Una gran mujer como fue nuestra Reina Isabel I de Castilla no solo tuvo reflejo a lo largo de su vida, sino que mucho más importante fue la marca que dejó en una España en fuerte crecimiento, marca transmitida a sus descendientes.
La influencia de Isabel I de Castilla en el estilo de reinado de Carlos I y Felipe II fue profunda y multifacética. Su legado político, religioso y cultural modelaron la forma en que estos monarcas gobernaron y dejaron una huella indeleble en la historia de España, Europa y en el Mundo entero.
La centralización del poder, la expansión territorial, el catolicismo, el mecenazgo de las artes y la importancia de la educación son solo algunos de los elementos que estos monarcas heredaron de su ilustre abuela. Tanto Carlos I como Felipe II continuaron con la labor de la Reina Isabel de fortalecer el poder real y centralizar la administración.
Heredaron una monarquía sólida y la expandieron, convirtiéndola en una de las más poderosas de Europa, la ambición de ampliar los dominios heredados de Isabel fue una constante en los reinados de ambos Monarcas Hispanos, buscaron consolidar el imperio español y expandir su influencia en tanto en Europa como en América y Asia.
La habilidad diplomática de la Reina fue transmitida a sus descendientes. Carlos I y Felipe II utilizaron la diplomacia y las alianzas estratégicas para mantener el equilibrio de poder y proteger sus intereses.
Siendo defensores acérrimos del catolicismo, combatieron las herejías protestantes y mantuvieron la unidad religiosa en sus dominios, garantizando la ortodoxia religiosa en España.
Pero no solo encontramos muestras de su legado en la política, en la expansión territorial y en la fe, también, las encontramos en las artes y la educación. Apoyando a artistas y escritores, contribuyendo al florecimiento del Renacimiento español. En la educación con la fundación de universidades y academias, fomentando el desarrollo intelectual de sus súbditos.
Para los Monarcas Hispánicos no solo era su obligación la defensa de sus súbditos en el campo material, sino que era más importante su salvación en lo moral y espiritual.
La imagen de la Reina Isabel I de Castilla se proyecta a lo largo de los siglos alcanzando nuestro actual siglo XXI, no solo como ejemplo de moralidad y limpieza política, sino que también como ejemplo de mujer, es evidente que no podemos aplicar los conceptos actuales de feminismo a un siglo XV con una sociedad diferente en valores, términos y conceptos que los que utilizamos hoy y que no existían en la época de la reina.
Hablar de «feminismo» en el siglo XV es anacrónico, ya que el movimiento feminista como lo conocemos hoy no existía.
Pero la Reina Isabel desafió las normas de género de su época al asumir un papel activo en la política y la gobernanza. Su capacidad para ejercer el poder en un mundo dominado por hombres fue un hecho excepcional, promoviendo la educación de las mujeres.
La educación era una herramienta clave para el empoderamiento femenino, incluso en esa época, se rodeó de mujeres inteligentes y cultas, como damas de la corte, sentando las bases para un cambio social y político duradero.
Su ejemplo inspiró a otras mujeres a buscar un mayor reconocimiento y participación en la vida pública de la España de los siguientes siglos, al analizar a la Reina Isabel I de Castilla a través de una lente feminista contemporánea, identificamos patrones de comportamiento y logros compartidos por otras reinas europeas.
Catalina de Médicis: Reina consorte de Francia, figura políticamente influyente y hábil negociadora. Destacando por su capacidad para maniobrar en la compleja corte francesa.
Margarita de Navarra: Hermana del rey Francisco I de Francia, escritora y pensadora renacentista. Sus obras, explorando temas como el amor, la religión y la condición femenina, la posicionan como una figura adelantada a su tiempo.
Cristina de Suecia: Reina de Suecia, abdicó del trono para convertirse en católica y vivir en Roma. Su interés por la filosofía, la ciencia y las artes la convirtió en una figura excéntrica y controvertida, pero también en un símbolo de la libertad individual.
María I de Inglaterra: A pesar de ser una monarca católica en una Inglaterra cada vez más protestante, María I demostró una fuerte voluntad y determinación al intentar restaurar el catolicismo en el reino inglés.
Todas ellas comparten elementos comunes con la Reina Isabel, lucharon por no convertirse en simples figuras decorativas. Estas reinas ejercieron un poder político real, influyendo en las decisiones de sus respectivos reinos, fueron mujeres cultas y educadas, lo que les permitía participar en debates intelectuales y tomar decisiones informadas, reinas que construyeron redes de apoyo compuestas por familiares, cortesanos y asesores de confianza, desafiando las expectativas de género de su época.
Cada una de estas reinas vivió en un contexto histórico y cultural diferente, lo que tuvo reflejo tanto en sus oportunidades como en las limitaciones.
Vicente Medina