Salvador Fidalgo Lopegarcia fue un catalán nacido en la Seo de Urgel, una pequeña población situada a los pies de los Pirineos, en la actual provincia de Lérida. Su padre, Pablo Fidalgo Enríquez, era Teniente del Rey y comandante militar de la Seo de Urgel, una población que aunque pequeña tenía importancia debido a su situación estratégica en la entrada de uno de los caminos que se adentraban en Andorra y comunicaban con Francia. O sea, era una posible vía de invasión.
No fue un nacimiento accidental, fruto de la azarosa vida de un militar. Salvador tuvo otro hermano que también sirvió en la marina y también nació en Cataluña. Fue padrino de su bautismo el presbítero Bartomeu Paredas. Era una familia enraizada en su localidad.
No se conoce con certeza, pero probablemente con 14 años de edad fue enviado al Real Colegio de Guardiamarinas de Cádiz, donde se graduó en 1775, con el rango de alférez de fragata. Hoy en día, nuestros jóvenes a esta edad apenas piensan más que en el fin de semana y la próxima fiesta. Aquellos eran otros tiempos.
Cuando salió de la escuela, Vicente Tofiño lo eligió para que participara en el equipo de cartógrafos que estaban confeccionando el primer atlas de los puertos de España. Durante diez años estuvo trabajando en tareas administrativas, que compaginó con diversas acciones contra portugueses y británicos en el Mediterráneo. En 1778 ascendió a teniente de navío y se le asignó a la estación naval de San Blas, en la costa del Océano Pacifico del actual Méjico. En suma, en la otra parte del mundo. Nunca más regreso a la Península.
Había llegado en el momento apropiado. Desde 1774, España estaba enviando expediciones al norte de California, para refirmar su soberanía sobre aquellos remotos parajes. Habían rumores sobre la llegada de comerciantes rusos que deseaban hacerse con el comercio de las pieles. Se organizaron varias expediciones —Pérez Hernández (1774), Heceta y de la Bodega y Quadra (1775), Arteaga y de la Bodega y Quadra (1779) y Martínez y López de Haro (1788)—, pero fue solo en 1788 que se encontraron a unos comerciantes rusos. Las alarmas saltaron, porque se creyó que tenían la intención de establecerse en el Nootka Sound (una abrigada bahía en la isla de Nutka, una pequeña isla costera de la costa occidental de la isla de Vancouver).
Desde Nueva España se envió a Martínez y Haro en 1789 para fundar San Lorenzo de Nootka, que sería el más alejado de Nueva España. Para consolidar la posición en 1790, Fidalgo recibió la orden de dirigirse al recién fundado establecimiento. Llegó hasta el Puerto Valdez, en la actual Alaska, donde celebro una ceremonia de re-afirmación de la soberanía española. Siguió hacia el norte hasta encontrar el establecimiento ruso situado en la isla Kodiak, donde consiguió que los intrusos reconocieran la soberanía de España. Siguió hacia el norte hasta Anchorage y regresó a San Blas el 15 de noviembre de 1790.
La expedición había sido un éxito y dos años más tarde, Salvador Fidalgo fue asignado a establecer un puesto español en bahía Neah, en el actual estado de Washington. Como se encontraban en negociación los límites entre España y Gran Bretaña, la idea era preparar otro asentamiento más al sur para el caso de que Nootka debiera ser cedido a los británicos.
Todo se desarrolló según los planes y en otoño de 1792, el puesto estaba ya establecido. Entonces ocurrió un incidente con los indígenas locales, los “makah”. Hasta aquel momento las relaciones habían sido amistosas, pero el piloto Antonio Serantes, fue asesinado y en represalia, Fidalgo ordenó atacar a unas canoas de los makah, causando varios muertos.
Esta acción le valió a Fidalgo una reprensión oficial por parte de sus superiores.
Detengámonos un momento y analicemos. Debido a la muerte del segundo de a bordo de Fidalgo, este ordena una acción en la que mueren menos de 10 indigenas. Fidalgo es oficialmente reprendido.
Cien años más tarde, en 1890, el séptimo de caballería mató a mas de 300 indígenas lakotas, de los cuales más de 200 eran mujeres y niños, en Wounded Knee (Dakota del Sur en EEUU). Por sus acciones ese día, los veinte miembros del regimiento que mataron a más personas fueron galardonados con la Medalla de Honor.
Se dice que todas las comparaciones son odiosas, pero parece evidente que el comportamiento de España era mucho más civilizado que el de EEUU nada menos que cien años mas tarde.
Manuel de Francisco Fabre
https://es.wikipedia.org/wiki/Salvador_Fidalgo