TEODOMIRO Y EL PACTO DE TUDMIR

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Feria del Libro, Murcia.

Hoy Sergio Reyes Puerta firma libros de su novela Mursiyya, el talismán del yemení, un libro cuya sinopsis invita a sumergirse en los orígenes de Murcia:

En el 825 d.C. el emir de Córdoba, Abderramán II, ordenó la fundación de la ciudad de Mursiyya, la actual Murcia. Pocos años antes el pequeño Omar, testigo de uno de los decisivos sucesos que incitarían una cruenta guerra civil en el sureste de la península ibérica, encuentra y esconde un colgante que más tarde revelaría su poder e importancia.

Acompañado de dicho talismán, propiedad del Yemení asesinado junto al río Sangonera, Omar deberá actuar como espía en el fratricida conflicto si quiere salvar a su padre de su injusto destino, liberarse del yugo de sus hermanastros y recuperar a su amada de las garras del emir y de su eunuco predilecto. Para ello deberá colaborar en la fundación de la ciudad sin dejar de enfrentarse, con la ayuda de los que deberían haber sido sus enemigos naturales, a intrigantes personajes de su propia facción en una insólita historia llena de magia, inocencia y aventuras.

La sorprendente novela en la que la vida de nuestro entrañable protagonista Omar se entreteje con la de cerca de un centenar de personajes reales de los siglos IX y anteriores, y con la Historia de Murcia, su huerta y el resto de la antigua cora de Tudmir (Región de Murcia, Alicante, y parte de Almería y Albacete), y la del resto de al Andalus.

          Atraído por la portada del libro, algún lector curioso se ha acercado a comprarlo e incluso ha podido charlar un rato con el autor sobre Teodomiro. El escritor, amable y cercano, incluso le da algunas explicaciones, como su posible nombre arabizado tal y como explica en su página web (https://sergioreyespuerta.com/2017/08/22/teodomiro-el-conde-cristiano-del-sureste-espanol): Tudmir ben Gabdus.

          El coloquio termina con el comprador llevándose dos libros (este y Mursiya, el pintor del Rey Lobo), mientras Sergio Reyes continúa con la firma a los lectores, como forma de agradecer a todos esos que disfrutan leyendo una historia de la Historia.

EL PERSONAJE

El origen de Teodomiro es una incógnita. Se supone que era hispanorromano o visigodo, siendo esta última opción la más consensuada, como también se teoriza sobre la posibilidad de que estuviera emparentado con alguna familia nobiliaria vinculadas a la monarquía visigoda. anteriores.

Teodomiro habría sido un noble vinculado desde joven a la corte de Égica en calidad de servidor regio (gardingo) así como posteriormente en la de su hijo Witiza (Enric Llobregat)

El nombre de Teodomiro emerge en la Historia durante el correinado de Égica y Witiza (finales siglo VII), cuando una flota bizantina atacó las costas de Hispania, siendo repelida por nuestro personaje, una acción que le valió el prestigio de la corte visigoda, y a la que le siguieron varias escaramuzas contra las primeras incursiones costeras de los musulmanes entre la Península, Baleares y el norte de África.

Posiblemente, los dominios de Teodomiro serían en extensión muy parecidos a los que nos mencionan las fuentes árabes para la llamada Cora de Tudmīr, que correspondería con el Ducado de Aurariola y que comprendería zonas de las actuales Alicante, Murcia y Albacete.

AÑO 711

El siglo VIII alumbró una Hispania visigoda sumida en una decadencia social, económica y demográfica que dio lugar a una crisis dinástica entre los partidarios de Witiza y el rey Rodrigo, culminando en la batalla de Guadalete, donde el monarca perdió la vida junto a muchos de sus nobles.

No se sabe con certeza si Teodomiro llegó a participar en la contienda, lo que sí se tiene constancia es que después de la entrada de los musulmanes se hizo fuerte en su ducado de Aurariola, donde comenzó a organizar una resistencia a nivel local

Según nos dan a entender la Crónica Mozárabe, Teodomiro se enfrentó a los invasores durante dos años, entre el 711 y el 713, cuando las tropas de ʿAbd al-ʿAzīz ibn Mūsā,tras comprobar el ardor guerrero de nuestro personaje en Lorca, ordenó partir a Orihuela con la intención de asediarla.

UN PLAN PARA SALVAR ORIHUELA

Cuando Teodomiro supo que Orihuela iba a ser atacada marchó inmediatamente con su ejército, encontrándose por el camino al enemigo, con quien entabló batalla en campo abierto, con resultado favorable para los moros.

Vinieron los sarracenos

y nos molieron a palos;

que Dios ayuda a los malos

cuando son más que los buenos.

(Arturo Pérez-Reverte, Una historia de España)

Al verse derrotado, los supervivientes consiguieron escapar hacia Orihuela, donde la situación era desesperada, ya que la mayor parte de los guerreros habían perecido en la batalla.

Con los muslimes ya asentados en las murallas, cuenta la tradición que Teodomiro decidió llevar a cabo un plan que de tan descabellado salió bien: ordenó a todas las mujeres que se cortaran el pelo, que se vistieran con los ropajes de guerreros y blandieran lanzas o espadas o, en su defecto, cañas. Así, hombres y mujeres se subieron a la muralla, formando un impresionante ejército a ojos del enemigo, al menos en la distancia.

Tras asegurar la defensa, Teodomiro se presentó en el campamento musulmán disfrazado de emisario solicitando negociar con ʿAbd al-ʿAzīz.  Este accedió y ahí fue cuando Teodomiro reveló su verdadera identidad. Ya fuera por el valor demostrado por el hispano o por sus dotes para la negociación, el caso es que el musulmán le prometió el amān, un estatus de protección, rubricado en un acuerdo que se conoce como Pacto de Tudmir, el primer documento de carácter diplomático que se conserva de la España musulmana.

EL PACTO DE TEODOMIRO O TRATADO DE AURARIOLA (ORIHUELA).

5 de abril del 713

En el nombre de Alá, el misericordioso, el compasivo: éste es el escrito de ʿAbd al-ʿAzīz ibn Mūsā para Tudmir (Teodomiro) ibn Gandaris; ya que se ha sometido a la paz, que tenga el pacto de Alá y su confirmación, y no se le retrasen sus noticias y sus enviados, y que tiene la protección de Alá y de su profeta, de que no se le impondrá a nadie sobre él, ni se rebajará a nadie de sus compañeros para mal, que no serán cautivados, y que no se separará entre ellos y sus mujeres y sus hijos; que no se quemarán sus iglesias, y que no se les forzará en su religión, y que su paz es sobre siete ciudades: Uriula (Orihuela), Mula, Lūrqa, Blntla, Laqant (Alicante) Iyih y Ilsh, y que no deje de cumplir lo pactado, y que no deshaga lo acordado, y que cumpla lo que le hemos impuesto y le hemos obligado a cumplir; que no nos oculte noticia que sepa, y que él y sus compañeros tienen el impuesto de las parias, que son: para el hombre libre un dinar, cuatro almudes de trigo, cuatro de cebada, cuatro medidas de vinagre, una medida de miel y una de aceite; y para todos los esclavos, la mitad de esto.

Atestiguaron esto: ʿUṯmān ibn ‘Ubayda al-Qurashī, Ḥabīb ibn Abī ʿUbayda al-Qurayshī, Saʿdūn ibn ʿAbd Allāh al-Raba’ī, Sulaymān ibn Qays al-Tuŷībī, Yaḥyà ibn Yaʿmur al-Sahmī, Bishr ibn Qaysī al-Lajmī, Ŷā’ish ibn ʿAbd Allāh al-ʿAzdīy AbūʿAsim al-Hadalī.Se escribió en el mes de Raŷab del año 94 (de la Hégira) (versión de al-ʿUdrī (siglo XI); traducción española de Huici-Miranda)

En virtud de este pacto, en el año 714, Teodomiro viajó con ʿAbd al-ʿAzīz ibn Mūsā hasta Damasco para ratificar lo acordado. El califa le concedió la vigencia y cumplimiento del pacto a perpetuidad y le confirmó como dux de sus dominios, agasajándole además con valiosos regalos.

Llegado después a la Península y ya confirmado en su cargo, al-ʿUdrī atestigua cómo Teodomiro trató de estrechar lazos con los árabes, y para ellos casó a su hija con ʿAbd al-Ŷabbār ibn Nadīr, un líder del ŷund egipcio.

          Así fue cómo comenzó una época de prosperidad económica dentro de un contexto de autonomía política en un territorio conocido como cora de Teodomiro o Tudmir, y que comprendía principalmente Orihuela, Villena, Alicante, Muía, Begastro, Ojós y Lorca (Murcia no se fundó hasta el siglo IX), siendo uno de sus epicentros un palacio descubierto en Riba-roja de Turia donde los arqueólogos encontraron un tondo con un monograma cruciforme en el que se puede leer: TEBUD[IN]R .

Este Tebudnir puede referirse a Teodomiro (Jorge Morin de Pablos, Rafael Barroso e Isabel Sánchez Ramos).

ATANAGILDO

Asentado el dominio árabe en Hispania, determinadas ciudades de la extinta demarcación visigótica fueron pasando al control directo del gobernador musulmán de la zona, representante del califa de Damasco, entre ellas su capital, Orihuela. La administración islámica prefirió, por razones estratégicas, establecer la nueva capitalidad de la provincia en Lorca, haciendo que la antigua nobleza dirigente hispanogoda se mudara a Ello, que algunos investigadores sitúan en la actual pedanía murciana de Algezares, siendo factible que a esa urbe se la comenzara a llamar Tudmir, ciudad de Teodomiro, la cual, por extensión, denominaba toda la nueva demarcación musulmana.

A partir del año 743, las tropas egipcias del valí de Al-Andalus, Abū l- Jattār Ibn Dirār al-Kalbī, comenzaron a ocupar los antiguos territorios de Teodomiro. Esto hace pensar que Teodomiro había ya fallecido tiempo atrás y que el pacto de autonomía y fiscalidad con los musulmanes quedaba anulado, teniendo desde entonces estas regiones un estatus jurídico de dhimma, semejante al de otras comunidades hispanas.

          Según la Crónica Mozárabe de 754, Teodomiro fue sucedido por Atanagildo, quien sólo ejercería algunas funciones básicas de carácter fiscal, administrativo y de representación de los cristianos ante las autoridades musulmanas.

Después de la muerte de Teodomiro, es considerado como hombre de gran dignidad y nobleza Atanagildo, pues era el señor más rico de todos y el más generoso al distribuir su dinero con ellos. Pero poco después, al llegar a Spania el rey Alhozan, arrebatado por no sé qué locura, lanzó contra él grandes injurias y le condenó a 27.000 sueldos de oro. Al enterarse de esto el ejército que había venido con el general Baldch, en casi tres días, lo pagó todo, e inmediatamente lo reconcilian con Alhozan, de sobrenombre Abulcatar, y recompensándole con diversos regalos le restablecen en el poder.

Lo primero que hizo el nuevo valí fue imponer a Atanagildo un cargo de 27. 000 sueldos en concepto de impuestos no pagados, una cantidad desorbitada que se logró pagar gracias a la ayuda prestada por estos soldados del ŷund egipcio, aprovechando seguramente los lazos familiares que logró Teodomiro en su momento con el casamiento de su hija.

Ricardo Aller Hernández

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