Carta a la Alcaldesa de Alcorcón

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La Alcaldesa de Alcorcón declaró su oposiciòn a que el nuevo centro docente de Primaria y Secundaria de la población tuviese por nombre Isabel la Católica, por considerar que no se correspondía a los tiempos actuales. Ante tal despropósito, por parte del Presidente de Enraizados, José Castro Velarde, se le remtió la carta que reproducimos, junto con el libro «Isabel la Cruzada» de W.T.Walsh, editado por la Asociación.

Madrid, 11 de julio de 2019

Estimada Señora Natalia de Andrés, alcaldesa de Alcorcón:

Permítame presentarme, mi nombre es José Castro Velarde y soy presidente de la Asociación Civil “Enraizados en Cristo y en la Sociedad”. Nuestra asociación trabaja desde 2012 por la mejora del bien común nacional y mundial desde una perspectiva cristiana de la sociedad.

Sinceramente, lamento verme obligado a remitirle estas letras, pero sus palabras y el sentimiento que han provocado me impulsan a ello. El considerar que el nombre de Isabel I de Castilla, es decir, Isabel la Católica, es un «poquito desfasado» para un colegio puede merecer de muchísimas réplicas en contradicción a tal impropia consideración.

La primera de ellas quizás sea el llamativo y profundo desconocimiento de quién fue Isabel la Católica; la segunda la trascendencia histórica de su reinado; la tercera, el alcance de su personalidad como mujer y como madre, y, por último, el profundo sentimiento espiritual que acompañó, desde su infancia, todos actos de su vida, como hija, como esposa, como madre, como reina y como gobernadora. Reina de unos súbditos que nunca fueron siervos, sino detentadores de los «derechos de gentes», es decir, en términos actuales, «derechos humanos». La razón de esto último se halla en que, para Isabel, todos los seres humanos, sin consideración a raza o condición social, llevaban inherentes los derechos a la vida, a la propiedad y a la libertad. Tres conceptos que no es difícil identificar con los derechos contemporáneos; siempre y cuando se hallen dentro del personal envoltorio cultural, naturalmente.

Siguiendo con el expresado impulso, surgido de sus palabras, recordar a un ilustre hombre de nuestras letras, Francisco de Quevedo, no resulta improcedente, sino todo lo contrario: «El que pasa tiempo arrepintiéndose del pasado pierde el presente y arriesga el futuro». Y considerar el nombre, la persona y el tiempo de Isabel de Castilla impropio para un colegio español de enseñanza, es ajustado a un desconocimiento del pasado, un desaprovechamiento del presente y de un lanzamiento al albur del futuro. En contraposición, darle tal título al centro docente, puede ser un buen incentivo a fin de que los alumnos, y usted misma, sientan una sana curiosidad por conocer a la persona y al personaje que daría nombre a su colegio. No me cabe duda alguna que, de tal curiosidad, surgiría un inmenso agrado y reconocimiento hacia la persona que, entre otras muchas virtudes, fue capaz de regular el que todos los hombres, absolutamente todos, merecían de idéntica consideración y respeto.

Dentro del espíritu de todo lo anterior, me permito acompañar un ejemplar de “Isabel la Cruzada”, de W.T.Walsh, editado por nuestra Asociación. Tanto puede considerarlo un texto para lectura personal como para la actividad escolar. En ambos sentidos, no cabe duda de que será beneficioso para el conocimiento más profundo de Isabel la Católica, una mujer que logró la unificación de nuestra nación; cuyos esfuerzos, en este aspecto, pueden servir de ejemplo para evitar la fragmentación que está soportando en la actualidad.

Todo cuanto antecede no es sino expresión práctica de lo que establecen los Estatutos de nuestra Asociación, Enraizados en Cristo y en la Sociedad, es decir, participar activamente en la mejora del bien común, desde una perspectiva cristiana, con la defensa de los valores, tradiciones e historia de España, frente aquellos eventos, acontecimientos o conductas que los contradigan.

En la absoluta confianza de que alcanzará a entender el positivo sentido de estas letras, le deseamos los mejores éxitos en su misión como alcaldesa, correspondiendo cumplidamente a la confianza recibida de sus conciudadanos alcorconeros, y dirigiendo, en tal sentido, nuestras oraciones a la intercesión de la patrona, Nuestra Señora de los Remedios.

Con nuestros cordiales saludos,

 José Castro Velarde

Presidente de Enraizados


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