VIII. Isabel La Católica mecenas de la cultura, la ciencia, las artes y las letras

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Isabel la Católica en el Paseo de la Castellana

  «Parece mentira que una mujer pueda entender de tantas cosas»

    Expresión sobre Isabel La Católica de Jerónimo Münzer (Humanista alemán contemporáneo de la reina Isabel)

«Porque los reyes deven ser amadores de la sciencia e son tenudos de honrar a los sabios e conservar en honra a los que por méritos e suficiencias reciben insinias e grados que se dan a los que con perseverancia alcanzan a los recibir». (Cortes de Toledo, año 1480, p. 108)

Una de las características a destacar de la gran reina Isabel La Católica es su perfil de mecenas de la cultura, de las artes, letras y de la ciencia. Tras la muerte del padre de Isabel el rey Juan II el 21 de julio de 1454 en Valladolid cuando ella contaba con sólo tres años, su madre Isabel de Portugal, con sus hijos Alfonso e Isabel se trasladó a Arévalo. En este lugar a pesar de las dificultades económicas y austeridad de vida para que tanto Alfonso como Isabel recibieron una esmerada formación cultural asumida por los Franciscanos del Convento de San Francisco de Arévalo, especialmente de Fray Llorente, franciscano virtuoso y de vida santa; en este lugar permaneció Isabel hasta el año 1461.

Juan II de Castilla

 El padre de la infanta Isabel, el rey Juan II, era una persona con importantes cualidades para la ciencia, cultura, artes y letras, lector de libros de filosofía, poesía y también cualificado para la música, creó en su reino de Castilla un ambiente pre-renacentista y humanista.

  El monarca, antes de morir, encomendó en su testamento, fechado el 8 de Julio del 1454 en Valladolid, la instrucción de los infantes Alfonso e Isabel, bajo la supervisión de su madre la reina Isabel de Portugal, a Fray Lope de Barrientos, al prior Gonzalo Illescas y a su camarero Juan Padilla «a su guarda e dotrina e buena enseñanza»

 Una de las formadoras a destacar de la Infanta fue Dª Beatriz de Silva futura fundadora de la Orden de las Concepcionistas Franciscanas.

Castillo de Arévalo

  En cuanto a la infanta Isabel, ya en Arévalo se inició en la gramática, música, baile, pintura, poesía y una educación de comportamiento para saber estar en la corte. También fue iniciada en el latín que posteriormente perfeccionaría llegando a dominarlo.

  Llegado el año 1461, tras siete años en Arévalo,  comienza una nueva etapa en la vida de la infanta; su traslado a la corte de Segovia con su hermano Alfonso.

Specula principium

   Ya en la Corte de Segovia, la infanta Isabel fue educada en la música, en el baile, en la equitación, juegos de cartas. También recibió la educación considerada como imprescindible para la nobleza, es decir, las colecciones de exempla  ― era el vehículo a la prosa de ficción donde se podía encontrar cuentos de origen animal como Calila e Dimna y el Sendebar  ―; la literatura gnómica y los tratados conocidos como “Specula principium”, Asimismo, Isabel tendría acceso a selectos libros de historia. Es en esta etapa cuando la infanta mantiene las primeras relaciones con los intelectuales y escritores, comienza a valorar la literatura en todas sus variedades y a saber el valor de la bibliofilia y el mecenazgo. Es también donde se forma su personalidad y su madurez. Desde esa situación mostró un continuo afán de aprender, solicitando libros de diversa temática. Esta es también la época de intrigas palaciegas, cuando se pusieron los pilares fundamentales de la formación de la Infanta Isabel.

               Matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón

Tras el matrimonio de la Princesa Isabel con Fernando de Aragón el 19 de octubre del 1469, ella inicia su formación filosófica y teológica, profundizando también en los estudios de música, cantos y danza.

            Isabel Reina de Castilla

 El 13 de diciembre del 1474, la princesa Isabel es proclamada Reina de Castilla; tras este hecho vendrían una serie de transformaciones en lo político, en lo religioso, en lo social y, evidentemente, en lo cultural de los reinos de Castilla y Aragón que trascenderían a nivel mundial.

  Tras ser Isabel coronada reina, reanudó los estudios del latín con Beatriz Galindo “La Latina” destacando en ellos, como así lo mencionaba Fernando del Pulgar: «era de tan excelente ingenio que…alcanzó en tiempo de un año saber en ellas tanto que entendía cualquier tabla o escriptura latina»

  La Corte de la Reina Isabel La Católica

La formación de la corte de Isabel, supone un cambio radical de la que heredó de su hermanastro el rey Enrique IV, que dejó una corte corrompida, mundana, en total desorden; para ello la Reina contó con personas de gran talla como Andrés de Cabrera, Juan Chacón  ― persona de grandes valores que acompañó a la reina desde la más tierna infancia―, Gonzalo Fernández de Córdoba ― el Gran Capitan ― genio militar y humanista; Juan de Luján llamado «El Bueno» por su rectitud, Fray Hernando de Talavera, confesor y asesor de la reina; el cardenal Pedro González de Mendoza, confesor de la Reina, apodado como «el Tercer Rey», el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros confesor y asesor de la Reina.

  En cuanto a mujeres ilustres destacan Beatriz de Bobadilla, persona de la máxima confianza de la reina, Beatriz Galindo “La Latina” maestra de latín en Salamanca;  Juana de Mendoza camarera y guarda mayor de todas las Damas de Palacio y esposa de Gómez Manrique, uno de los grandes poetas del siglo XV; Teresa Enríquez «La Loca del Sacramento», mujer declarada por la Iglesia Católica “Venerable” Terciaria Franciscana, que funda los Monasterios de Maqueda, Torrijos y Almería; Mencía de Guzmán esposa de Pedro Girón; Mencía de Mendoza, hija del Marqués de Santillana, etc. Todas estas personas tenían un muy considerable nivel cultural, eran igualmente personas de grandes virtudes, íntegras y profundamente cristianas. Se ha llegado a la conclusión que unas 60 personas de estas características rodeaban a la reina.

  La Reina Isabel proveyó a la corte de preceptores y maestros para quienes vivían en palacio, para que todos aprendiesen, incluidos los pajes y las doncellas. El humanista alemán Jerónimo Münzer decía que Pedro Mártir de Anglería  ― sacerdote humanista al servicio de la corte de los Reyes Católicos ― enseñaba a los jóvenes cortesanos a recitar clásicos como Juvenal, Horacio.

  Fernando del Pulgar describía de esta manera a la Reina: «mujer muy aguda y discreta…hablaba muy bien y era de tan excelente ingenio que en común de tantos y tan árduos negocios como en la gobernación de sus reinos, se dió al trabajo de aprender letras latinas y alcanzó en tiempo de un año saber tanto en ellas que entendía cualquier escritura o habla latina».

                                La biblioteca de la Reina Isabel

 Una de las bazas más importantes con las que la Reina contaba era su biblioteca de unos 733 tomos de diversa temática, para ponerlos al servicio de sus cortesanos y al grupo de mujeres cultas que la rodeaban. En esta biblioteca se encontraban las obras latinas de Tito Livio, Séneca, Virgilio, Plutarco, Cicerón, Salustio, Terencio, Plinio, Quinto Curcio y Aristóteles. Ocho tratados de lengua latina, los vocabularios de Alonso de Palencia y Antonio de Nebrija, varias obras de retórica y poética latinas.

La caída de los Príncipes

 En lengua castellana destacaban autores como Alfonso X el Sabio, el canciller de Ayala, los dos Arciprestes de Hita y de Talavera, Juan de Mena, Pérez de Guzmán, los consejos del Conde Lucanor, las obras de Petrarca, la Caída de los Príncipes de Bocaccio.

  En Historia hay una presencia considerable; Historia de España, historia de los santos. Las obras de Moral, medicina, pedagogía, astrología, derecho.

   En cuanto a obras religiosas tenía varios ejemplares sobre la Sagrada Escritura, con comentarios y exposiciones de ésta; obras de los Padres de la Iglesia como San Agustín, San Ambrosio, San Jerónimo, San Gregorio; Alabanzas de la Cruz de Rábano Mauro, el Kempis, la “Vita Christi” del cartujano Landulfo de Sajonia; las “Meditaciones” de San Buenaventura.

Breviario de la reina

   También se encuentran las vidas de Santos, Reglas de la Orden de San Francisco, etc. Lo que también cabe de destacar son los Breviarios, bellamente ilustrados con pinturas miniadas, y libros de las Horas Canónicas. El Misal obra miniada ― con pinturas pequeñas ― ilustrado por orden de la Reina, de gran valor artístico y el Breviario personal de ella, obra valiosísima una joya artística, y sus libros litúrgicos que se encuentran custodiados en la Capilla Real de Granada.

  La biblioteca de la Reina Isabel es un fiel reflejo de su perfil  humanista y profundamente espiritual

                                La Promoción de la cultura

«Studia la Reina somos agora studiantes» (Juan de Lucena 1430-1506 humanista, embajador de los Reyes Católicos)

  Ciertos motivos, por los cuales la reina recibió clases de latín para dominarlo, fueron para poder leer y orar con las horas canónicas  ―la liturgia de las horas ―, leer la Biblia, conversar con diplomáticos extranjeros, etc… Cuando fue coronada reina la situación del Reino de Castilla era de extrema vulnerabilidad y crisis cultural, debido a ello buscó humanistas y artistas extranjeros, principalmente italianos y flamencos, incorporándolos al servicio del Reino de Castilla y Aragón; la nobleza   ― principalmente castellana ― siguió sus pasos entregándose al estudio de las letras. Ella misma tenía la firme convicción de que: «con la ciencia se ennoblecen mucho nuestros reinos» (Positio Isabel Cap. XX P. 775).

Enrique IV

 La regeneración cultural fue intensísima y proyectada hacia todos los niveles, inferior, medio, superior y universitario, en todos los ámbitos del conocimiento, ciencias y artes e igualmente sin hacer ningún tipo de  discriminación tanto para el hombre como para la mujer, con espíritu y mentalidad abierta y universal. En cuanto a las Universidades se refiere, la reina practicó un gran rigor a la hora de conceder los grados académicos y el nombramiento de profesores.  Otra decisión que caracterizó al reinado de Isabel en la faceta cultural es el establecimiento de gratuidad de los estudios para los pobres, la regularidad en las votaciones académicas eliminando el favoritismo y la corrupción que había heredado del reinado de su hermanastro el rey Enrique IV.

  Otra de las actuaciones que la Reina Católica hizo en pro de la cultura y del saber fue fomentar los Colegios Mayores o Estudios Generales en las principales ciudades, en donde ella puso un gran interés; esto favoreció la creación de una gran masa de Licenciados y Doctores con una gran formación intelectual.  «En nuestros tiempos todos los grandes hombres de España y famosos en cualquier forma han sido creados por la reina Isabel» (Conde Baltasar Castiglione 1478-1529. Positio Isabel Cap. XXV P. 904)

  La invención de la imprenta el año 1474 fue una herramienta muy útil y común en ella para la divulgación de la cultura y el saber en todo ámbito. De la entrega de la Reina y su amor a la cultura y su divulgación en la práctica totalidad del su reinado utilizando la imprenta, diría Menéndez Pelayo: «Pasma el número, la variedad y esplendidez de las impresiones lanzadas en aquellos veintiséis años».

Escuelas Palatinas

  La fundación de las «Escuelas Palatinas» supuso no solo la expansión de la cultura general, sino también la creación de un seminario de políticos y gobernantes, organizando con esa intención dos de dichas Escuelas, la masculina y la femenina, donde se impartiría, de forma sistemática, las materias de educación social, literaria, científica y religiosa; a los hijos e hijas de la nobleza y de los altos funcionarios. Para ello se eligieron los mejores maestros humanistas conocidos, nacionales y extranjeros; entre los que se encontraban Pedro Mártir de Anglería que tras la reconquista de Granada se hizo cargo de las dos Escuelas Palatinas. En 1494 el humanista alemán Jerónimo Münzer, afincado en Nüremberg, visitó España y en su “Itinerarium Hispaniarum” reflejó su impresión personal sobre estas escuelas donde decía: «Había en Madrid cierto doctísimo y laureado poeta…, el cual educa a los jóvenes de la Nobleza y me invitó a oír sus explicaciones. Allí vi al duque de Villahermosa, de Cardona, al hijo del conde de Cifuentes, a don Pedro, conde de Mendoza, y a otros muchos jóvenes agraciados que me recitaron grandes trozos de Juvenal, Horacio, etc. Los que pretenden entrar en la Corte real llegan a cuatrocientos y tienen muchos preceptores… Son muy esclarecidos estos adolescentes. Pasan sus horas en el estudio y en otros servicios del Rey y en la caza, para no perder ni una hora en la ociosidad»

 También formaron parte tres doctos maestros italianos como Lucio Marineo Sículo y los hermanos Geraldini, Antonio y Alessandro.

Medallón RR.CC. en U. de Salamanca
Diego Ortíz de Calzadilla

   En cuanto a la Universidad se refiere, especialmente la de Salamanca, a mediados del Siglo XV se vivió una renovación de saberes que arrinconó las antiguas prácticas astrológicas y alquímicas buscando una ciencia universal. Las novedades en el saber destacaban la astronomía y la medicina. En dicha Universidad gozaban de gran prestigio en astronomía personas como Diego Ortíz de Calzadilla, Abrahán Zacuto. En medicina destacaron Juan de Guadalupe y su sobrino el bachiller Fernando, Juan Gutiérrez de Toledo y Francisco López de Villalobos.

Con los médicos reales se estableció un importante control sobre la práctica médica e igualmente se les capacitaba para juzgar los excesos médicos. Esto dio lugar a lo que un poco después se llamaría el “protomedicato”. La botánica destacó con importantes nombres como Andrés de Laguna. En la práctica agronómica destacó Gabriel Alonso de Herrera y su importante obra “Libro de agricultura”, que se fue a lo largo del tiempo editándose hasta el Siglo XIX. Quién destacó en aritmética fue Francisco San Clemente con su libro “Suma del arte de la aritmética”.

  Las universidades que brillaron con luz propia en tiempos de los Reyes Católicos fueron la de Alcalá de Henares, fundada por Cisneros, y la de Valladolid y Lérida

                                Protectora de las Bellas Artes

Catalina de Aragón por J. de Flandes

  La Reina Isabel no sólo fue protectora de las Bellas Artes sino igualmente su impulsora, en lo que se incluyen la arquitectura, la escultura, pintura ―Juan de Flandes su principal pintor ―. En su reinado surge un estilo artístico llamado “Isabelino”; exportado este estilo a América tras su descubrimiento. En cuanto al arte de la composición musical y a las exigencias litúrgicas del culto, creó una «Escuela musical» con 40 maestros y cantores. A sus hijos tanto al príncipe Juan como a las Infantas los dotó de una capilla musical propia. De la sensibilidad musical de la Reina Católica se beneficiaron e impulsaron las catedrales y los monasterios de los Reinos de Castilla y Aragón. Con los Reyes Católicos se vivió el  florecimiento de lo que fue el Siglo de Oro español de profundas raíces cristianas y evangelizadoras.

  No se trata de un simple mecenazgo, al estilo de otras cortes de Europa, sino que tiene un sello y un espíritu totalmente católico. La Reina Isabel imprimió un sello muy personal a la cultura y a las artes como la arquitectura, pintura, escultura, literatura etc. con una impronta católica fruto de su profunda fe y su afán de evangelizar a través de la erudición y todo tipo de artes; para comprender toda manifestación en la vida de la reina Isabel hay que contar con el principio de que era una mujer profundamente creyente y que todo se proyectaba en torno a la fe, política de Estado, cultura, artes, obras sociales, evangelización, pero dentro de su fe hay que contar también con otro principio, no menos importante, su espiritualidad franciscana. La Reina Isabel fue uno de los personajes de la historia de España que más promocionó la cultura, las artes y letras.

                                         La Arquitectura

                       Obras representativas del estilo Isabelino

  En el reinado de los Reyes Católicos en el Siglo XV el estilo gótico daba sus últimos “coletazos” para adentrarse en una nueva corriente artística venida de Italia, «El Renacimiento», donde la arquitectura comienza a desligarse de las características predominantemente religiosas. Emergen nombres de como los Colonias, los Egas, los Guas, los Hontañón, los Riaños, los Álavas. Estos son los que posibilitaron el tránsito del gótico tardío al renacimiento.

La reina Isabel en la Cartuja de Miraflores

La Cartuja de Miraflores de Burgos: Aunque existió una construcción previa al reinado de Isabel La Católica, tras sufrir un incendio en 1454, posteriormente bajo el mecenazgo de la Reina se construyó otra; iniciada por el arquitecto Juan de Colonia, en 1488 se cierran las bóvedas y el hijo Simón de Colonia continuó la construcción. La Iglesia es de gran sencillez y de decoración austera de Gil de Siloé  ― padre de Diego de Siloé ―. La iglesia es de una sola nave con un ábside heptagonal, tiene bóvedas de crucería estrellada. En la capilla Mayor destaca una de las maravillas de Gil de Siloé, el retablo de madera policromada. La otra obra maestra de dicho escultor es el sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal, padres de la Reina.

San Juan de los Reyes de Toledo: Este templo votivo fue erigido como Acción de Gracias por la victoria trascendental en la batalla de Toro el 1 de marzo del 1476, dentro de la guerra de sucesión contra las tropas portuguesas y por el nacimiento del príncipe Juan (1478). Es un monasterio Franciscano construido bajo patrocinio de la Reina Isabel. Fue encargado al arquitecto Juan Guas y es el monumento más representativo del arte gótico-Isabelino. Su iglesia presenta planta de cajón con una única nave y capillas-hornacinas entre contrafuertes. El presbiterio es ochavado con cimborrio sobre trompas: la decoración es preciosista. El claustro está adosado a la Iglesia; la galería inferior con bóveda estrellada.

Convento de San Pablo de Valladolid: Esta iglesia conventual de dominicos tuvo un largo proceso de construcción; su fachada principal y dos laterales no tienen ninguna correspondencia con su interior; la fachada principal tiene un acabado en un frontón triangular, la parte inferior con más decoración presenta un arco carpanel que resguarda la fachada conopial con agujas y escudos sobresalidos de una red de estrellas.

Colegio San Gregorio de Valladolid: Del colegio de San Gregorio nos interesa su fachada. Construida entre 1487 y 1493. Está atribuido a Gil de Siloé; domina la composición un arco carpanel y sobre él lienzos organizados en encasamentos. Las fachadas están coronadas como los retablos por líneas horizontales o ligeramente escalonadas. Destaca en su interior por su originalidad el patio porticado de este colegio con dos pisos de arquerías sobre columnas toscas.

La Capilla Real de Granada: Meses antes de la muerte en 1504 de la Reina Isabel se inició la construcción de la Capilla Real anexa a la mezquita Aljama, aunque no existen documentos que lo demuestren se atribuye a Enrique Egas su construcción aunque sí como director de obras. La Capilla es de un gótico austero donde mezcla jarrones, balaustrada, crestería gótica y arcos conopiales. De una sola nave con crucero y capillas hornacinas.

Iglesia del Sagrario de Málaga: Esta iglesia es la única construcción gótica de Málaga, el proyecto se atribuye a Juan Egas y su construcción a Fray Bernardo Manrique de Lara. Debido a una serie de problemas con el terreno no llegó a edificarse hasta finales del Siglo XVIII. Presenta un arco conopial con la figura de Dios-Padre; aparecen cuatro Padres de la Iglesia y  los cuatro Evangelistas y la Anunciación.

Hospital Real de Santiago de Compostela: Situado en la Plaza del Obradoiro se programa su construcción en 1499 por los Reyes Católicos. Los autores de las trazas son Antón y Enrique Egas.

Hospital de La Santa Cruz de Toledo: La traza de este edificio corresponde a Enrique Egas con estructura cruciforme con dos patios y bóveda de crucería en el crucero. La fachada es de Alonso de Covarrubias con estilo claramente renacentista.

El Hospital Real de Granada: Fundado por los Reyes Católicos Dicho edificio tiene traza cruciforme está atribuido a Enrique Egas; aparece una planta regular con cuatro patios, crujía y capilla central. La fachada es manierista y muy sobria.

Monasterio de Santo Tomás (Ávila): Responde perfectamente este edificio al estilo gótico-Isabelino; fue patrocinado por los Reyes Católicos y por su tesorero Hernán Núñez. Tras la muerte del primogénito de los reyes, ― el príncipe Juan ―  fue elegido para el enterramiento de él. Domenico Fancelli esculpió el sepulcro en mármol a principios del Siglo XVI.

                           La arquitectura Isabelina en América

  Es una evidencia que el legado de los Reyes Católicos tanto arquitectónico como artístico en la América Hispana es de una gran calidad y cantidad de ejecuciones. Es en la arquitectura de Hispanoamérica donde tiene unos matices como el gótico, renacimiento y el mudéjar, dejando una gran riqueza tipológica y ornamental en iglesias capillas y catedrales; pero también en edificios civiles como ayuntamientos, hospitales, universidades y palacios de gobierno. Los edificios arquitectónicos Isabelinos contienen un lenguaje que invita al diálogo entre los que contemplan y el edificio, donde se contiene un fuerte simbolismo heráldico y misional, donde está enmarcada la ornamentación de los edificios con motivos no sólo en piedra sino también en madera, hierro, yesería, azulejería. Los motivos de adorno contienen perlas, bolas, veneras, cordón franciscano, cadenas escudos, águilas, yugos, flechas, granadas.

Catedral de Gran Canaria

  Dos fueron las catedrales extra-peninsulares que se edificaron tras el descubrimiento de América, una fue la de Gran Canaria y la otra y la Catedral de Santo Domingo (República Dominicana) y el convento de los  Dominicos de dicha ciudad con una Iglesia que sigue la tipología del estilo Isabelino con cabecera poligonal, una sola nave, pero amplia, con cubiertas de crucería estrellada, todo esto importado de la península.

La Catedral de Santo Domingo (República Dominicana): Juntamente con la catedral de Gran Canaria, es la primera empresa arquitectónica de los Reyes Católicos fuera de la península ibérica. Esta catedral contiene una gran influencia de la tradición de la arquitectura castellana en su portada geminada. En su exterior tiene un estilo gótico y adornos renacentistas.

                      La escultura en tiempos de la Reina Isabel

Puerta de los leones. Toledo.

  La creación de obras arquitectónicas trae consigo un efecto dominó sobre las otras artes, la escultura y la pintura. En cuanto a la escultura se refiere en la segunda mitad del siglo XV el Reino de Castilla recupera la hegemonía en escultura. En cuanto al reinado de los Reyes Católicos se refiere, los centros o lugares escultóricos más importantes del estilo Isabelino o gótico-flamígero son además de Valladolid, las ciudades metropolitanas y regias, principalmente Toledo y Burgos. En estos lugares, durante varias generaciones maestros del norte de Europa que introdujeron modernas formas flamígeras (que imitan el movimiento de las llamas) enriquecidos con el mudéjar. En Toledo trabajaron conjuntamente arquitectos y escultores de los europeos el que destaca es Anequín de Bruselas, maestro de obras de la Catedral de Toledo, constructor de la Puerta de los Leones. Entre los escultores que colaboraron se encuentra Egas Cueman, en 1454 talló la sillería del coro de la catedral de Cuenca; juntamente con Juan Guas arquitecto venido de Lyón, por encargo del Cardenal Mendoza, trabajó en el trasaltar de la Catedral. Otro trabajo que el mismo equipo realizó fue la decoración del Palacio del Infantado en Guadalajara e igualmente la construcción y decoración de San Juan de los Reyes.

Dibujo y sepulcro de Alonso de Velasco e Isabel de Cuadros

Otras obras escultóricas que destacan son los monumentos funerarios como el de los monumentos funerarios como el sepulcro de Alonso de Velasco y su esposa en el Monasterio de Guadalupe acabado en 1476. En este monumento funerario los difuntos aparecen en esculturas exentas orando, esta obra crearía escuela en Castilla. En cuanto a Burgos se refiere el autor escultórico de mayor prestigio y reconocimiento es Gil de Siloé al que la Reina Isabel le encargó los trabajos para la Iglesia de la Cartuja de Miraflores, el sepulcro de mármol del Rey Juan II y su esposa Isabel de Portugal y el sepulcro del hermano de la Reina, el Infante Alfonso, y el monumento funerario de Juan de Padilla, exquisitamente decorado, digno de los trabajos de los plateros. Finalmente, una de las obras escultóricas cumbre de Siloé es el retablo de la Catedral de Burgos.

                La pintura y el mecenazgo de la Reina Isabel

  En cuanto a la Reina se refiere ante la pintura, mostró una sensibilidad especial coleccionando obras de arte pictóricas unas compradas o encargadas por ella misma. Se pueden clasificar dos tipos de pinturas las religiosas y las profanas.

Pintura en la Capilla Real en Granada

 Pintura religiosa: Es de mayores dimensiones que la profana, se encuentra la mayor parte en la Capilla Real de Granada. De los autores más destacados son los extranjeros Roger Van der Weyden. Dirc Bouts o Juan Memling, Botichelli, o Perugino y los españoles Pedro Berrugue y Bartolomé Bermejo. En cuanto a la temática preferida por la Reina era la Anunciación y el día del Juicio Final. Los pintores que la Reina tenía a su servicio eran,  Antonio Inglés, Pedro Ramírez. Miguel Sittow, Juan de Flandes y Felipe Morras. Fue Juan de Flandes el preferido de la monarca por este serían realizados una serie de retratos.

 Pintura  profana: Las pinturas de estas características son más bien escasas con una temática bélica, paisajística o urbanas también.

  En cuanto a la realización de cada obra es la pintura sobre tabla técnica que predomina.

Triunfo de la fama

 La colección de la Reina Isabel de tapices: Sobre los tapices, la reina llegó a coleccionar unos trescientos paños, lo cual es reflejo de la alta consideración que se tenía, tanto en su tiempo como en el pasado, por el tapiz ya que eran considerados una auténtica joya. Había dos tipos de paños, el suntuario y el religioso. No todos los tapices fueron adquiridos por la Reina, sino que ya su padre Juan II de Castilla dejó en su testamento la donación de cuarenta tapices para el Alcázar de Segovia; estos tapices eran de procedencia francesa y flamenca. Otros tapices eran regalos de Fernando el Católico, de Juana de Castilla, de la princesa de Portugal o de los condes de Ribadeo, y eran de temática religiosa, mitológica o decorativa. También la reina Isabel regaló tapices a su hija María  ― La Adoración de los Magos―, a su familia, a su maestra Beatriz Galindo ― Tapiz de la Crucifixión ― y a cortesanos. Una novedad en la adquisición de tapices por la Reina Católica sería la de los temas mitológicos, como la Historia de Rey Jove, Venus y Cupido, El Triunfo del Amor, Páris y Helena. De temática religiosa se encuentran, El árbol de Jesé, El Nacimiento de Jesús, Misa de San Gregorio.

Libro de las Horas de la reina Isabel

El Breviario de la Reina Isabel: Sobre las obras de arte que merecen una especial mención es el breviario de la Reina; donde destacan las magistrales ilustraciones del breviario; los pintores flamencos fueron los autores de estas bellas iluminaciones; la belleza de sus miniaturas hace del breviario un códice único; una de las miniaturas que impresionan es el águila, muestra no sólo de la devoción de Isabel a San Juan Evangelista sino su relación con el águila tetramórfica del Apocalipsis. Otra miniatura ilustrada que destaca es la de la Coronación de la Virgen cuyo autor fue Gérard Horenbout, dando un sentido político a esta obra y es la apología de  la coronación de la Reina Isabel frente a Juana la Beltraneja.

           El mecenazgo de las letras y la música por la reina Isabel

  La reina Isabel practicó un trascendental mecenazgo literario. Hay que comprender que el mecenazgo de la reina Isabel por la escritura entra dentro de lo que es su amor generalizado a la cultura.

Pedro Mártir de Anglería

 Lo característico de los monarcas, aristócratas y dignatarios eclesiásticos; en cuanto a las aficiones y gustos literarios de la monarca como la poesía, filosofía y retórica, también hizo que no sólo hiciera encargos a autores castellanos como Diego de Valera, Gómez Manrique o Alonso de Palencia, sino también a autores humanistas italianos como Lucio Marineo Sículo, Pedro Mártir de Anglería. No hay que olvidar que lo que caracterizó a la Reina, mucho más que a su esposo Fernando, fue el patrocinio de los intelectuales, escritores e investigadores, también protegió a los juglares por la importante labor que hacían de transmisión literaria. Los autores literarios sabían que unir sus nombres al de la Reina Isabel sería la expansión y divulgación de sus obras; pongamos el ejemplo de Antonio de Nebrija, dedicó su libro de Gramática Castellana a la Reina Isabel sabiendo el impulso divulgador que tendría gracias a ella. Otro ejemplo sobre la sensibilidad literaria de la monarca se evidencia en una carta de Pedro Mártir de Anglería a Ascanio Sforza ,criticando a los nobles, donde les reprocha que ellos piensen que las letras son un impedimento para el arte; en cambio  a la  Reina sí le reconoce el papel en su protección diciendo lo siguiente: «bonarum artium cultrix» (cultivadora de buenas artes) y sustentadora del «ludum literarium» (el juego literario). Otras intervenciones de protección de las letras por la Reina serían además de formar a sus hijos, nietos e hijos de la nobleza, la elaboración de algunas obras que prestigiaban el uso del latín, acercando la producción hispana a los modelos italianos. El patrocinio literario de la reina fue estimulado por personas influyentes de su entorno.

Crónica de España

  El interés de la reina por la historia, como estudio del pasado y modelo para el futuro, la animaron a proteger obras y estudios de historia; un ejemplo es como Isabel encarga a Diego de Valera escribir una Crónica abreviada, lo que inició en su corregimiento en Segovia en 1479, para terminarla en el Puerto de Santa María en 1481; la obra incluye una introducción geográfica, un resumen de historia antigua de España y un compendio de la de Castilla. También pidió a Fernando del Pulgar una relación de los Reyes Moros de Granada (o tratado de los Reyes de Granada).  

Sobre la poesía: Al trasladarse a la corte de su hermanastro Enrique IV, conoció el ambiente de la poesía cancioneril tanto en su perfil amoroso como en su perfil político y satírico. A lo largo de toda su vida a la Reina Isabel le gustó la poesía tanto de los romances como de la lírica cancioneril, por ello financió a poetas como Costana, Moner, Núñez, Portacarrero, Guevara, Diego de Valera, Íñigo de Mendoza o Ambrosio de Montesino. El poeta Pedro de Cartagena  dedica unas poesías «a la reyna Doña Ysabel» :

De otras reynas diferente,

 princesa, reyna y señora,

¿qu’esmalte porne’ que assiente

en la grandeza excelente

que con su mano Dios dora?

Que querer yo comparar

vuestras grandezas reales

a las cosas temporales

es como la fe fundar

por razones naturale

 Sobre la música: Otro mecenazgo fue el de la música, ya que los músicos eran imprescindibles en la corte por sus ceremonias y por el recitar poemas que iban acompañados de música. Para ello la reina se rodeó de un cuerpo de atabaleros, trompetas y ministriles bajos. El mecenazgo de la música por la Reina procuró una gran cantera de músicos castellanos, En torno a la música hay que incluir la danza y el baile.

Juan de la Encina

  En cuanto a compositores musicales en el reinado de Isabel tenemos a Juan de la Encina y Juan de Anchieta.

  Respecto a los géneros musicales se refiere; la música vocal era más importante que la instrumentista; esta se subdividía en religiosa y profana; la primera tenía una gran calidad y era deudora de las formas medievales; sobre la profana solía tener textos en lengua vernácula y estructuras sencillas basadas en lo popular, entre ellos destaca el romance y el villancico, este solía tener textos en castellano y portugués y deriva de las cántigas medievales de copla y estribillo. La denominación hace referencia a los cantos de los habitantes rurales ― villas y aldeas ― que efectuaban en festividades, aunque posteriormente se asociara a la temática religiosa navideña.

                    El mecenazgo de Cristóbal Colón por la Reina

La reina Isabel y Colón

   Cuando Cristóbal Colón recibió por parte del Rey Juan II de Portugal y su corte en 1484, la negativa a patrocinar la empresa  de llegar a las Indias por la vía transatlántica, abriendo un nueva ruta marítima en línea horizontal hacia el oeste, se llegaría así a las Indias abriendo una nueva ruta comercial; ante la negativa, Cristóbal Colón marcha hacia el Reino de Castilla en 1485; los Reyes Católicos tenían como prioridad reconquistar el último reino musulmán que quedaba; el Reino de Granada. En estas circunstancias Colón expuso al Real Consejo su proyecto, que inmediatamente fue rechazado. Cuando el navegante había perdido toda esperanza de que el reino de Castilla patrocinase su proyecto; su primer valedor y amigo, el fraile Franciscano Fray Antonio de Marchena, convenció a Fray Hernando de Talavera ― confesor de la Reina – de que los Reyes Católicos recibieran en audiencia  a Cristóbal Colón. El 20 de enero de 1486 los Reyes Católicos  recibían, junto con el Consejo Real,  en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares a Cristóbal Colón. Una junta de expertos consideró negativamente su proyecto, así lo reflejaba Andrés Bernáldez  amigo personal de Colón e historiador: «Les hizo relación de su imajinación, á la cual tampoco no daban mucho crédito, y él les platicó y dijo ser cierto lo que les decía, y les enseñó el mapa-mundi.». Durante la audiencia habló del Gran Khan y la posibilidad de hacer el viaje a la India por occidente. De esa propuesta no se olvidó la Reina, pero ante los resultados, de nuevo, Colón lo intentará en Portugal e igualmente en Inglaterra y Francia, siendo también rechazado su proyecto.

Finalmente ella encargó el estudio del proyecto a una comisión de cosmógrafos, letrados y marineros incluyendo a Colón. Aunque la empresa fue pospuesta por los Reyes Católicos por la guerra de Granada, jamás sería ya rechazado el proyecto. Posteriormente el navegante pidió ayuda económica al Duque de Medinaceli para el proyecto, pero enseguida la Reina intervino declarando que era un proyecto solo para los monarcas. Después Colón decide trasladarse a La Rábida para ponerse en manos del Franciscano Fray Juan Pérez hombre de confianza de la Reina  ― de nuevo un franciscano pone su granito de arena para que el descubrimiento de América sea una realidad ―. Las conversaciones entre la Reina y Fray Juan Pérez fueron decisivas para el futuro y el éxito del proyecto. Tras la toma de Granada, la Reina convocó una gran asamblea de letrados, prelados, consejeros y nobles que de nuevo rechazaron el proyecto. Pero la reina Isabel al tener conocimiento de la marcha de Colón del Reino de Castilla,  lo hizo llamar a la corte. Definitivamente el 17 de abril del 1492 con las Capitulaciones de Santa Fe la reina concedió a Colón lo que pedía, asumiendo ella sola toda responsabilidad.

  No es exagerado decir que la Reina Isabel la Católica es la Madre de la Hispanidad o la Madre de América, pues, es indiscutible que no hubiese sido posible, sin el empeño personal de la Reina, su forma visionaria de concebir y ver los proyectos de Colón, aun teniendo la opinión de otros doctos en contra; ella supo ver en Colón no un iluminado sino una persona con una serie de propuestas y racionamientos sólidos ― aunque en parte erróneos ― que podían ser realidad. Hecho que sucedió el 12 de octubre del 1492.

Pinceladas del mecenazgo de Isabel la Católica.

Finalmente se puede decir que para la comprensión real e íntegra de la reina Isabel la Católica  es que, a todos los aspectos de ella,  todo se comprende por su profunda fe católico-franciscana que es lo que da sentido a su vida como mujer, esposa, madre, estadista, evangelizadora, persona caritativa, amante de la cultura, de las artes y las letras y de la ciencia. No es nada secundario ni ocasional el ser ella hija espiritual de San Francisco de Asís; ya que en el trasfondo de su vida y sus decisiones, reformas, empresas está el carisma franciscano, pongamos un ejemplo; fue la pionera de la abolición de la esclavitud y de los derechos humanos, sus decisiones el objetivo que tenían era el bien común; pasados los siglos, 387 años tras la muerte de la reina en 1504; el 15 de Mayo del 1891 el Papa León XIII ―  hijo espiritual  también de San Francisco de Asís al igual que la Reina Isabel ― publicó la primera Encíclica de acción social que crearía escuela en el Magisterio de la Iglesia ― la Doctrina Social de la Iglesia ―; me refiero a la “Rerum Novarum”, encíclica con un contenido indiscutible del espíritu y el carisma Franciscano.

   Manuel López Gómez

Orden Franciscana Secular

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1 thought on “VIII. Isabel La Católica mecenas de la cultura, la ciencia, las artes y las letras”

  1. Es muy placentero y reconfortante como español y católico practicante, aprender lo que ya imaginaba pero muy parcialmente, porque por nadie antes tuve la fortuna de haber conocido parte de los logros de la Reina con tanto detalle, porque no sólo pertenecen al pasado y presente sino porque su obra civilizadora, se proyectan a todo el futuro de la Humanidad.
    La reina Isabel la Católica ha sido con diferencia le mejor gobernante en la historia total de España hasta nuestros días, y por supuesto del mundo, consecuencia de su profunda fe religiosa y católica y consiguiente rectitud de vida, bien aconsejada por cardenales, especialmente el franciscano Cisneros, de cuyos frutos toda la humanidad es heredera y especialmente seguimos siendo protagonistas por su legado, como sus súbditos, todos los españoles, habitantes y nativos, en las provincias de ambos continentes. Esta mezcla de pueblos fue posible, bien lo sabía la reina, con las enseñanzas de Jesús, que ella las llevó a su tarea diaria en el gobierno de todos sus pueblos, debía desaparecer y así lo mandó en su testamento y codicilo, toda diferencia entre los hijos de Dios, porque todos somos hijos del mismo Padre Dios y tenemos la misma dignidad, pues al dictado de las enseñanzas de Jesús proclama San Pablo ya no hay esclavos ni …
    En la catolicidad de la Iglesia Romana, profesada y practicada por la profunda fe de la reina católica, se integraron en la misma fe y dignidad sin distinción, todos los católicos nacidos en ambos continentes y Filipinas.
    En el pasado y hasta nuestros días, la reina católica, ha sido nuestra mejor ayuda al haber formado parte, como ahora nos toca a nosotros, de la Iglesia Militante y de ella imploramos ayuda para prepararnos y alcanzar con ella llegar a la Iglesia Triunfante,
    El fundamento de la Inmaculada Concepción de la Virgen María como Madre de Dios, fue defendido por Duns Scoto, fundado en los méritos de Jesús como mediador y omnipotente, no podía ser madre de Dios una carne pecadora y mortal, por el pecado original y no solo el original, pues no hay nadie nacido ni por nacer que no cometa pecados capitales en su vida o por accion y omision incumpla mandamientos de la Ley de Dios. Ya que el mal es expansivo La Virgen no podía, siendo madre de Dios estar con contaminada por los pecados que atacarian necesariamente la Santidad de Dios
    Razonando de modo semejante, aunque salvando las distancias infinitas, a modo de ejemplo, la Reina Católica ha dejado para la humanidad una vida tan ejemplar y exitosa en su obra de civilización cristiana, que por estos méritos, muy lejos desde luego de los de la Virgen inmortal, pero a modo de espejo, Dios tendrá a esta reina católica y no es una exageración, entre sus preferidos en el Cielo porque si Santiago nos trajo a España la fe en Jesucristo y con ella vinieron multitud de mártires y santos, La Reina Isabel ha llevado la misma fe, desde España a medio mundo con los sucesores de Santiago Apóstol, sobre todo los religiosos, que gastaron allí su vida en evangelización, nunca imposición, la educación y `progreso de unos pueblos que vivían en esclavitud de unos con otros y en plena edad de piedra, con inmolaciones de victimas humanas.

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