LA INQUISICIÓN EN EUROPA (I)

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ORIGEN DE LA INQUISICIÓN

Desde los orígenes de la historia de la Iglesia, los cristianos sufrieron una serie de persecuciones en la que los seguidores de Jesucristo tuvieron que afrontar una situación  donde se ponía en peligro la vida de los cristianos, entre estas persecuciones podemos, mencionar las de Diocleciano. Nerón, Calígula, Marco Aurelio, o también la de los propios Judíos que rechazaban a Jesús como Mesías, etc., pero hay otro fenómeno al que los cristianos tuvieron que hacer también frente y es el de las herejías, que amenazaban la unidad de la iglesia y la ortodoxia de la fe; entre ellas destaca el Marcionismo, Valentinismo, Montanismo, Gnosticismo, Arrianismo, Macedonianismo.

Maniqueismo

Así mismo en los primeros siglos de la Iglesia surgieron sectas que combatían la fe cristiana ya que desde su punto de vista tenían una cosmovisión muy diferente de lo que era el cristianismo; se puede hablar por ejemplo del Maniqueísmo, o la herejías Donatista, Monofisista, Nestorianista, Pelagianismo; muchos de estos tenían unas raíces gnósticas. Ante el surgimiento de las herejías que socavaban la ortodoxia de la fe surgieron los apologistas que combatieron teológica y filosóficamente las herejías por la ortodoxia de la fe; entre los apologistas podemos destacar San Justino, Taciano, San Ireneo de Lyón, Tertuliano, Orígenes, Atenágoras, San Melitón de Sardes, San Teófilo de Antioquía; igualmente San Agustín entre el siglo IV y V combatió varias herejías como la arriana, la pelagiana, Donatista o al maniqueísmo secta de la que él mismo formó parte antes de su conversión al cristianismo.

  No obstante, ante las herejías se celebraron diferentes concilios en los que se definirían los primeros dogmas de la fe cristiana y se aceleraría el proceso de formación, discusión y fijación del Canon del Nuevo Testamento, proceso que duraría desde el año 100 d. C.  hasta el año 405 d. C.   donde varios escritos fueron declarados Apócrifos ― no revelados por Dios ―  quedando fuera del Canon del Nuevo Testamento. De los concilios que destacan en la fijación de los primeros dogmas de fe destacan:

– Concilio de Nicea 325 d. C.

– Concilio de Constantinopla 381 d, C

– Concilio de Éfeso 431 d, C.

– II Concilio de Constantinopla 553 d. C.

 La Edad Media

Constantino

   Con la caída del Imperio Romano llega la Edad Media en el año 476; y anteriormente con la expansión del Cristianismo por occidente y declarado como religión oficial  en el año 313 por el emperador Constantino con el edicto de Milán ya en la Edad Media no estaría la fe cristiana exenta de herejías, dos herejías emergieron principalmente por  Europa fue el catarismo cuyos orígenes son del Siglo XII en el sur de Francia, donde floreció  en la comuna de Albi al sur-este de Francia y cuyos fundamentos doctrinales provienen del Gnosticismo, y la de los Valdenses que surgieron en 1175, pero, aunque fueron creados para defender a la iglesia católica contra los cátaros, pronto la atacaron abrazando doctrinas cátaras y pelagianas y al uso de la violencia contra la Iglesia Católica; se expandieron por toda Europa.

Pelagio
Doctrina cátara

Los líderes seculares y eclesiásticos de la Europa medieval abordaban el tema de la herejía de diferentes maneras. La ley romana equiparaba la herejía a la traición. ¿Por qué? Dado que la realeza era de origen divino, la herejía se consideraba como un desafío inherente a la autoridad del rey. Los herejes dividían a las personas, provocando disturbios y rebelión. Ningún cristiano dudaba de que Dios castigara a las comunidades que permitían que la herejía se arraigara y diseminara. Los reyes y plebeyos, entonces, tenían un buen motivo para perseguir y destruir a los herejes donde fuera que los encontraran: y lo hicieron con gusto.

Tribunal de la Inquisición

Uno de los mitos más perdurables de la Inquisición es que se trató de una herramienta de opresión que una Iglesia, ávida de poder, impuso sobre europeos reacios. Esta afirmación no puede ser más desacertada. La verdad es que la Inquisición trajo orden, justicia y compasión para combatir la desenfrenada persecución secular y popular de los herejes. Cuando los habitantes de un pueblo atrapaban a un sospechoso de herejía y lo llevaban ante el señor local, ¿cómo debía juzgárselo? ¿Cómo podía un laico ignorante determinar si las creencias del acusado eran heréticas o no? Y ¿cómo debían escucharse y evaluarse lo dicho por los testigos?

Desde la perspectiva de las autoridades seculares, los herejes traicionaban a Dios y al rey y, por ende, merecían la muerte. Sin embargo, desde el punto de vista de la Iglesia, los herejes eran ovejas perdidas que se apartaban del rebaño. Como pastores, el Papa y los obispos tenían el deber de lograr que dichas ovejas regresaran al rebaño, tal como el Buen Pastor les había ordenado. Entonces, mientras los líderes seculares medievales intentaban proteger a sus reinos, la Iglesia intentaba salvar almas. La Inquisición sirvió de medio para que los herejes escaparan de la muerte y regresaran a la comunidad.

,  Para combatir estas herejías el poder civil antes de la existencia de  la Inquisición aplicando el Derecho Romano, disponía de la pena de morir en la hoguera, debido a que la herejía era considerada como un delito contra Dios y contra el Estado y debía de ser aplicada con gran rigor.

Inocencio III
Papa Lucio III

  Ante la rápida expansión de los Cátaros, y en menor proporción de los Valdenses, se necesitaba uniformar la legislación de los diferentes reinos cristianos, por lo que varias autoridades solicitaron del papado su apoyo. El Papa Lucio III dispuso en el Concilio de Verona (1184), que los obispos hicieran inquisición ― investigación ―, en los sitios donde se sospechase la presencia de herejes; así se le dio el nombre de “El Tribunal de la Fe”. Posteriormente Inocencio III  hizo esfuerzos notables con el apoyo de monarcas y nobles católicos para llamar a los herejes al arrepentimiento y a la conversión; pero esta actitud no dio frutos por lo que convocó una cruzada contra los herejes desde 1209 hasta 1229, tras la victoria de la Cruzada surgieron casi por toda Europa tribunales de la Inquisición dependientes de los obispos respectivos. La Orden de los dominicos fue la que desarrolló en sus miembros una gran labor de formación y su presencia internacional hizo que se les delegara a ellos la labor de investigación contra las herejías -inquisitorial- .

Originalmente la Inquisición no era un tribunal permanente, sino que era una atribución de los obispos en sus Diócesis, en cambio al tener una actividad que superaba las posibilidades del obispo ello causó que los Papas nombraran un inquisidor pontifico. Antes de actuar el Inquisidor sacaba un edicto de gracia ― indulto general  ― en el que se perdonaban a todos los que voluntariamente se presentasen confesando sus culpas y se arrepintiesen de sus conductas heréticas. Acabado el plazo se procedía a la etapa procesal. Sólo a los inquisidores les correspondía la aplicación de las sanciones espirituales, oraciones, ayunos, ordenar la colocación de sambenitos y la peor sanción de los más obstinados era la excomunión. Estos últimos pasaban a manos de los tribunales civiles para que se les aplicase las sanciones establecidas  por los respectivos monarcas, que podían consistir en confiscación de bienes y como último recurso la hoguera, pero ciertamente fueron pocas personas condenadas a esta última pena.

  Hay que tener presente que, para comprender una situación histórica tal como la creación de la Inquisición o su presencia, no se puede poner la mirada en la forma de pensar y vivir actual sino en la época que existió. La sociedad de entonces era teocéntrica y que la fe cristiana era el fundamento del Estado y de la Sociedad y la base del ordenamiento jurídico y político. Los reyes y príncipes estaban obligados a proteger la fe católica, de esta obligación dimanaba el derecho de dar leyes penales contra los perturbadores del orden y los que amenazaban contra la unidad religiosa y del orden público. Se daba la circunstancia de que los seglares eran más radicales en la aplicación de las penas a los herejes que el mismo clero.

Papa Gregorio IX

  La inquisición Medieval no fue obra de un sólo Papa, sino que fue todo un proceso iniciado por Lucio III, seguido por Inocencio III y culminado por Gregorio IX que le dio a través de tres bulas ― entre 1231 y 1233 ―  la estructuración definitiva y final en 1233 donde distribuyó poderes a los inquisidores dominicos para que realizaran su actividad de investigación.

  La Inquisición Pontificia por tanto oficialmente nació en Francia en 1233, aunque tuvo de una manera u otra sus comienzos en el año 1184.

También hay que decir que, a pesar de lo que se cree, en la Edad Media no hubo quema de brujas, sino que fue a partir del siglo XVI y en el XVII,  sobre todo en la aparente defensora de la libertad religiosa y defensora de los derechos humanos, me estoy refiriendo al cisma que causó Lutero y a los países que se unieron al cisma protestante.

Manuel López Gómez

Orden Franciscana Secular

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