SANTOS ESPAÑOLES: SAN JOSÉ DE CALASANZ

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San José de Calasanz

Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a san José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños
Concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
(Oración a san José de Calasanz).

San José de Calasanz

EL PERSONAJE
José de Calasanz Gastón nació en Peralta de la Sal el 11 de septiembre de 1557. Hijo de Pedro de Calasanz, alcalde del pueblo, y de María Gastón, maestra, fue el último de ocho hermanos.
Con once años, José dejó su pueblo y marchó a estudiar a la villa próxima de Estadilla. Realizó sus estudios humanísticos en el colegio de los padres Trinitarios y a los 14 manifestó la decisión de hacerse sacerdote.
La llamada del hombre está primero en Dios: en su mente y en la elección que Dios mismo realiza y que el hombre tiene que leer en su propio corazón (San Juan Pablo II).
Cursó filosofía y derecho canónico en la Universidad de Lérida (1571-1576) y teología en la Universidad de Valencia (1578-1579) y en la de Alcalá de Henares. En 1581, fue nombrado, junto a Pedro Gervás de las Eras, visitador del oficialato de Tremp.


Entre las anécdotas más sabrosas suelen repetir todos los biógrafos la siguiente: yendo un día por aquellos parajes pirenaicos, se encontró con un pobre hombre cuyo asno, sobrecargado, se había metido en un barrizal y no había manera de sacarlo, ni con gritos, ni con palos, ni con blasfemias. José detuvo su caballería y mandó al criado que le acompañaba que ayudara al desesperado arriero. Pero fue inútil. Entre los dos no lograban librar a la bestia del atolladero. Se apeó Calasanz, se quitó la sotana, echó ramas sobre el barro, se metió bajo la panza del animal y levantándolo sobre sus espaldas lo llevó hasta tierra firme. El aldeano quedó pasmado, naturalmente. El curita le hizo comprender con cierta soma que con blasfemias no se saca a los burros de los barrizales. Y cada cual siguió su camino.

Otra anécdota sobre su fuerza extraordinaria: vio en cierta ocasión a unos marineros que con todas sus fuerzas tiraban de una maroma para sacar una barca a la playa, sin conseguirlo; se acercó él, y sin ayuda de nadie tiró de la maroma hasta colocar la barca en la arena. Seguramente no ocurrió en el mar, sino en el río Noguera Pallaresa, por el que era frecuente arrastrar troncos de árboles en almadías. O tal vez ocurriera en ese mismo río, cuyo puente de entrada a Tremp estaba derruido en 1589, y para suplirlo había una barca o balsa tirada por una maroma desde la orilla. (www.escolapios21.org)


ROMA
José fue ordenado sacerdote en 1583, a la edad de 26 años.
Determinó abandonar sus pretensiones y darse de todo corazón a Dios (Francisco Motes).
Aconsejado por Andrés Capilla, obispo de Urgel, Calasanz viajó a Roma en 1591, donde trabajó como preceptor de la familia Colonna. Llegó a la ciudad Eterna Roma como procurador de la diócesis de Urgel ante la Santa Sede, con ánimo de conseguir una canonjía y volverse pronto a España, aunque sus motivaciones cambiarían muy pronto.

Palacio Colonna

Durante los diez años de su permanencia en el palacio Colonna, se unió con frecuencia a sus actos de piedad y asimiló de tal modo su espiritualidad que, como declaró un testigo en el proceso de beatificación, fue allí donde “concibió el espíritu de la perfección evangélica por intercesión del Seráfico Padre San Francisco, de quien fue devotísimo (Historia hispánica).


José se integró en una cofradía dedicada a ayudar a los enfermos y comenzó a recorrer Roma, impactado al ver tantos niños sin escuela por falta de medios económicos y comenzó a idear la creación de una escuela gratuita abierta a todos los niños, especialmente a los más necesitados.
El cofrade limosnero recorrió todos los barrios de Roma, subiendo y bajando las siete colinas en busca de la pobreza y la miseria. Y la encontró en abundancia. Pero no solamente era miseria material, pobreza que laceraba los cuerpos, sino también miseria moral, ignorancia del mínimo indispensable de conocimientos religiosos (www.escolapios21.org).
A pesar del rechazo inicial de las autoridades eclesiásticas, Calasanz pidió una vieja sacristía en una parroquia del humilde barrio del Trastévere el más pobre de Roma, y así, en la parroquia de Santa Dorotea, comenzó en 1597 la primera escuela gratuita de Europa, con un nombre muy conocido posteriormente: «Escuelas Pías».

Parroquia santa Dorotea.

Fundó en el otoño de 1597, junto a la iglesia de Santa Dorotea, “la primera escuela pública, popular, gratuita de Europa” (Ludovico Von Pastor).
Los alumnos, pocos en un principio, no contaban con recursos siquiera para comprar el material escolar, así que Calasanz utilizó el dinero que recibió de su trabajo con el cardenal Colonna.
Ni siquiera sabían las oraciones más simples de un cristiano: el padrenuestro, el avemaría, el credo. Ni tampoco habían aprendido a leer, escribir, contar
¿Por qué, pues, tantos niños en la ignorancia? La respuesta se la daban repetidamente los padres: eran demasiado pobres y no podían pagar a los maestros de las escuelas de barrio
(www.escolapios21.org).
José acudió a los maestros asalariados de las escuelas de barrio, rogándoles su admisión a los niños pobres. La respuesta no fue muy positiva:
(Los maestros) no tenían gratis a más de seis u ocho cada uno, excusándose en que el Senado y pueblo romano (S.P.Q.R.) no daba paga para tener a mayor número (Berro)
Con la ayuda de otros profesores jóvenes a los que contagió su entusiasmo, José dedicó desde aquel momento toda su vida a una misma idea: abrir las puertas de las escuelas a todos, a los que se enseñaba a leer, escribir, contar e incluso latines, junto con la doctrina cristiana

Desde este momento, el tiempo, el talento y los dineros de Calasanz fueron para sus niños, principalmente para los pobres. Ni pretensiones personales, ni vuelta a su patria. De tal manera que cuando poco después le comunicaron desde la Embajada de España, que Felipe III le ofrecía la pingüe canonjía de la Seo zaragozana, respondió agradecido:

“He encontrado mejor modo de servir a Dios, ayudando a estos pobres muchachos. No lo dejaré por nada del mundo”. (Historia hispánica).

LAS ESCUELAS PÍAS

Palacio Torres

Después de la escuela de Santa Dorotea en el Trastévere , José y el resto de maestros cruzaron el Tíber en 1600 y se establecieron en el centro de Roma. En 1612 el proyecto de Calasanz era ya colegio completo y tenía su sede en el palacio Torres, comprado por él mismo, junto a la plaza Navona.
La escolarización se iniciaba a partir de los seis años de edad, y se pasaba sucesivamente por nueve clases: en la novena los niños iniciaban la lectura y en la octava se enseñaba a leer de corrido. Las clases duraban dos horas y media por la mañana y otras tantas por la tarde. Cada cuatro meses se hacía un examen general en todas las escuelas. Si la evaluación era positiva, el alumno era admitido en la clase superior. Los maestros debían llevar tres libros de registro (matrícula, asistencia y calificaciones) y terminadas las clases acompañaban a sus alumnos hasta sus casas. Los alumnos aprendían a leer indistintamente en latín y en lengua vernácula.

San Juan Leonardi

La dirección era de José y los cooperadores, maestros seglares. Comprendiendo la finitud de sus fuerzas y el infinito del trabajo, en 1614 buscó una congregación religiosa que aceptase el trabajo de la escuela como fin de su apostolado, encontrando la solución en la joven Congregación de la Madre de Dios, llamada también Congregación Luquesa, fundada por san Juan Leonardi.
Tras fundar en agosto de 1616, a petición del Papa, un nuevo colegio en Frascati, el experimento no funcionó por diversas causas y el 6 de marzo de 1617 firmó Pablo V la bula fundacional Ad ea per quae .
Aparecía así en la Iglesia la nueva Congregación Paulina de los Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías.

La bula define con precisión el objetivo de la nueva fundación: educación de los niños y jóvenes, principalmente pobres (Historia hispánica).

Beato Pedro Casani

Nombrado general vistió Calasanz el hábito religioso de manos del cardenal Benito Giustiniani y momentos después se lo vistió él a catorce compañeros, entre los que se hallaba el hoy beato Pedro Casani. Desde ese día se firmó siempre José de la Madre de Dios.

La Virgen Santísima será la madre de sus escuelas y de sus alumnos. Y cuando arrecie la tormenta, repetirá que la barca no se puede hundir, porque no ha sido él sino María quien ha fundado el Instituto. (www.escolapios21.org).

Surgieron enseguida nuevos colegios, dentro y fuera de Roma. En el de Narni, redactó las Constituciones de la Congregación (1620-1621), que fueron aprobadas por Gregorio XV en 1922, aunque antes el mismo Pontífice elevó la Congregación Paulina a la máxima categoría de orden religiosa, llamándose en adelante Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías.

Resulta difícil resumir el contenido, novedoso y a veces revolucionario, del pensamiento pedagógico de Calasanz. Aunque no escribió tratados pedagógicos sistemáticos, a través de sus Constituciones, del Comentario a esas Constituciones, de los reglamentos que preparó para organizar la marcha de los colegios, de los memoriales enviados a la Santa Sede, cardenales y hombres de gobierno, y de manera especial a través de sus más de cinco mil cartas conocidas, cargadas de iniciativas y consejos prácticos, se puede saber con toda certeza cuáles fueron sus ideas y los fines de su fundación. Buscaba la felicidad del hombre, educándole desde “su más tierna infancia”, y la reforma de la sociedad, partiendo de la escuela. (www.escolapios21.org).

UN HUMANISTA
En una época en que los estudios humanísticos dominaban la cultura de la época, Calasanz percibió la importancia de las matemáticas y la ciencia. Entre sus amistades se contaban gente de la talla de Galileo Galilei , con quien compartió y defendió su controvertida visión del cosmos, o Tommaso Campanella. Hombres de la Contrarreforma, sufrieron la incomprensión:
La crisis empezó a generarse en 1636 con el llamado caso de los clérigos operarios, y se recrudeció a partir de 1642.

Urbano VIII,

El viernes 8 de agosto, a instigación de monseñor Albizzi y por orden de Urbano VIII, fue llevado preso al Santo Oficio. Horas después, volvió libre de culpa en la carroza del cardenal Cesarini. Pero las hostilidades habían rozado intereses muy delicados en las altas esferas y ya no cesaron.(Historia Hispánica).
El 16 de enero de 1643 se destituyó a Calasanz de su cargo de general de la Orden, iniciándose un movimiento cuyo último fin era terminar con las Escuelas Pías. En 1646 firmaba el papa Inocencio X el breve definitivo: todos los religiosos podían pasar a otras órdenes, se prohibía admitir novicios y los superiores fueron destituidos de todas sus funciones.

El Señor nos lo dio, el Señor nos lo quitó. Como plugo al Señor así se ha hecho. Bendito sea su nombre(…) Dejemos obrar a Dios, que todo volverá a ser más perfecto y hermoso que antes (José de Calasanz).

Última comunión.

Comenzaron entonces a conocerle como el Santo Viejo. Rondaba los noventa años, cincuenta y uno gastados en la escuela. El 2 de agosto de 1648, sin fuerzas físicas, recibió rodeado de alumnos, la última comunión pública. Francisco de Goya inmortalizó la escena con sus pinceles.
Al amanecer del 25 de agosto falleció. Cuando bajaron el cadáver a la iglesia, un niño que rezaba sus primeras oraciones antes de pasar al colegio, reconoció al padre José y salió gritando por las calles:

¡El Santo! ¡El Santo! ¡Ha muerto el Santo!

La Iglesia tardó más en reconocerlo. Lo beatificó Benedicto XIV el 7 de agosto de 1748 y fue canonizado por Clemente XIII el 16 de julio de 1767. Pío XII le proclamó el 13 de agosto de 1948 “Patrono de todas las escuelas populares cristianas del mundo”.
En 1949, el Congreso de Argentina aprobó la ley 13.633 que declara “a San José de Calasanz protector de todas las escuelas públicas argentinas, tanto primarias como secundarias, y las privadas incorporadas a las mismas”.

San Juan Pablo II

En 1997, con motivo de la conmemoración del IV centenario de la apertura en el Trastévere romano de la primera escuela pública, popular y gratuita, el papa Juan Pablo II dejó escrito lo siguiente:
José de Calasanz, sabio intérprete de los signos de su tiempo, consideró la educación, dada con método breve, sencillo y eficaz, garantía de éxito en la vida de los alumnos y fermento de renovación social y eclesial.

Ricardo Aller Hernández

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1 thought on “SANTOS ESPAÑOLES: SAN JOSÉ DE CALASANZ”

  1. Que hermoso articulo! Gracias y felicitaciones!..
    Decimos michas veces que España fundo escuelas y universidades en America y asi fue… por manos de la Iglesia!!!.. y san Jose de Calasanz es otro ejemplo de ello: las escuelS eran publicas no porque las pagase el erario público sino porque iban niños del pueblo… las escuelas fundadas por su mano, eran eclesiasticas: fue la Iglesia (y no el estado) quien velo por la educación

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