Santo Domingo de la Calzada celebra su jubileo

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La Santa Sede ha concedido a la localidad riojana de santo Domingo de la Calzada el Año Jubilar Calceatense, a lo largo de 2019 y hasta el 12 de enero de 2020, con motivo del milenario del nacimiento del santo que le dio nombre. Así es, hace un milenio nada menos nacía en la localidad burgalesa de Viloria de la Rioja, Diego García.

Desde muy temprano sintió la vocación religiosa, pero a pesar de sus esfuerzos, no consiguió tomar los hábitos ni en el monasterio de san Millán de la Cogolla, ni en la abadía de Santa María de Valvanera, por lo que decidió retirarse como eremita al tupido encinar de Ayuela, a la vera del río Oja.

Allí, en medio de su retiro, compagina la oración con la ayuda a sus semejantes, muchos de ellos peregrinos del Camino de Santiago, que debían afrontar mil peligros y contratiempos, sin ninguna ayuda, en su tránsito entre La Rioja y Burgos. Apiadado de sus penalidades, nuestro santo allana el camino aprovechando una antigua calzada romana, y construye un puente sobre el río Oja. Gracias a la generosidad del conde de Nájera, Diego Díaz López de Haro, que le cede un pabellón de caza, construye albergue – la Casa de la Cofradía del santo- y un hospital (este último acoge hoy en día un Parador Nacional). También fue ayudado por el rey Alfonso VI de Castilla, a partir de que en 1.076 reconquistara la Rioja. Ese esfuerzo constructor motiva el que, siglos después, santo Domingo de la Calzada sea nombrado patrón de los ingenieros de Caminos y Puertos.

Todo ello propicia que la antigua Ruta Jacobea se desvíe hacia el nuevo burgo de Masburguete, que fue surgiendo en torno a las nuevas edificaciones, con la colaboración de numerosos comerciantes atraídos por la peregrinación. Si bien, no sería hasta 1.141, cuando la población conocida hoy como santo Domingo de la Calzada, en honor a su santo, adquiera el privilegio de población.

Santo Domingo de la Calzada obró muchos milagros, extendiéndose rápidamente su fama de santidad. Uno de los más famosos es el que realizó con la gallina que vuelve a la vida después de asada. Acusan falsamente a un joven peregrino de allende los Pirineos de un robo que no ha cometido y le condenan a la horca. Desde la soga les dice a sus apesadumbrados padres que el santo le ha preservado la vida, corren a ver al corregidor, quien se dispone a dar buena cuenta de una gallina guisada, y riendo les dice que su hijo está tan vivo como esa gallina, momento en que esta vuelve a la vida, con su plumaje y todo… Desde hace 600 años, la catedral que se levantó para honrar a Dios y, al tiempo, acoger los restos de quien tanto bien hizo, acoge una jaula donde siempre hay un gallo y una gallina. Se trata del único templo de la Cristiandad que tiene el privilegio de poder tener animales vivos en su interior.

Tras cruzar la Puerta del Perdón y ganar la indulgencia plenaria – después de confesarse, celebrar la Eucaristía, rezar por las intenciones del Papa y vivir la caridad, dando una limosna-, hay que rendir visita a los restos del santo, en la Cripta y disfrutar del magnífico arte de la catedral.

La visita a santo Domingo de la Calzada ofrece otros encantos como los palacios barrocos de la Casa de los Salcedo o el del Marqués de la Ensenada, o la gótica Casa de Trastámara, el edificio civil más antiguo de la ciudad. Los cercanos Monasterios de Suso y Yuso, en san Millán de la Cogolla, cuna de los primeros escritos conservados en español y vascuence, son otra interesante oportunidad. Y desde luego, la contundente gastronomía de la región, regada por buenos vinos –naturalmente de La Rioja-, serán el digno colofón al viaje.

Jesús Caraballo.

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