matanza ocurrida en la rendición de Zeluán el 3 de agosto. El general Navarro pactó, el 9 de agosto tras dos días de negociaciones, las condiciones con los cabecillas Ben Chel-lal, Burrahai y Abid lel-Lach, bien sabían estos que, aunque lo soldados españoles cumpliesen lo pactado saliendo desarmados y abandonando todas sus armas dentro del recinto lo acordado no se cumpliría, como así fue sin dejar de salir al último de los defensores los atacantes rifeños se lanzaron sobre los hombres desarmados con el único fin de robar y asesinar sin piedad alguna.

Los que no fueron asesinados se mantuvieron en cautividad a la espera de alcanzar un mayor precio posible por sus vidas, 326 prisioneros y 43 mujeres y niños fueron intercambiados por 224 rebeldes cautivos en Ceuta, Melilla, Tetuán y Larache, más la cifra de 4000000 de pesetas. Muchos no corrieron esa suerte muriendo en cautiverio en unas condiciones infrahumanas o directamente fueron asesinados por el simple hecho de que alguien quisiera el reloj que llevaba.

Aunque ese fue el triste final del Derrumbe de la Comandancia General de Melilla, no podemos cerrar este relato sin recordar que había más de 100 posiciones aisladas cuyos combatientes sufrieron un final igual o muy similar a los de los combatientes del Monte Arruit.
Deserción masiva, salvo contadas excepciones, de las tropas indígenas.
Ataque por unas fuerzas muy superiores, a las que se sumaban las propias tropas desertoras.
Aislamiento sin posibilidad de socorro.
Falta de agua y alimentos.
Falta de armamento y munición.
Rendición pactada, posterior incumplimiento de lo acordado.
Masacre mayoritaria de los prisioneros, salvo pocas excepciones que lograron huir.
‘Se dice’ que Monte Arruit fue el precio sacrificado a cambio de Melilla, no se sabe a ciencia cierta ya que también se barajan otras posibilidades:

Abd el-Krim consideró que las matanzas que se producirían en una ciudad europea serían ‘una mala prensa para su causa’.
La falta de control de unas fuerzas indisciplinadas como las que mandaban hartas del robo y del asesinato, ya deseaban volver con sus trofeos a sus lugares de origen.
Actuaciones como las de Abd el-Kader de la kabila de Beni Sicar asentada en los alrededores de Melilla y leal a España dificultó el asalto de las tribus rebeldes sobre la ciudad.
Antes de terminar debemos destacar los casos de Zeluán y Nador, como ejemplos más ‘significativos.
En Zeluán inicialmente había una fuerza reducida compuesta de 6 oficiales y 58 de tropa, que se incrementó con la llegada el 23 de los restos del Alcántara con 54 soldados al mando de los capitanes Fraile y Ballenilla, contino la llegada de unidades desperdigadas y desorganizadas hasta alcanzar la cifra de 38 oficiales y 444 soldados, no todos ellos útiles para el servicio:
20 policías indígenas fueron encerrados por falta de confianza.
100 (de un total de 140) soldados de Caballería de Regulares desertaron el día 24 disparando contra los defensores.
El resto de los regulares fueron enviados a Melilla por no ser de fiar.
En Zeluán se encontraba el aeródromo que fue defendido por la sección del alférez Maroto y Pérez del Pulgar, corriendo la misma suerte que el resto de los defensores de Zeluán al mando del capitán Carrasco.

El 3 de agosto se acordó la rendición dejándoles marchar hacia Melilla, pero posteriormente fueron masacrados por la caballería enemiga incumpliendo el pacto bajo al excusa que se había destruido el armamento antes de su salida.
Hechos similares se repetirían en la defensa de Nador a tan solo 14 kilómetros de Melilla, al inicio de las revueltas del 23 contaba con un total de 178 hombres, incluyendo en esta cifra el teniente coronel Francisco Pardo Agudín, al mando de la Brigada Disciplinaria, 2 comandantes, 2 capitanes y 9 tenientes. También, incluían a un destacamento de policía indígena que como ya hemos venido relatando, y con el mejor de los juicios, no contaron con ellos.
Ese mismo día tanto heridos como civiles fueron evacuados a Melilla, mucho de ellos procedentes se Segangan y San Juan de las Minas.
A estas unidades heterogéneas al mando del teniente coronel se les unieron las fuerzas de Infantería de Regulares del comandante Llamas que como sabemos en la salida de Annual buscó caminos alternativos al Desfiladero de Izumar en su recorrido hacia Dar Drius, por temor a las deserciones entre las tropas de regulares indígenas.

Los temores del comandante Llamas se cumplieron, las tropas indígenas se marcharon a sus casas para nunca volver, a excepción del comportamiento ejemplar de Mohammed bel-Hassen, herido en un brazo, y dos cabos moros.
Ante el escenario que se presentaba el teniente coronel ordenó destruir el armamento que no podía emplear, y atrincherarse en la Iglesia y en la Fábrica de Harina, los primeros pronto fueron reducidos y hechos presos.
El resto hasta el 2 de agosto pudo soportar los violentos ataques, la falta de víveres, de agua, de material sanitario y la desesperación de un socorro que nunca llegaría. Salvo el intento de llegar a Nador por parte del Tercio de Extranjeros, llegado a Melilla desde Ceuta el pasado 24 de julio, pero las condiciones impuestas por el mando de Melilla fueron excesivas. Con seguridad por el alto riesgo de un previsible ataque rifeño sobre esta capital española, solo se autorizaba una columna con ‘pocos’ efectivos y guiados por moros, no pudiéndose llevar a cabo por negarse estos segundos.
El teniente coronel por propia iniciativa decidió iniciar las negociaciones de la rendición de la plaza, para ello asignó al comandante Juan Almeida Vizcarrondo que cerro las siguientes condiciones con un jefe de la harka denominado Mizián:
Entrega de los 150 fusiles (70 fueron inutilizados).
Entrega de los 3000 cartuchos disponibles.
A diferencia del resto de los casos, en esta ocasión el acuerdo se respetó y pudieron evacuarse junto con los heridos a Melilla, atrás dejaron a 10 defensores muertos.

Mucho más se puede escribir de todo lo ocurrido en aquellas jornadas, podemos escribir páginas y páginas sobre lo ocurrido en Dar Quebdani, Kandussi, Segangan, Sidi Abdalah, Zaio …,en todos ellos se produjeron situaciones muy similares donde se fusionaron el ‘honor y deshonor’ por partes iguales, las escenas se repiten y lo que cambian son los nombres de los protagonistas como fue el caso del teniente Luis López García Barzanallana destinado en Hassi Berkan, que cumpliendo órdenes del capitán Casado tomó el mando de la tropa indígena (1 sargento, 1 cabo y 8 policías) que defendía el puesto de Harns Ziacha.
Lo de ‘defender’ es solo en sentido figurado, el mismo 23 al primer contacto con los rebeldes rifeños, la policía indígena deserto tomando como prisionero al propio teniente, que con ayuda de su ordenanza indígena pudo escapar de su cautiverio alcanzando Sidi-Maruf ya en zona francesa.
¡Lastima de no tener los medios de Hollywood! ¿Cuántas películas se podrían hacer con solo lo ocurrido en un día en uno cualquiera de estos puestos?

Vicente Medina Prados
Fuentes:
Historia de las Guerras de España en Marruecos. Coronel González Andradas, Rogelio
En torno a Annual. Albi de la Cuesta, Julio
El Faro de Ceuta
Los Nombres del Desastre de Annual
Ferrocarriles de España