LA OBRA DE ESPAÑA Y LA IGLESIA EN AMÉRICA. TOMA Y DACA SOBRE LOS TÓPICOS DE SIEMPRE (1)

Si te gusta, compártelo:

Allá por 1992, cansado de leer y escuchar tópicos y opiniones acerca de la obra de España y de la Iglesia, redacté unos apuntes con el ánimo de convertirlos en un libro que nunca termino de escribir. En espera de poder hacerlo en algún momento, les comparto lo que he ido anotando de momento. Seguro que con sus aportes y la nueva bibliografía que nunca falta, antes del 2021 lo tengo listo. Cualquier sugerencia, a mi correo joseantoniobenito1@gmail.com. Gracias.

Antes que Colón llegaron otros

Cierto. Se comprueba con los restos de embarcaciones foráneas hallados en Guanahaní, San Salvador o la actual Wattling. Pero, como el profesor Demetrio Ramos ha señalado, lo difícil no era llegar sino salir y volver como lo hizo Castilla.

Los vikingos llegaron a Windland o «tierra de los vientos» como también llegaron los gallegos y los vascos a la «Terra dos Bacallaos», pero no lo anunciaron para que nadie les quitase la pesca. Ninguno de ellos mantuvo contactos con los esquimales ― los skraelinger de las sagas vikingas―; no se apercibieron de haber llegado a algo distinto, no lo comunicaron y no variaron las concepciones geográficas medievales del S. XI. El Descubrimiento de Colón dará un giro copernicano a la geografía e historia universal.

  1. Pero ¿no es verdad que fue un «proto nauta» que entregó su secreto a Colón? ¿Colón no iba a descubrir sino a verificar?

Alonso Sánchez de Huelva

Esta teoría no es nueva. A título de ejemplo, en la obra de Lope de Vega El Nuevo Mundo descubierto por Colón se recoge como cierta. En la actualidad, se apoya en la tesis de uno de los mejores americanistas don Juan Manzano. Según ella, hay un previo conocimiento de América. Esta idea se complica en los mismos días de Colón: el proto nauta se llama Alonso Sánchez de Huelva y muere en casa de Colón o de su suegro; le comunica la noticia y Colón se informa de la existencia de tierra al otro lado del océano. Colón tendría noticias directas, aparte de las proporcionadas por el proto nauta. Manzano sostiene que tuvo las vivencias que Colón adquirió en tres viajes; el protonauta ha entrado por las Antillas Menores al igual que hará Colón ante la sorpresa de sus compañeros; el proto nauta conoció Cumaná y Paria, Tierra Firme, y se lo comunicó a Colón; ha vivido experiencias semejantes en el 2º y tercer viaje y acertó a regresar por el sitio adecuado

2. Digamos «encuentro» para no herir susceptibilidades

Ernesto de la Torre Villar

Como denominación ideologizada puede servir, pero los especialistas en el tema prefieren el término clásico. Así lo revela el XVII Congreso Mundial de Historia celebrado en Madrid, del 26 de agosto al 2 de septiembre de 199O. Su coordinador, el mexicano Ernesto de la Torre Villar, en su informe El descubrimiento de América por los europeos y sus consecuencias, concluyó: «El término ‘descubrimiento, que es el que tiene mayor trayectoria y una acepción libre de toda implicación política, fue puesto en tela de juicio y para sustituirlo fueron propuestos otros, como los de invención, ‘encubrimiento’, ‘encuentro de dos mundos’ y algunos más. Estos términos no satisfacen la realidad de lo acaecido y son, o derivaciones de una filosofía histórica «sui generis», o deseos de encubrir las palabras con un sentido que tiene más de novelería que de una real interpretación histórica».

Más reciente aún, el Congreso sobre el Descubrimiento de diciembre de 1991, organizado por la Real Academia de la Historia de España junto con sus colegas de América, ha puesto de manifiesto la consagración del término por encima de todas las presiones idealogizantes y políticas.

F. Morales Padrón

F. Morales Padrón: «Me parecen vergonzantes las actitudes de intentar suplantar el vocablo descubrimiento por la palabra encuentro…Desde el punto de vista de las ciencias americanistas, descubrimiento geográfico es el encuentro, el hallazgo, el desvelamiento, desde una realidad cultural, de otra realidad cultural, de otra realidad que estaba oculta para aquella primera realidad. Pero no sólo es descubrimiento el encuentro, sino que, además, implica y lleva consigo descripción, transmisión y trascendencia».

¿Por qué no utilizamos este mismo vocablo para el descubrimiento del Polo Norte o Australia? O ¿es que hay algo malo en decir que Fleming descubrió la penicilina

3. Colón era un pobre ambicioso que sólo iba a por el oro


Colón

Sobre el Almirante se han escrito numerosos trabajos. El misterio de su patria sigue siendo una incógnita. Aparte de Génova, la más probable, le han salido nuevas cunas en Galicia, Cataluña, Baleares…

A caballo entre la Edad Media de la que toma su ideal cruzado de la geografía que revela hasta en su firma «el portador de Cristo»; al mismo tiempo era un hombre moderno, renacentista, un hombre que busca inmortalizarse, que busca ambiciosamente el oro, que lleva su mundo y por eso choca con Roldán, líder de los castellanos forjados en la tradición repobladora de la Reconquista y en el reparto distributivo de la riqueza sin privilegios por el hecho de ser jefe. Su mentalidad esclavista chocó también con la de la Reina Isabel que le ordenará dar libertad a los «indios, mis súbditos».

Pero Colón era hombre de su tiempo y debemos acercarnos a su personalidad desde la clave de encontrarse en ese recodo histórico. Así nos lo describe uno de sus mejores biógrafos VERLINDEN: «Era un espíritu religioso, de una piedad y un misticismo completamente medievales. Pero nosotros sabemos que era además un hombre moderno, lleno de voluntad y de ambición, en un mundo en vía de rápido cambio»

4. ¿Beneficioso o nocivo el Descubrimiento?

Pérez Esquivel

A medida que entramos de lleno en 1992 se orquestan grupos «en contra del V Centenario», «año de luto» porque como señalara el Premio Nobel, Pérez Esquivel «no hay nada que conmemorar. Es el aniversario de una hecatombe, de la destrucción de América por España y Portugal. Los pueblos ‘latinoamericanos ‘no han hecho desde entonces sino luchar por salvar la supervivencia de sus raíces, contra la opresión de la raza conquistadora».

Con cierta ironía, Ernesto de la Torre, en el XVII Congreso Internacional de Ciencias Históricas, concluiría: «Si la palabra ‘descubrimiento ‘como se ha pensado, va unida a los conceptos ‘conquista’, ‘sujeción violenta ‘, ‘dominación’ ― cosa que ni el P. Las Casas llegó a relacionar ― , podría emplearse, como ya lo hacen varias instituciones, la frase: recordación del primer viaje colombino, el cual es indudable que ocurrió hace quinientos años».

Lo cierto es que a partir de 1492 la historia europea y mundial cambió radicalmente. En el aspecto político se desarrollará un nuevo sistema de equilibrio mundial; en el socioeconómico hay que considerar la llegada masiva de metales preciosos, la incorporación de nuevas especies a la agricultura y ganadería (patata, maíz, pimiento, vainilla, …); en el demográfico, emigraciones como nunca se habían dado en la historia; en lo cultural se revisan las viejas teorías geográficas e históricas dando paso a una visión histórica más universal, se ponen las bases del Derecho Internacional, se inician los estudios antropológicos en los pueblos indígenas, la literatura genera crónicas y descripciones de gran calidad así como la aparición de nuevos vocablos (canoa, cacique…); en el aspecto religioso nos encontramos con un despliegue misionero sin precedente, se amplía la cristiandad con la incorporación de nuevos pueblos a la Iglesia, se perfeccionan los métodos pastorales con el afán de mejorar al hombre- catecismos, encomiendas, hospitales, reducciones…Si lo miramos desde el punto de vista americano, Europa ayudará a quitar las limitaciones del hierro, la rueda y sus aplicaciones, el conocimiento de los cuadrúpedos domesticados, la escritura, sus hábitos primitivos( poligamia, alcoholismo, canibalismo, superstición…), su cultura cerrada por el aislamiento geográfico y con un retraso de unos 4.OOO años con respecto a Occidente.

León XIII

León XIII, en la carta con motivo del IV Centenario de 1892, llegará a decir que es «el hecho de por sí más grande y maravilloso entre los hechos humanos». Juan Pablo II dirá que «era el prorrumpir vigoroso de la universalidad querida por Cristo […]» con la que «se echan las bases de la cultura latinoamericana y de su real sustrato católico» (Puebla 412)

Casi con las mismas palabras nos lo manifestaba el célebre y reciente Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, declarándose partidario de la celebración del V Centenario «porque amplió la visión del hombre. El hombre estaba limitado. El continente americano ignoraba que había otro continente, y el viejo mundo también ignoraba la existencia del continente americano. El gran problema teológico del siglo XVI fue que los evangelios dicen que los apóstoles tienen que ir a evangelizar todo el mundo conocido, entonces cuando los españoles descubren este continente se dan cuenta de que parte de la humanidad había sido sustraída a los evangelios. Bueno, es la gran ventaja, que de pronto el mundo adquiere su unidad gracias a la expansión europea, fundamentalmente de España».

5. Tabla rasa de sus culturas o ecocidio

En la Segunda Guerra Mundial se destruyó la abadía de Montecasino, con la invasión napoleónica en España numerosos documentos de Simancas fueron quemados, en nuestra Guerra de 1936 se pulverizaron abundantes obras de arte.

Es verdad que se destruyeron obras de interés cultural de las civilizaciones prehispánicas. Pero no se hizo obedeciendo a una mentalidad excavadora de aniquilamiento sino porque expresaba unos valores que a juicio de los europeos de ese momento se oponían al Derecho Natural o al Evangelio. Si no se destruían las cruces, los adoratorios, la superstición -probablemente- seguiría. Pensaban que el mayor delito era la herejía y el mayor mal la infidelidad. Un historiador peruano ― F. de Armas ― nos lo pone de manifiesto al describir la cultura incaica:

El prototipo universal de los misioneros, san Francisco Javier, cuenta la satisfacción que sentía cuando los mismos autóctonos destruían sus ídolos.

Bernardino de Sahagún

Pero si esto es realidad en un primer momento, no es menos cierto que si hoy conocemos la cultura prehispánica en parte se lo debemos a la paciente labor de los misioneros. Ahí están Bernardino de Sahagún, P. Acosta…Ellos serán los más firmes promotores de velar por el respeto y salvaguarda de su cultura siempre que no atentase con los principios básicos de la fe y la ley natural.

Modelo de inculturación fueron las Reducciones guaraníes, puestas de moda -aunque con distorsiones malévolas- por la película de «La Misión».

6. La pretendida «crueldad» de los conquistadores

F. López de Gómara

Aunque se conocen mejor sus hechos militares que su mundo social, interesa aproximarnos por dentro a los protagonistas de este primer encuentro entre españoles e indígenas que lleva consigo descubrimiento, conquista, poblamiento, civilización. Así lo expresa el cronista F. López de Gómara: «Quien no poblare, no hará conquista; y no conquistando la tierra, no se convertirá la gente; así que, la máxima del conquistador ha de ser poblar.» Razón han tenido los académicos de la Historia (Madrid-Sevilla, diciembre 1991) en cambiar la palabra «conquista» por «asentamiento» ya que no se dan grandes combates ni guerras entre españoles e indios.

a) El «alma cristiana» de los conquistadores

«Aunque, como hombre, fuese pecador – dice J. Mendieta de Cortés- tenía fe y obras de buen cristiano».

Esta cita es válida para todos.

  • Ortodoxia. El conquistador nunca pone en duda sus creencias en el más allá; la herejía le repugna.
  • Providencialismo. Dios mueve las acciones de todos los hombres, especialmente en los trances difíciles. A Dios atribuyen los favores y victorias. Les libra de los peligros. Creen en el milagro.
  • Confianza y esperanza en Dios, no por sus méritos personales sino por el fin que persiguen de servir a Dios y al rey.
  • Apostolado. Sobrevive en ellos el alma del cruzado medieval. Sienten la responsabilidad de preparar el camino al misionero o de ser él mismo el evangelizador: Una forma concreta fue destruir los ídolos, aun a costa de su propia vida, como acto de servicio a los indios al quitar un culto en el que el sacrificio humano era habitual.

Cortés dijo a Moctezuma, después de de haberle anunciado la fe cristiana, que «el tiempo andando, enviarían unos hombres que entre nosotros viven muy santamente, mejores que nosotros, para que se lo den a entender».

b) Sus defectos

Lope de Aguirre

La conquista puso al rojo vivo todas las virtudes y defectos de los hombres de España. No faltaron desalmados como Nuño de Guzmán o Lope de Aguirre, luchas intestinas azuzadas por la envidia como entre la familia Almagro y Pizarro, individualismos personalistas, codicia de oro y de mujeres indígenas, injusticias cuando no había estabilidad política…pero fue la excepción.

El fuerte legalismo de cada acción con la consiguiente repercusión social en España, unido a la total libertad de expresión frenaron y corrigieron tales conductas encauzándolas en otra lucha superior: la lucha por la justicia.

El profesor L. Mijares ha dejado constancia que la empresa americana fue protagonizada por el mundo juvenil, especialmente por el grupo social de los hidalgos. Si nos fijamos en sus valores F. Morales Padrón señala que la conquista puso al rojo vivo los defectos y valores de nuestra civilización. Nadie como Bernal supo sintetizar sus motivaciones: «servir al Rey, por hallar riquezas y por Dios nuestro Señor».

El origen de Hispanoamérica en nada se parece al de Norteamérica (grupo de protestantes puritanos que piden permiso al Rey para vivir libremente sus creencias fuera de Inglaterra) o al de Australia (penados de guerra)

En Castilla se hacía una fuerte selección en la Casa de Contratación de Sevilla impidiendo en casi todos los momentos la partida de herejes y malhechores.

7. En busca de Eldorado

Atahualpa

El móvil de muchos fue la ilusión, el oro. Los indios disfrutan de forma ingenua ante la ambición y codicia de los españoles por este elemento. Desde el encuentro con Atahualpa hasta el final de la explotación minera en Potosí hay una búsqueda constante de tesoros. Sin embargo, no hay que olvidar que las 7 ciudades de Cibola, Biminí, Eldorado, tres de las más importantes aventuras, apenas reportaron ventajas económicas. Si se sacó oro de allí no fue solamente por el medro personal sino muchas veces por la necesidad de la Corona que lo destinó a las Guerras contra infieles en Europa o a la construcción de los monumentos renacentistas y barrocos que hoy admiramos.

No tiene sentido el que en virtud del V Centenario se pida a España que salde su deuda pagando miles de millones que «robó a los indios». Por la misma razón deberíamos ir a Roma para pedir cuenta de su «expolio» en Galicia y por toda la ruta de la plata.

8. La encomienda ¿Invención del diablo o armazón de América?

Se ha hablado de esclavitud encubierta, de sometimiento del indígena…Pudo darse, nadie lo duda. La intención era bien otra. Se trataba de regular unas relaciones entre los indios encomendados y el señor encomendero por las cuales, aquellos se comprometían a trabajar con un sueldo recibiendo a cambio la alimentación y la educación humana y cristiana de los castellanos. El máximo especialista de esta institución indiana, Silvio Zavala, llega a decir: » En los señoríos y encomiendas de América se observa una protección de la propiedad de los indios que va más allá de los derechos limitados que reconocía la Europa medieval a los campesinos (y que seguían vigentes en la época de la conquista americana».

9. La mita

Guillermo Lohmann Villena

Era el servicio obligatorio que debían efectuar los indios por turno para cubrir necesidades públicas de primer orden como en los tambos o posadas, chasquis o correos, obrajes y sobre todo en la minería. Guillermo Lohmann Villena en su trabajo sobre las minas de Huancavelica deja bien claro que se trata de un verdadero código de legislación obrera protectora, con salario legal elevado, duración limitada del trabajo, magistratura específica, responsabilizarían sistemática a los contratistas en casos de accidentes de trabajo, hospitalización y medicación laboral gratuitas, que el virrey Toledo y sus consejeros procuraron poner en práctica, desde 1574, al servicio de indios mineros.

Bakewell y Cook han puesto de relieve que el ofrecimiento voluntario de mano de obra coexistió con la mita de Potosí y que constituyó el mayor contingente de la fuerza de trabajo en esas minas. Gran parte de los obreros acudía espontáneamente a la mina atraída por los altos salarios. Cook ha demostrado que los indios lograron participar activamente en la explotación y que se alcanzó el máximo rendimiento industrial sin mengua de las más rigurosas medidas de protección al personal. Spalding ha revelado la posibilidad de ascenso social de los supuestos parias.

10. La cruz y la espada; ¿la fe a golpe de mandoble?

A nadie se obliga a convertirse. Nunca hemos de olvidar que son hijos de su tiempo. Que los ocho siglos de Reconquista pesan fuerte. Que hubo muchos casos de sacerdotes que actuaron como soldados en combates frente a los indios; del mismo modo que muchos conquistadores se hicieron religiosos. No nos extraña, conocemos esa institución que conjuga ambas funciones aparentemente contradictorias: mitad monje, mitad soldado; son las Ordenes Militares.

Nunca en la conquista hubo masacre, sí actos personales de crueldad. Pero no hay que olvidar que era lo común entre los europeos de la época y lógicamente de los españoles. Hoy nos sorprendemos con la dureza de los capitanes de hueste por aparentes nimiedades. Cortés desnarigó a un soldado por robar unas mantas.

Hubo hombres como el P. Las Casas, partidarios de la evangelización pacífica, sin protección; otro sistema, el protegido; y un tercero que abogaban por conquistar primero y luego evangelizar. ¿Qué habría pasado con la predicación de Javier y Cosme de Torres si la China hubiese sido conquistada por Portugal? Quizá ese gigante fuese cristiano.

Doce Apóstoles Franciscanos

Los indios a veces se burlaban de los misioneros. El gesto de Cortés en San Juan de Ulúa, al recibir a los Doce Apóstoles Franciscanos, demostró a los indios que los misioneros eran más que los conquistadores; si los indios respetaban a los españoles por su fuerza armada, habían aprendido que los soldados rendían vasallaje a los «soldados de Dios», los misioneros.

Gracias al esfuerzo mancomunado de unos y otros, en menos de un siglo, América era cristiana. Los planes de evangelización pacífica, en teoría los más perfectos, no cuajaron en América; en los sitios en que se puso en práctica todavía no ha penetrado el Evangelio con tanta fuerza.

11. Las Indias no eran «colonias»

Ricardo Levene

En toda la documentación indiana nunca se menciona esta palabra. Se habla de reinos, provincias, nunca de factorías comerciales. Además, España no podía contar con manufacturas industriales para abastecer a América; los mercaderes de Sevilla compraban en Flandes, Francia e Inglaterra. Se puede hablar de un período colonial siempre que por ello se entienda la fundación de pueblos y el desarrollo de la actividad agraria por los asentados en el siglo XVI. Políticamente fue provincia, reino como los nuevos reinos peninsulares que se incorporaban durante la Reconquista. Así lo dejó bien claro Ricardo Levene, fundador del Derecho Indiano, en su obra «Las Indias no fueron colonias» «porque -entre otros fundamentos- fueron incorporadas a la Corona de Castilla y León, conforme a la concesión pontificia y a las inspiraciones de los Reyes Católicos, y no podían ser enajenadas; porque sus naturales eran iguales en derecho a los españoles europeos»

12. «La ley se acata, pero no se cumple»

Leyes Nuevas de 1544

El millón de leyes no fue papel mojado. El tomar los reales despachos, besarlos, ponerlos sobre la cabeza y luego sepultarlos en el arca de tres llaves, no era un puro trámite. Las leyes son reflejo de las acciones de conquista o gobierno; todas abundan en el buen trato de los indios; su aplicación dependía del gobierno cercano, delegando en la prudencia del virrey su ejecución. Tal fue el caso de las Leyes Nuevas de 1544 que causó la muerte del primer virrey de Perú, Nuño de Vela, y las endémicas guerras civiles; en Nueva España, sin embargo, se gozó de paz gracias a la pericia de su virrey Tello de Sandoval que consideró oportuno una aplicación gradual y prudente de tales medidas reales.

13. La Inquisición ¿culpable del retraso cultural?

Mario Vargas Llosa

Nada menos que el culto Mario Vargas Llosa, experta en «El País», 26.II.84) «La colonia[…]significó el oscurantismo religioso, la Inquisición, una censura que llegó a prohibir un género literario -la novela- y la persecución del impío y del hereje, lo que quería decir en muchos casos, simplemente, la del que se atrevía a pensar». Debería saber que tal Institución no ejercía jurisdicción alguna sobre los indios en virtud de considerarles «miserables» «nuevas plantas en la fe», en proceso de adultez; tan sólo velaba por la ortodoxia de la fe y la ortopraxis en la moral; no celebró más de un centenar de procesos en doscientos cincuenta años.

Sobre el retraso cultural habría que invitar a leer las obras de los norteamericanos Lewis Hank, Irving A. Leonard o PhD. W. Powell o si lo prefiere de un paisano tan culto como Lope de Aguirre y comprobaría que, aunque se controló el paso de libros heréticos o contrarios a la cosmovisión de la política imperante; de igual modo se evitó que los libros de caballerías distrajesen al indio. Sobre la «osadía del pensar» habría que preguntarle qué hicieron los autores de miles de libros que criticaron el sistema y fueron impresos. Descargar la culpa de todos los males sobre España cuando llevan más de 15O años de vida independiente o republicana causa estupor cuando no extrañeza.

Pereyra no dudará en afirmar que «El Tribunal de la Fe salvó al Nuevo Mundo de profundas desviaciones en las costumbres, impidió que se propagasen algunos extravíos mentales tan peligrosos como el molinismo y el iluminismo, se opuso con firmeza a todas las supersticiones»

14. ¿Quién despobló América? En torno al genocidio

Real Cédula de 158O

Todos estamos de acuerdo que hubo pérdidas humanas. Pero ¿cuál fue la causa? ¿Obedeció a una política sistemática genocida? Si examinamos el casi millón de leyes que España promulgó nos muestra completamente lo contrario. Las leyes eran más duras para los españoles que para los propios indios. Muy elocuente es la Real Cédula de 158O de Carlos I: «Más se debe entender y mirar en estas Indias el bien común de los indios que de los españoles, porque los indios son los propios naturales de ellas y los españoles advenedizos». Sin descartar algunas muertes debidas a malos tratos, señalamos varias causas de estas muertes: El contacto de pueblos y civilizaciones de cultura desigual que lleva a provocar un efecto psíquico disolvente (Darwin) en la inferior; la viruela y el sarampión en una población sin inmunidad biológica y que ocasionó la muerte tanto de indios como de españoles; las terribles hambrunas por falta de dieta apropiada; trabajos a los que no estaban acostumbrados los indios; alcoholismo endémico; resquebrajamiento moral del indio ante la derrota que le lleva a veces al suicidio; venganzas colectivas entre pueblos indios; mestizaje (por cada nuevo mestizo un indio menos); la guerra y los efectos de la conquista.

José Antonio Bueno

Si te gusta, compártelo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *