
El 15 de abril de 1844, Francisco Girón Ezpeleta, II Duque de Ahumada, recibe la orden de cesar en todos sus cometidos como Inspector General Militar. No fue como consecuencia de ninguna de las tan frecuentes y nefastas purgas políticas que ocurrieron en España en el siglo XIX, si no para darle una tarea de gran importancia y que requería no poca habilidad política. Se trataba de crear un cuerpo de policía con ámbito de actuación en toda España y que se conoce actualmente como Guardia Civil.

Los orígenes de este cuerpo se encuentran en un lejano 1476, cuando los Reyes Católicos, a fin de mejorar la seguridad en las zonas alejadas de los núcleos urbanos, crearon un nuevo reglamento que unificó los existentes en las distintas regiones, unificando criterios y poniéndolos todos bajo la autoridad de los reyes. En un principio se la denominó como Hermandad General y posteriormente Santa Hermandad, apareciendo incluso en uno de los capítulos del Quijote. Esta institución sufrió diversos altibajos durante su historia y por diversas razones a principios del siglo XIX, su presencia y funcionamiento era prácticamente testimonial.
Con la finalización de la guerra de Independencia (1808 a 1814), parte de los componentes de las numerosas guerrillas contra los franceses, no supieron reintegrarse en la nueva sociedad civil y continuaron con sus actividades de saqueo pero esta vez, ya no era contra el ejército francés sino de forma indiscriminada contra toda forma de riqueza. La vida en el campo en muchas partes de España se volvió peligrosa, contribuyendo al abandono de la explotación agraria en las zonas más alejadas de la Autoridad y complicando el transporte de bienes y personas. Era lo que se denominó como bandolerismo y que ha dejado profunda huella en leyendas populares, obras literarias e incluso famosas composiciones musicales.

Ya en 1820, se hizo un intento de creación de un cuerpo de policía eminentemente rural con la Milicia Nacional, pero sus componentes eran poco profesionales, faltaba dotación presupuestaria y un reglamente claro. Todavía hubieron otros proyectos en 1827, 1829, 1842, 1843, pero siempre por una u otra razón, fundamentalmente política, los proyectos no fraguaron. Hubo que esperar a 1844 para que se llegara a un proyecto serio aunque tuvo que salvar un último obstáculo ya que la idea inicial era que el cuerpo estuviera organizado inicialmente por el Ministerio de la Guerra, pero dadas las suspicacias políticas acerca del Ejercito por su simpatía por Isabel II, como la desconfianza en que un cuerpo dependiente directamente del Ejercito fuera capaz de contener con eficacia y limitado número de víctimas, un motín civil.

El caso es que el 12 de abril de 1844 se firmó el Real Decreto y el 15 fue enviada a Francisco Javier Girón Ezpeleta, duque de Ahumada, la comunicación de su nombramiento como jefe supremo de la nueva entidad. Como podemos comprobar hoy en día, el duque de Ahumada cumplió con total éxito el encargo, pero lo curioso del caso es que su abuelo paterno se llamaba Jerónimo Girón y Moctezuma. Este apellido no era fruto de la casualidad ni de una coincidencia de nombres. El duque de Ahumada era descendiente directo en undécima posición del emperador Moctezuma, el último gobernante mexica que había recibido a Hernán Cortés y muerto por una pedrada de sus propios súbditos.

Escudo de armas de los Duques de Moctezuma de Tultengo.
Moctezuma Xocoyotzin, ese era su nombre en el imperio mexica, tuvo numerosas esposas y concubinas y más de un centenar de hijos. Una de ellas, llamada Miaxochitl, tuvo a Tlacahuepantzin Yohualicahuacatzin, que fue bautizado como Pedro de Moctezuma y que murió en 1570. Fue enterrado en la iglesia de Santo Domingo en la capital mejicana, lo que muestra el respeto y poder que llegó alcanzar. Uno de los hijos de Pedro fue Diego Luis de Moctezuma. Por real orden de Felipe II fue llamado a España y allí contrajo matrimonio con una noble española. Desde entonces toda su descendencia se quedó en la Península, casi siempre al servicio militar de la corona.
Quisiera destacar que un indígena americano, consiguiera en el siglo XVI un puesto relevante no solo en la nobleza imperial si no en el servicio del Estado. Sus descendientes, siguieron prosperando trabajando para el bien común en España y un lejano descendiente, logró prestar un último servicio al Estado.
No creo que muchos imperios modernos sean capaces de mostrar muchos ejemplos, como el de los Moctezuma, de integración y de aceptación por la clase dirigente imperial.

Manuel de Francisco Fabre
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Francisco_Javier_Gir%C3%B3n
https://web.archive.org/web/20200124171833/http://www.oldbooksmith.com/register-montezuma.html