RUTA POR LOS CASTILLOS DE ESPAÑA: NAVARRA

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El sol de la leyenda le amanece

a Navarra en los ojos, como al roble

su viento cada día, recio y noble

que ampara su verdor y lo estremece.

La flor de la nobleza no decrece

jamás en esta tierra. Y, a redoble

de atabal lo pregonan esta doble

luz de amor y de fe que aquí nos crece.

En la luz de este sol que nos alumbra

(el sol de la leyenda y la hidalguía),

alza Olite el airón de sus almenas

como un pavés glorioso que la encumbra

en su piedra dorada, y en porfía

hasta las cimas del azul, serenas.

      Jesús Górriz Lerga (Castillo de Olite)

CASTILLO DE JAVIER

El castillo de Javier fue la casa natal de san Francisco Javier, el jesuita viajero que recorrió medio mundo. Es lugar de peregrinación, especialmente a principios de marzo, en las llamadas Javieradas.

Su construcción se remonta al siglo X-XI. Por aquel entonces, Esabierre, nombre vasco que significa casa nueva, era una torre defensiva aislada, situada en el límite entre los reinos de Navarra y de Aragón, y lo que comenzó siendo una torre defensiva y de vigilancia entre los reinos de Navarra y Aragón fue ampliándose con diversos recintos y murallas.

Además de la familia propietaria, en su interior vivían bastantes jornaleros, hombres de campo, con sus familias.

Con el tiempo, el castillo fue deteriorándose, hasta que a finales del siglo XIX la duquesa de Villahermosa y condesa de Javier decidió restaurarlo, devolviéndole su esplendor.

CASTILLO DE OLITE

El castillo de Olite es uno de los alcázares de estilo gótico más importantes de Europa. En el siglo XV, Carlos III el Noble y Leonor de Trastámara ordenó ampliar el anterior castillo, dando lugar al Palacio de los Reyes de Navarra.

Su construcción nunca se afrontó como un proyecto unitario, siendo constantes las obras de ampliación y reforma a lo largo de los siglos.

Después de la invasión de Navarra en 1512 comenzó el deterioro del palacio, hasta que en la Guerra de la Independencia Espoz y Mina ordenó incendiarlo en 1813 por temor a que fuera empleado por las tropas francesas de Napoleón.

El castillo fue restaurado en 1923 por los arquitectos José y Javier Yárnoz y las obras se iniciaron en 1937.

FORTALEZA DE SANTA MARÍA DE UJUÉ

Pocas son las noticias documentales de pueden aportarse para la historia primitiva de la villa de Ujué. Por su situación estratégica, fue en el siglo IX avanzada del territorio cristiano sobre tierras islamizadas que vigilaban los pasos naturales de ataque a Pamplona (el Carrascal) y a Leire (el curso del río Aragón). Desde Ujué se divisa Leire y podía darse aviso en caso de invasión por medio de señales.(José Mª Lacarra)

La iglesia fortaleza de Santa María de Ujué es un contundente templo fortificado El santuario se edificó sobre una iglesia románica del siglo XI. Según la leyenda, un pastor vio a una paloma entrando y saliendo de un hueco de una roca. Al acercarse y mirar, encontró la imagen de la Virgen y los vecinos construyeron la iglesia para darle cobijo.

Fue Sancho Ramírez quien ordenó su construcción y dotó a la Villa de Fueros propios, y Carlos II el Malo ordenó el derribo de parte de las naves para construir una amplia nave central gótica.

PALACIO JAUREGUIA

En pleno valle del Baztan, el palacio Jauregia es un edificio de estilo clásico construido entre los siglos XV y XVIII.

En el año 1437 figuraba como señor del palacio Pedro Periz, manteniéndose en la misma familia hasta la actualidad.

CIUDADELA DE PAMPLONA

Este conjunto fortificado es uno de los recintos abaluartados mejor conservados de toda Europa.

Fue el rey Felipe II quien ordenó su construcción en 1571, en el marco de la renovación y fortalecimiento general de las fortificaciones de Pamplona. El encargado de diseñarla fue el Giacomo Palearo, con la participación del virrey de Navarra Vespasiano Gonzaga y Colonna.

Basado en el sistema defensivo italiano, es un recinto con planta en forma de estrella de cinco puntas, dos de ellas dirigidas hacia el interior de la ciudad.

Pamplona es ahora más frontera que metrópoli… ha de tener un muy principal castillo, porque estando aún fresca la memoria del gobierno de su rey natural… todavía es necesario asegurarse también con una fuerza, de sus voluntades… La obra deberá servir para defenderse del peligro extrínseco, pero también intrínseco (Informe de 1569 del ingeniero Antonelli al rey).

A lo largo del tiempo se realizaron diversos refuerzos defensivos, aunque no se pudo evitar que el 16 de febrero de 1808 el ejército francés al mando del general D’Armagnac la ocupara. Quince años más tarde, en 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis rendirían la plaza.

La ciudadela también fue un lugar relevante en la Guerra Civil, siendo utilizado como prisión.

CASTILLO DE MAYA

Las primeras referencias que tenemos del castillo de Amaiur/Maya proceden del siglo XII, y a lo largo de los siguientes tres siglos se construyó la torre del homenaje y sus murallas.

Tras la conquista de Navarra por las tropas castellanas apoyadas por el bando beamontés en 1512, la fortaleza aumentó su valor estratégico, ya que se encontraba en la frontera con la Baja Navarra, donde residían los reyes de Navarra. Así, entre 1512 y 1522 el castillo medieval fue reforzado.

1521. Después de la derrota en Noáin, los navarros fieles a Enrique II de Navarra se refugiaron en los dominios de los Albret, al otro lado de los Pirineos. En octubre, Guillermo Gouttier, almirante de Francia, en una intervención militar como consecuencia de la contienda entre Francia y España por el dominio del Ducado de Milán, sitió, bombardeó y ocupó la fortaleza de Maya, cuya defensa quedó en manos de militares agramonteses al mando de Jaime Vélaz de Medrano.

A principios de febrero de 1522, Francisco de Zúñiga Avellaneda y Velasco, virrey de Navarra, emprendió una campaña para recuperar la fortaleza con la participación de navarros beamonteses. El 14 de marzo tomaron la fortaleza de Orzorroz y en junio ocuparon Santesteban, cortando la comunicación de Maya con Fuenterrabía.

El asedio de Maya comenzó el 13 de julio con el bloqueo de los caminos para impedir la llegada de refuerzos. El castillo fue sometido a un intenso bombardeo y sucumbió después de que una mina volara las defensas situadas al sur. Se inició una negociación que culminó con la rendición el día 19.

Ante la posibilidad de que la fortaleza pudiera volver a ser ocupada por los agramonteses, el virrey ordenó su voladura, hecho que tuvo lugar el 12 de agosto.

CASTILLO DE SAN ESTEBAN DE DEYO

El castillo de San Esteban de Deyo, también llamado de Monjardín, situado en un altozano de 890 m., fue sitiado por las fuerzas de Carlomagno de regreso tras la incursión de Zaragoza, y meses después por Aberramán I. Por otro lado, la ocupación islámica del valle medio del Ebro por los Banu Qasi hacen que este apellido familiar esté íntimamente ligados a la historia del castillo.

Sancho Garcés I de Pamplona tomó esta fortaleza en el año 909, trazando así una nueva frontera. La leyenda cuenta que aquí se encuentran los restos de este monarca.

PALACIO DEL PRÍNCIPE DE VIANA

A finales del siglo XI, Sancho Ramírez ordenó construir el castillo, heredado después por Alfonso el Batallador.

Cuando Navarra se separó de Aragón (1134), Sangüesa se convirtió en frontera, lo que llevó a edificar un cerco amurallado cuyo flanco norte estaba defendido por el castillo. En 1271 el rey Enrique pasó unos días en Sangüesa, y poco después, en 1280, se habilitó para residencia regia la torre oriental.

Juana de Navarra lo habitó en 1334, así como Carlos II el Malo y el infante don Luis con motivo de las guerras con la Corona de Aragón. También lo haría Carlos III, ya en tiempos ya de paz. Por su parte, doña Blanca, esposa de Juan II de Aragón, y su hijo el príncipe Carlos de Viana, fijaron aquí su corte.

Juana Enríquez, segunda mujer de Juan II, también residió en este lugar. Estando en avanzado estado de gestación, doña Juana decidió trasladarse a Sos del Rey Católico, donde nació su retoño: Fernando el Católico.

También fue la residencia de los últimos reyes de Navarra, Juan de Labrit y Catalina de Foix.

CASTILLO DE SANTACARA

Fortaleza del siglo XIII, fue mandado destruir dos siglos después tras la invasión del Reino de Navarra por las tropas castellanas del Duque de Alba (1512), por orden del rey Fernando.

TORRE PALACIANA DE OLCOZ

La torre de Olcoz, junto al Carrascal, es un magnífico ejemplar de torre fortificada, en piedra de sillería, que nos ha llegado íntegro en su estructura exterior. (Juan José Martinena Ruiz).

Esta torre del siglo XV ha tenido una gran importancia en la historia gracias a su ubicación en el centro de Navarra, sirviendo de conexión entre los castillos más cercanos y formando así un sistema de defensa completo.

Salvada la fortificación del decreto del cardenal Cisneros que tras la toma de Navarra ordenó demoler gran número de las fortificaciones del reino de Navarra, desde el siglo XV-XVI formó parte del patrimonio de la familia Ozta.

Hay un palacio con una torre muy alta y fuerte, que tiene obligación el palaciano de mantener siempre en buen estado (1802,Diccionario de la Academia de la Historia).

La torre fue destruida en la Guerra de la Independencia. Las tropas afines a Espoz y Mina prendieron fuego al edificio cuando albergaba en su interior a tropas napoleónicas, quedando reducido a escombros, excepto cuatro paredes. Más tarde sería restaurado.

CERCO DE ARTAJONA

El Cerco de Artajona es la fortaleza medieval más importante de la zona media de Navarra. Este conjunto amurallado del siglo XI tuvo 14 torreones almenados, pero actualmente permanecen en pie 9 de ellos.

Entre los años 1085-1109, Hugo de Conques ejecutó las obras de construcción de la fortaleza. El cabildo de Saint Sernin de Toulouse era titular del señorío en virtud de una donación del obispo de Pamplona Pedro de Andouque, más conocido como Pedro de Roda, otorgada en 1084, y el priorato tolosano se mantuvo hasta 1625, cuando pasó a manos de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles.

En uno de sus extremos existió un castillo del que, según los registro de cuentas del reino, era alcaide en 1280 el caballero Pedro Ruiz de Argaiz. (Martinena Ruiz)

Desde 1320 hasta finales del siglo XV su guarda y mantenimiento se confió al concejo de Artajona.

Debido a su situación estratégica, la plaza sufrió diversas batallas por su control, siendo reconstruido en varias ocasiones. Tras estos conflictos fue perdiendo su condición de villa militar activa y las bastorres comenzaron a integrarse en las viviendas de los siglos XVI a XVIII.

CASTILLO DE MARCILLA

Este castillo gótico del siglo XV construido en ladrillo sobre piedra pasó a ser un castillo palaciego residencial de los marqueses de Falces. Las obras se iniciaron a finales del reinado de Carlos III de Navarra, quien contribuyó con materiales y dinero.

El castillo fue defendido en 1516 por Ana de Velasco, esposa de Alonso Carrillo de Peralta, quien impidió que el cardenal Cisneros ordenara su demolición.

Residencia de los marqueses de Falces durante más de cuatro siglos, en el año 1976 lo vendieron al Gobierno de Navarra. Los marqueses habían conservado en su interior, en custodia, la Tizona del Cid Campeador. La espada fue entregada en custodia por los Reyes Católicos a Pedro de Peralta y Ezpeleta, por sus servicios prestados a la Corona de Aragón con ocasión del matrimonio de Isabel y Fernando.

CASTILLO DE ZALATAMBOR

El más noble enclave de los navarros (Ximénez de Rada)

Los primeros datos que se tienen de la existencia del castillo se remontan a 1024, año en el que se hace mención al teniente Xemeno Ogoaiz en el castillo de Lizarrara, ubicado en la peña menor.

En el siglo XIII la fortaleza pasó a llamarse castillo de Zalatambor, coincidiendo con las primeras fortificaciones realizadas en la peña mayor.

            El castillo siempre ha tenido un importante valor estratégico en la defensa del reino de Navarra frente a Castilla. Así, en 1203, los reyes Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León atacaron Navarra, pero Diego López de Vizcaya logró resistir al asedio.

Otro ejemplo de su importancia son las sucesivas ampliaciones y reformas que sufrió Zalatambor, además de la construcción de un nuevo castillo: Belmecher, en 1276, y una torre a modo de atalaya defensiva que vigilaba el camino de Castilla. Las tres fortificaciones se encontraban unidas por una muralla formando el recinto castelar de Estella, totalmente independiente de la ciudad.

            Zalatambor fue residencia real desde el siglo XIII al XV, cuando la crisis producida por la guerra civil entre agramonteses y beamonteses obligó a los monarcas a alojarse en otros lugares.

En 1512, la coalición beaumontesa–castellana conquistó definitivamente el castillo, pasando a manos castellanas.

Su destrucción parcial se realizó mediante la voladura de los principales elementos defensivos. Sin embargo, el estado que presenta actualmente el castillo es debido fundamentalmente a su utilización como cantera.

CASTILLO DE CORTES

Castillo del siglo XII, posiblemente de origen musulmán. Fue una de las fortalezas medievales más importantes de Navarra debido a su situación fronteriza con Aragón.

Se convirtió en residencia de diversos reyes navarros desde 1234 a 1462, quienes aprobaron sucesivas reformas que fueron difuminando su aspecto militar para dotarlo de un carácter más señorial, siendo la casa ducal de Villahermosa uno de las principales responsables de la prosperidad del edificio.

Ricardo Aller

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