La batalla de Guadalacete, o de Guazalete enfrentó, en el año 854, a una coalición de los reinos astur y pamplonés unida a la población sublevada de Toledo en contra de las tropas del emir Muhammad I de Córdoba (852-886). Según el historiador Eduardo Manzano Moreno (Madrid, 1960), la batalla tuvo lugar en el actual término municipal de Villaminaya, en la provincia de Toledo; aunque sólo menciona sólo al rey cristiano, Ordoño I de Asturias.
Fecha: Año 854
Lugar: Villaminaya (Toledo)
Resultado: Victoria de las tropas del emir Muhammad I
Beligerantes: Reinos de Asturias (Ordoño I), de Pamplona (García Íñiguez), Caballero Gatón del Bierzo y rebeldes toledanos contra Emirato de Córdoba (Muhammad I) y familia de los Banu Qasi (Musa ibn Musa, valí de Zaragoza)
Antecedentes históricos y geográficos
Antes de adentrarnos en el relato de la batalla, por otra parte, poco conocida debido, posiblemente, a que sus contendientes no eran “los clásicos” (moros contra cristianos), sino que había una extraña coalición de cristianos con islámicos y mozárabes de Toledo, todos ellos contra el emirato de Córdoba, vamos a fijar, siquiera someramente, el paisaje territorial y político de los reinos cristianos participantes en la batalla.
- Reino de Asturias: Para esas fechas, el reino cristiano de Asturias, ya había conseguido traspasar las márgenes del Duero y se había plantado, tal como vemos en el mapa, en las lindes del Sistema Central; si bien el espacio comprendido entre dicho río y la cordillera estaba casi sin repoblar. Su rey era Ordoño I (850-866), primer monarca hereditario, que se aprovechó de las de luchas intestinas de Al-Andalus para extender los límites del reino, repoblando nuevamente León y otras ciudades, como Amaya, Astorga o Tuy, dando salida, de esa forma, a la numerosa población que ya vivía en los territorios asturianos y que empezaban a tener problemas de abastecimiento.
- Reino de Pamplona: De creación un tanto rocambolesca, tuvo sus orígenes en la concreción del territorio que había ocupado la Marca Hispánica (1) en la zona y que sus moradores prefirieron hacer depender del emirato. En el año 824, Iñigo Arista se convierte en el primer señor de Pamplona (2), perteneciente a una rama de los Banu Qasi, y hermanastro del poderoso Musa ibn Musa; tributario de Córdoba. Su sucesor sería el que cuenta la historia de la batalla, García Íñiguez (852-882). Algunas corrientes historiográficas presentan que García Íñiguez se levantó contra su tío, el poderoso Musa ibn Musa, y buscó ayuda en el rey asturiano Ordoño I, cuyos dominios llegaban, por el este, hasta tierras alavesas. Si hubo algún movimiento o actividad de este tipo no tenemos pruebas. No es aventurado pensar que en ese relato, no verificado, se encuentra velada la realidad de la batalla que comentamos.
Causas desencadenantes y desenlace
A la muerte del emir Abderramán II en el año 852, la población toledana (3) se sublevó, como ya lo había hecho en otras ocasiones anteriores. Según Eduardo Manzano Moreno, lo que movía a los toledanos a rechazar la soberanía del emir de Córdoba eran» «las imposiciones fiscales… [y] la resistencia a recibir gobernadores que no hubieran sido aprobados por la ciudad». Que lograra resistir asedios o que sólo aceptara negociar bajo ciertas condiciones muestra hasta qué punto la comunidad toledana, profundamente arabizada y, en buena medida, islamizada, estaba unida y cohesionada. Para asegurar el triunfo de la rebelión los toledanos llamaron en su ayuda al rey de Asturias, Ordoño I. Así es como se produjo la batalla que acabó con un resonante triunfo para el emir cordobés, aunque, como señala Manzano Moreno, «no acabó con el foco de revuelta en la ciudad».
Así relató lo acontecido el cronista musulmán Ibn Jaldún (6), que se informó en las crónicas del siglo X
“Los toledanos pidieron la ayuda del Rey de Galicia (4) y del Rey de los Vascones (5), que acudieron a liberarlos con la ayuda de la gente de la ciudad. El ejército de Toledo formado por la unión del pueblo toledano y los reinos cristianos, viendo al del emir (muy reducido), salieron a los márgenes del río Guadalacete y combatieron con fervor derrotando al emir. Éste se retrajo hasta tierras más al sur, siendo seguido por el ejército de Toledo que cayó en una emboscada, ya que el grueso del ejército árabe estaba esperando ese movimiento. Todo esto produjo una matanza de más de ocho mil almas, dando la victoria al imperio musulmán y aplastando así la rebelión de Toledo”.
Para darnos una idea de lo sanguinaria y cruel que debió resultar la emboscada que sufrió el ejército sublevado, el historiador Ibn al Athir (7), relata: «se reunieron en el campo de batalla y en los alrededores ocho mil cabezas, se formó con ellas un montón tan alto como una colina y, sobre él, los musulmanes proclamaron a gritos la grandeza y la unicidad de Allah».
Marcos A. Galiana
Fuente
Manzano Moreno, Eduardo (2018) [2010]. Épocas medievales. Vol. 2 de la Historia de España, dirigida por Josep Fontana y Ramón Villares. Segunda reimpresión en rústica. Barcelona-Madrid: Crítica/Marcial Pons. p. 181. ISBN 978-84-9892-808-2.
Comentarios al texto. Se denomina Marca Hispánica al conjunto de condados que Carlomagno instituyó a lo largo de los Pirineos, y que, en principio, se extendería hasta el río Ebro, para hacer de colchón entre su imperio y el emirato de Córdoba. Con el tiempo, esos condados fueron deviniendo en los que vemos en el mapa anteriorEl primer rey de Pamplona del que se tiene constatación documental fue Sancho Garcés I.(905-925). Iñigo Arista fue el primer señor independiente del emirato de Córdoba. Su designación se debe básicamente a la influencia que tenía su hermanastro, Musa ibn Musa y el obispo de Pamplona La muy culta e islamizada población toledana ya se había rebelado antes contra el emir Alhaken I o Al Hakam I (779-822), padre de Abderramán IISe refiere a Ordoño I a quien, en aquel tiempo, se le conocía como Rey de Galicia, por haber su señorío con anterioridadComo rey de los Vascones, se refiere a Iñigo Garcés. A los habitantes de ese señorío se les denominó vasconesIbn Jaldun (Túnez, 27 de mayo de 1332-El Cairo, 19 de marzo de 1406), historiador árabe al que debemos una de las crónicas más detalladas de esa época. Además de historiador, Ibn Jaldun fue antropólogo, historiador, juez, autobiógrafo, sociólogo, economista, filósofo, político, escritor y poeta. Se le considera el precursor de la sociología histórica. Su obra más conocida es Muqaddima (del árabe: Introducción a la historia universal), tratado sobre teoría de la historia, sociología, demografía y economía Ibn al Athir (1160 – 1233), Es posible que el relato de este historiador se viera influenciado por un espíritu más triunfalista que realista, ya que, si bien, coincide en el número de muertos con el dado por Ibn Jaldun, y es anterior a éste, la alusión a Allah resulta gloriosa, propia del momento histórico que vivía el mundo islámico. |