En realidad, nada se sabe sobre los magos de Oriente que fueron a adorar a Jesús en Belén. Sólo el Evangelio de Mateo cita este episodio, con escasos detalles. La tradición, desde el Papa León I, estableció que los Reyes Magos fueron tres, representando a los tres continentes conocidos entonces y a las diferentes edades del hombre: Melchor, por Europa y la ancianidad; Gaspar, Asia y la madurez, y Baltasar, África y la juventud. También se estimó que eran tres, al coincidir con los regalos que le presentaron al Niño Dios, oro, incienso y mirra, que sí se citan en las Sagradas Escrituras. Los nombres sólo figuraban en un escrito no canónico, muy posterior ― del siglo V ―, el Evangelio armenio de la infancia.
“Magos” es un término griego que describe a una casta persa dedicada a estudiar los astros. Luego, con el padre de la Iglesia Tertuliano, adquirieron la categoría de reyes, al citar el Salmo 72, en donde se habla de “los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. Todos los reyes se postrarán delante de él; todas las naciones le servirán”.
Precisamente por este texto, se ha llegado a pensar que el rey de Tarsis, perteneciente a la cultura de Tartessos, próximo a la actual Cádiz, pudo acompañar a los Reyes Magos en su visita a Belén. Por su parte, el Papa Benedicto XVI, en su libro sobre la infancia de Jesús, se refiere a un texto del profeta Isaías, en donde expresamente se dice: “ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al santo de Israel, que te ha glorificado”.
Es por ello que, en ocasiones, se representa la Epifanía con más de tres personajes. Es el caso de la obra de la escultora sevillana Luisa Roldán, conocida como la Roldana ― (1670 – 1689) , “La Cabalgata de los Reyes Magos”, una de las obras más representativas del barroco español, y que incluye en el cortejo a un cuarto rey, el de Tarsis.
A las características representaciones de Melchor, Gaspar y Baltasar, la escultora añade la de este rey, que junto con su séquito quiere expresar una oda a la monarquía hispánica y a Felipe II como nuevo Salomón.
Jesús Caraballo
Muy interesante tú artículo Jesús.