Flavius Teudis Rex: de militar ostrogodo a Rey de España (531-548)

Si te gusta, compártelo:
Teudis

Teudis perteneció a los rangos más altos de la nobleza ostrogoda dentro del reino de Teodorico el Grande, el Amalo. Se conoce que llegó a alcanzar un nivel de autonomía muy alto como jefe militar en la Península Ibérica. Teudis fue uno de los aristócratas ostrogodos que no se marchó de Hispania y terminó integrándose en el reino visigodo.

Sacó partido a la política de matrimonios mixtos entre ostrogodos y visigodos/hispanorromanos, al casarse con una rica hispanorramana lo que le proporcionó una especie de guardia personal de dos mil hombres. Teudis apostó decididamente por Hispania como núcleo del Regnum Gothorum. Bajo su reinado el reino visigodo no participó en ninguno de los conflictos que se vivían en el Mediterráneo: la Guerra Vándala y la Guerra Gótica que lanzó el emperador Justiniano para conquistar el norte de África e Italia. Teudis sabía que su ejército no estaba preparado para enfrentarse a generales como Belisario y Narsés.

rey Amalarico

En el año 531 es asesinado el rey Amalarico, que era nieto del gran Teodorico el Amalo y del que fue tutor Teudis. La actitud pasiva de Teudis ante el asesinato de Amalarico resultó sospechosa. Aún así, fue elegido rey del ejército godo del que ya era jefe.

Teudis se dio cuenta del avance destructivo de las tropas imperiales en el norte de África, que tenían la intención de arrasar al reino Vándalo –Regnum Vandalorum-, por este motivo, y con intención previsora, tomó Septem, la actual Ceuta, en el año 533. El control sobre Ceuta tuvo que ser bastante efímero, ya que según nos cuenta San Isidoro de Sevilla, “las tropas visigodas atacaron los muros de Ceuta”, lo que nos hace intuir que volvían con la intención de recuperar la plaza. San Isidoro nos sigue contando que en el punto más alto de los combates, los visigodos se retiraron al llegar el domingo para no luchar en el Día del Señor. Los bizantinos no respetaron esta circunstancia y salieron a campo abierto a atacar a su enemigo y acabar con él. De esta manera el Imperio Romano de Oriente se asomaba a las puertas de Hispania.

Clotario I

Continuamos con San Isidoro y con la Chronica Caesaraugustana, y vemos como señalan la invasión de Hispana por parte del ejército franco en el año 541. El ejército franco estaba encabezado por los hijos de Clodoveo, Childeberto y Clotario I, los cuales cruzaban los Pirineos y asolaban y saqueaban la Tarraconense. Dos ciudades se vieron principalmente asediadas, Pamplona y Zaragoza, ésta fue sometida a un sitio de cincuenta días. Las murallas de la ciudad resistieron los embistes de los francos. A la resistencia de la ciudad se unió la Divina Providencia, el cronista Gregorio de Tours, narra como el ejército franco pudo observar una comitiva de hombres desfilando por las murallas de la ciudad y rezando, mientras portaban la reliquia más querida de Zaragoza, la túnica de San Vicente Mártir. Una muchedumbre de mujeres seguía a la comitiva llorando y gritando, espectáculo que debió dejar perplejos a los sitiadores. Como consecuencia, el rey franco Childeberto, pidió la reliquia a cambio de levantar el asedio a la ciudad y se llevó la túnica a París.


Regnum Gothorum

Teudis reaccionó y envió una tropa, para que castigase la retirada franca, a cargo del general Teudiselo. Los francos fueron derrotados y Teudiselo bloqueó las vías de escape a los Pirineos. La victoria visigoda fue un rotundo éxito y mantuvo alejados a los francos durante algunos años, quedando así fijado el límite del Regnum Gothorum en Hispania.

A mediados del año 548 el rey Teudis es asesinado. San Isidoro añade sobre este suceso una curiosa reseña: “mientras fluía su sangre hizo jurar a sus hombres que ninguno mataría a su asesino, diciendo que había recibido la suerte que merecía, ya que también él había asesinado a su jefe, como simple particular, mediante engaño”

Teudis potenció la centralización del poder real y creó una Ley sobre las costas judiciales, con el objeto de moderar los honorarios de los magistrados, y así que no repercutiesen en demasía sobre los litigantes. Sabemos, a través de las actas de varios concilios su intención de llevarse bien con la influyente jerarquía de la iglesia católica hispana.

José Carlos Sacristán

Si te gusta, compártelo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *