Nace Juan de Matienzo. Precursor del Camino Real Lima-Buenos Aires

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Cuando un frío 22 de febrero de 1520, nació un varón en el seno de una familia de Valladolid, nadie podría imaginar lo que el destino le iba a deparar, dentro de un mundo que estaba cambiando radicalmente y a velocidad vertiginosa. Sus padres eran funcionarios reales y le educaron para moverse en este ambiente y no hacer más viajes que los estrictamente necesarios para seguir a la corte. Sin embargo, el hombre propone y Dios dispone.

Después de una carrera en la administración pública y con 38 años de edad, un funcionario normal, no tiene ganas de aventuras, pero como tantos otros españoles, estaba hecho de una pasta especial y aceptó el puesto de oidor en Real Audiencia de Charcas y Lima. O sea en la otra parte del mundo. Solo mencionar que el viaje duró un año. Una vez establecido en Lima, no se limitó a sus funciones. Un oidor, no era otra cosa que un juez de las Reales Audiencias o Chancillerías, y Matienzo se hubiera podido quedar sentado tranquilamente en su despacho. No fue el caso. Infatigable trabajador, estudió el mecanismo de formación de los precios de los bienes, describió la situación de las poblaciones americanas proponiendo reglas económicas y de gestión.


Fue un economista muy avanzado para su época y se opuso a la idea generalizada en aquella época, e incluso actual en algunos ambientes, de la teoría del «valor-trabajo» que se basa en los costos de producción, arguyendo que hay otros factores que influyen en el precio y no son solo el costo de producción. Entre las observaciones que hizo, fue que los bienes costaban casi cuatro veces más en los alrededores de las minas de Potosí, donde la abundancia de este metal creaba una inflación de varios dígitos.



Entre su producción literaria, se encuentran una serie de descripciones y consejos prácticos acerca de la gobernación del Virreinato y aconsejaba potenciar la comunicación terrestre entre Lima y Buenos Aires. El consejo fue bien escuchado y puesto en práctica. Fruto de esto fue la creación de «El Camino Real de Lima a Buenos Aires», una extraordinaria estructura viaria que cruzaba el continente salvando cordilleras, ríos, marismas, selvas y llanuras.


Una obra titánica de más de 4500 km de recorrido y que todavía cuenta, ya que gran parte de su infraestructura existe en la actualidad, con portentos de la ingeniería que todavía hoy asombran, como los puentes de san Bartolomé en Yocalla (Bolivia) o puente de Pachachaca en distrito de Abancay (Perú). Ejemplos de que el Imperio Español no se dedicó a expoliar a las provincias americanas, sino que invirtió ingentes recursos en construcciones civiles para el bienestar de su población.

Manuel de Francisco

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