Gaspar de Portola descubre la bahía de San Francisco (2 de noviembre de 1769)

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Hoy quisiera romper uno de los mitos que actualmente los separatistas de mi tierra catalana, intentan inculcar en las escuelas. Según los libros de texto vigentes por aquí, Cataluña no tuvo nada que ver con la Epopeya Americana, y que las gestas de conquista y colonización solo implicaron a hambrientos castellanos y extremeños. Utilicemos el ejemplo de Gaspar de Portola Rovira para poner un poco de cordura y razón en la locura actual.

Gaspar nació en 1717 o 1718, no se sabe con certeza la fecha ya que se perdió su partida de nacimiento. Lo que sí se sabe es que el evento aconteció en la provincia de Lérida, en el seno de una familia noble de larga tradición. Su padre había apoyado activamente a la causa del archiduque Carlos de Austria contra Felipe V, al extremo que se tuvo que refugiar en el convento de Sant Cugat del Valles, donde era prior el tío de su mujer.

Ello no fue obstáculo para que el joven Gaspar medrara en el ejército de Felipe V. Con 17 años ingresó como alférez en los Regimientos de Dragones de Villaviciosa y después de diversas vicisitudes pasó al regimiento de Dragones y Granaderos de Numancia con el grado de capitán a los 26 años. En 1764, dicho regimiento fue enviado al virreinato de la Nueva España (Méjico), donde empezaron las aventuras de las que queríamos hablar.

Llegó a Nueva España en 1764 y su primera misión importante fue la de pacificar la provincia de Sonora. Sin embargo en 1767, su labor se interrumpió al ser llamado para organizar la expulsión de los jesuitas de la provincia de California (la actual península de California en Mejico) y organizar la substitución de estos por los franciscanos.

Se le nombró gobernador de  California, cargo que implicaba muchos dolores de cabeza y pocas satisfacciones. La capital, Loreto, estaba, como hoy en día, en media de una zona semidesértica. Hoy es un centro turístico, pero en el siglo XVIII, dependía de los envíos de grano de Nueva España. Portola, tuvo que reorganizar la logística que habían dejado los jesuitas y lo hizo con éxito.

En esta época había en España cierta inquietud por las noticias que llegaban del Pacifico norte. Se recibían informes sobre la llegada de comerciantes y exploradores rusos en la actual Canadá y por otro lado la presión inglesa sobre las posesiones centrales, preocuparon a Carlos III, que ordenó de forma general, adentrarse en el norte del actual Méjico. Se sabía que eran tierras semidesérticas e inhóspitas donde poco había que ganar y mucho que perder, sin embargo una Orden Real no se desobedecía. En 1768, José de Gálvez y Gallardo, visitador de Nueva España, designó a Gaspar de Portola, para la organización de una expedición de colonización de la bahía de Monterrey.

La bahía de Monterrey había sido visitada por Sebastián Vizcaíno, nada menos que 167 años atrás. La tecnología para medir longitudes y latitudes, había evolucionado mucho desde que Vizcaíno calculó su posición en el mapa y Portola era consciente de ello. En todo caso se sabía que había alrededor de 2000 km de distancia entre Loreto y Monterrey, que había que transportar los víveres y materiales no solo para ver, tomar datos y volver, sino que era una expedición de fundación y colonización permanente. El volumen a transportar era considerable y el camino a recorrer incierto. Para asegurar el tiro se organizaron cuatro expediciones. Dos marítimas y dos terrestres.

Portola se puso al frente de uno de los grupos terrestres y como compañero de viaje se apoyó en el Fray Junípero Serra, nacido en Petra (Mallorca). La expedición cruzó desiertos y escaló montañas, para finalmente sobrepasar la bahía de Monterrey sin advertirlo, debido a las indicaciones inciertas de Vizcaíno. En su peregrinación hacia el norte llegó a otra bahía que debido a su relativamente estrecha entrada, era de difícil localización desde el mar. Se trataba de la bahía de San Francisco. Era un noviembre de 1769.

No nos queda espacio para describir el resto de la expedición, baste decir que acabó con éxito y alcanzó los objetivos fijados con la fundación de El Presidio Real de San Carlos de Monterrey. Todo fruto de la colaboración de un catalán y un mallorquín. Gente que según nuestros deleznables políticos, no tuvieron nada que ver con las gestas de América.

Manuel de Francisco Fabre

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=portola-gaspar-de

https://es.wikipedia.org/wiki/Gaspar_de_Portolá

https://revistadehistoria.es/gaspar-de-portola-y-la-bahia-de-san-francisco/

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