Fundación de Morelia en Méjico (18 de mayo de 1541)

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La historia de la creación del imperio español en América, está plagada de hechos poco conocidos y muy a menudo mal interpretados. Un aspecto que pocos europeos saben es el enorme número de ciudades monumentales que se construyeron bajo la gestión española. Un ejemplo es Morelia.

La historia de esta bellísima ciudad es una más de las muchas que se dieron en el territorio del actual Méjico. De origen en la cultura prehispánica “teotihuacana”, sufrió una regresión de la que se recupero  en la segunda mitad del siglo XV con la cultura “matlatzincas”, pero no dejaba de ser un pequeño poblado cuando llegaron los primeros españoles.En este caso fue Cristóbal de Olid quien  pasó por el lugar en 1522 cuando fue a sostener una entrevista pacífica con un gobernante “purépecha”. Entre 1530 y 1531 los franciscanos Antonio de Lisboa y Juan de San Miguel construyeron una capilla dedicada a San Francisco de Asís y diversos pequeños edificios auxiliares, a fin de facilitar la evangelización de los naturales del lugar. En 1537 la reina Juana I de Castilla envió una real cédula para ordenar el establecimiento de una ciudad española en Michoacán que debería llevar por nombre “Valladolid”. Sin embargo  el 18 de mayo de 1541, Alonso de Toledo, Juan de Alvarado el Viejo, Juan de Villaseñor y Luis de León Romano, redactaron el documento de fundación bajo el nombre de «Ciudad de Mechuacán» y no “Valladolid”, como había sido ordenado por al reina

Ello provocó graves problemas administrativos y hubieron largos litigios ya que existía  la ciudad de Pátzcuaro, que entonces era capital de la provincia y también ostentaba el título de “Ciudad de Mechuacán”. Finalmente en 1545 se le cambió el nombre a Valladolid y se le concedió el título de ciudad. Transcurrieron plácidamente unos cientos de años, hasta que en 1828 se volvió a cambiar el nombre a la ciudad por Morelia en honor de José María Morelos, originario de la ciudad y héroe de la independencia mejicana.

Dejando de lado la historia oficial de la ciudad, lo que queremos destacar es que no era más que una ciudad mediana, situada en una área donde no habían riquezas mineras ni de ningún otro estilo. Ahí solo había una actividad económica fruto de la agricultura y el comercio. Sin embargo hoy se contabilizan más de 1113 edificios singulares y de ellos 260 fueron señalados como relevantes. ¿Estamos hablando de edificios religiosos? En modo alguno. Hay de todo, desde acueductos hasta construcciones civiles de apoyo a la enseñanza y al comercio. El 12 de diciembre de 1991, la UNESCO inscribió a Morelia en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Entre los muchos monumentos de la ciudad se encuentra, el Acueducto. Esta pieza arquitectónica data de finales del siglo XVIII y destaca por su calidad constructiva, diseño y apreciación estética y artística. Estuvo en funcionamiento hasta 1910. Tiene una longitud cerca de 1700 metros y cuenta con 253 arcos que alcanzan una altura de casi 8 metros en su parte más elevada.

La leyenda negra contra España, nos describe siempre como una horda de barbaros conquistadores con el único interés puesto en esquilmar a los pueblos conquistados. Este estereotipo no cuadra mucho con la realidad de una ciudad de casi un millón de habitantes, inscrita en la lista de la UNESCO debido a su patrimonio cultural y situada en un punto de Méjico no especialmente dotado por la naturaleza por sus riquezas mineras.

Es una prueba más de la falsedad de los argumentos contra España en su actuación en América. Pocas ciudades en la Península Ibérica tienen una riqueza cultural comparable a la de esta poco conocida ciudad mejicana. Desde luego, la cultura anglosajona, no ha sido capaz de producir nada parecido en todo el territorio del Norte americano.

Manuel de Francisco Fabre

https://es.wikipedia.org/wiki/Morelia

https://morelianas.com/morelia/

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