Aprovechamos la efemérides del 2 de febrero de 1892, cuando Santiago Ramon y Cajal fue nombrado catedrático de Histología y Anatomía patológica de la Universidad de Madrid, para hacer una pequeña reflexión sobre su personalidad y destacar algunos aspectos de su vida, poco conocidos.
De Santiago sabemos que fue Premio Nobel y que investigo con reconocimiento mundial, el cerebro humano y las conexiones de sus células. Nacido en un enclave aragonés de la provincia de Navarra, toda su infancia y juventud transcurrió en Aragón. Los estudios superiores de medicina los realizo en Zaragoza y muy pronto ingreso en el ejército, con grado de teniente y fue enviado a la isla de Cuba para participar, como medico, en la denominada “guerra de los diez años”. Ahí fue contagiado por la malaria y volvió a la Península hecho una ruina humana, pero con una gran experiencia personal.
En Cuba se produjo uno de los episodios que muestran su tipo de carácter. Su padre habia conseguido unas cartas de recomendación para que tuviera un destino favorable. Santiago se negó a utilizarlas y lo hizo de forma notoria. Puede que esto hiciera sonrojar a mas de uno y alguien se vengó enviándolo al peor destino posible: la enfermería de Vistahermosa, en medio de una región húmeda y pantanosa, donde cayó enfermo de disentería y paludismo. Después de diversas vicisitudes, Santiago volvió a la Península, hecho un pingo, pero con la conciencia tranquila.
Esta fue una característica de su personalidad, honesta y patriota. Cuando lo nombraron director del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, el Gobierno dotó el cargo con un sueldo de diez mil pesetas. Ramon y Cajal juzgo que era demasiado y solicitó una rebaja a seis mil.
Rechazo el cargo de ministro de Salud e Instrucción Pública, porque consideraba que no era la persona apropiada y acepto el nombramiento de senador vitalicio, porque era un cargo sin asignación presupuestaria.
Cuando fue nombrado presidente de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, envió a su hijo Jorge al extranjero para que siguiera una investigación, costeando el los gastos. Se le pregunto por qué no había solicitado una beca, como era práctica normal y mas siendo hijo suyo y la respuesta fue: “Por eso mismo, por ser mi hijo”
Otra de sus facetas poco conocidas es la de escritor. Y su obra no esta ceñida a la biología, como fuera de esperar, sino a diversos ámbitos. La primera publicación fue “Reglas y consejos sobre investigación científica”, traducida a varios idiomas, no es un tratado técnico sino mas bien moral, donde se dan diversos consejos sobre temas como la elección de esposa para un joven investigador. En este libro se encuentra la frase “Para la obra científica los medios son casi nada y el hombre es casi todo”, que dice mucho de su autor.
Entre su producción se encuentran cuentos, autobiografías, ensayos literarios y libros de máximas y aforismos.
Otra de sus facetas es la de fotógrafo e inventor de aparatos relacionados con la fotografía. Con solo 18 años, observo como unos fotógrafos ambulantes retrataban las bóvedas de la iglesia de Santa Teresa en Huesca. En aquella época, la técnica consistía en unas placas de colodión húmedo con bromuro argentico, que requerían más de tres minutos de revelado. En 1878, invento un nuevo sistema que solo necesitaban tres segundos para el revelado. Con esta técnica hizo un reportaje sobre corridas de toros que fue todo un éxito en los medios profesionales zaragozanos.
También invento un sistema que basado en la emulsión fotográfica, pretendía mejorar la grabación del sistema de Thomas Alva Edison. La idea era avanzada para su época y no encontró un mecánico de precisión que pudiera ejecutar el diseño. Finalmente abandonó el proyecto.
Fue tanta su inquietud el marco de la fotografía, que en 1890, se le nombre presidente de honor de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid. No hizo de el un cargo meramente honorifico y prueba de ello es la publicación del libro “Fotografía de los colores, bases científicas y reglas practicas” que vio la luz en 1912 y donde advertía del futuro de la fotografía en color. Se conservan de él, cientos de placas de cristal, con impresiones de fotografías estereoscópicas.
En resumen, un genio y no tan solo en el dominio de la histología y anatomía patológica.
Manuel de Francisco Fabre
Santiago Ramón y Cajal – Wikipedia, la enciclopedia libre
CVC. Santiago Ramón y Cajal. Recuerdos de mi vida. (cervantes.es)