LOS MASONES EN LA INDEPENDENCIA DE LOS EE. UU.
Las ideas libertarias proclamadas por la masonería en el espíritu de la Revolución francesa prendieron rápidamente en las trece colonias inglesas del norte de América.
Por ello nació un ferviente deseo de independencia que prendió rápidamente y muy pronto las logias masónicas de aquel territorio se convirtieron en el foco de insurrección contra la dominación de la Corona británica.
Las trece colonias inglesas de América del Norte se conjuraron para independizarse de la metrópolis, fueron New Hampshire, Massachusetts, Rhode Island, Connecticut, New York, New Jersey, Pensilvania, Delaware, Maryland, Virginia, North Carolina, South Carolina y Georgia.
Nueve de los representantes de las mencionadas colonias eran masones, es decir, Ellery, Franklin, Hancock, Hewes, Hooper, Paine, Stockton, Walton y Whipple, de lo que podemos colegir que esa asepsia que preconizan ellos de no inmiscuirse en las actividades rebeldes contra las autoridades constituidas, se queda solamente en un propósito incumplido, cuando tienen la ocasión de acceder al poder mediante insurrección o utilizando los medios que sean necesarios intoxicando al pueblo al que solo utilizan para conseguir sus fines, no para proporcionarle una vida mejor, como es patente que sucedió con la Revolución francesa.
En el capítulo VI, entre otras cosas, se dice “… y nos oponemos a toda política, porque no ha contribuido nunca ni podrá contribuir jamás al bienestar de la logia”.
Queda bien claro que, por encima de todo, están los valores de la logia, a pesar de que haya que ir en contra de la política de los Estados, aunque para ello se haga necesario acabar con el poder reinante, como en la revolución francesa o con la dependencia de la metrópolis como en las colonias británicas de Estados Unidos, así como en la fragmentación y separación de la corona española de todas las posesiones allende los mares, en la que tuvo un papel preponderante el masón cruel y sanguinario Simón Bolívar, secundado por otros de la misma hermandad.
Ciertamente, las Constituciones de Anderson, que podemos considerar como las pautas por las que ha de regirse toda logia y cualquier masón, como principios, posiblemente sean perfectas, pero lo que hay que tener en cuenta son los frutos que dieron.
Los postulados masónicos impregnaron los principios de la Revolución francesa, hecho que hoy cualquier historiador, por parcial que sea, no tiene más remedio que admitir. La prueba de ello es que muchos de los padres de la misma eran masones. La prueba de ello se manifiesta en los fundamentos de la misma, como la creencia de un dios despreocupado de los seres que ha creado y los principios universales de libertad, igualdad y fraternidad, la libertad de conciencia y la no adscripción a una religión de terminada. Y tantas otras que, enumerarlas, sería tedioso.
La no participación en los asuntos de los Estados, ateniéndonos solamente a los casos que comentamos, vemos que solamente fueron propósitos que no cumplieron, ya que los masones fueron componentes muy activos de la Revolución francesa que derrocó al Antiguo Régimen y llevó a la guillotina a Luis XVI y a su esposa María Antonieta, de la misma manera que fomentaron y tomaron parte activa en la independencia de las colonias inglesas en Norte América.
No es oportuno que hablemos de una conspiración mundial para hacerse con el poder en los diversos Estados existentes, pero, a poco que profundicemos en ello, veremos que los masones intervienen y participan en la mayoría de los Gobiernos que rigen al mundo.
LA MASONERÍA Y EL Ku Klux Klan
Este movimiento secreto nació en el sur de los Estados Unidos, significa «clan del círculo» (del griego Kiklos), fue fundado después de la guerra de Secesión por un Masón, Nathan Bedford Forrest, que fue su primer Brujo, así se denominan sus integrantes, Imperial. En 1915 fue revitalizada por otro Masón, Wiliam Joseph Simmons, logrando su momento cumbre con unos 5 millones de adeptos, y todos los oficiales altos del Klan eran Masones; Albert Pike, uno de los masones más importantes, era Jefe de Justicia del Klan.
El propósito de esta sociedad secreta, desde sus inicios, era devolver a los negros a su antigua condición de esclavos.
SIMBOLOGÍA MASÓNICA
Llegados a este punto consideramos que se hace necesario que conozcamos la simbología masónica, así como los signos de reconocimiento que usan para identificarse.
La masonería, como una sociedad críptica con poca transparencia y claridad para los que no pertenecen a ella, tiene una simbología que posiblemente solo sus componentes conozcan en su total significado.
Los símbolos otorgan a los miembros de la masonería o francmasonería un lenguaje particular, con expresiones que solo los francmasones pueden comprender plenamente y cumplen la función de comunicar ideas por medio de mensajes visuales.
Muchos de ellos los han tomado de la masonería operativa, a los que les dan un significado diferente al que tenía en un principio.
El mandil que los maestros canteros se ponían como delantal para que no les dañasen las esquirlas que pudiesen saltar de la piedra al trabajarla. Normalmente, era de cuero como material resistente, ellos lo usan dándole diferentes simbolismos y orígenes. La masonería sostiene que el mandil no solamente desciende de los gremios de la Edad Media, sino que su origen es más antiguo, sostienen que ya los constructores del Templo de Jerusalén utilizaban mandiles.
Las herramientas de trabajo, como la escuadra, el compás, la cuchara o paleta de albañil, la llana, el nivel, la plomada, y tantos otros que omitimos por mor de la brevedad, ellos los han incorporado a su acervo cultural, atribuyéndoles distinto significado.
Para ellos, la blancura del delantal es el símbolo de la perfecta pureza e inocencia que todo buen masón ha de observar durante su vida. Su decoración es distinta, según al grado que pertenezca quien lo lleva, y es a los integrantes de esta secta, lo mismo que el vellocino de oro significaba para los griegos y el águila para los romanos.
SÍMBOLOS MASONES EN EL BILLETE DE UN DÓLAR ESTADOUNIDENSE
Ya hemos mencionado la importancia de los masones en la constitución de los EE. UU. Veamos ahora cómo la plasman de forma inequívoca en los distintos símbolos que aparecen tanto en el anverso, cuanto en el reverso del billete de un dólar estadounidense.
Influencia que hoy se estampa en el billete de un dólar, al que han incorporado diversos símbolos procedentes de los masones y de los Illuminati.
Pero consideramos que primeramente debemos de aclarar quiénes son estos:
Por los datos que se tienen sobre la misma, esta es una sociedad secreta, también denominada Perfectibilistas, o Iluminados de Baviera, fundada por Adam Weishaupt, jesuita renegado, quien también en su lecho de muerte abjuró de la religión católica.
Los fines de esta son derrocar a los gobiernos del mundo y eliminar la religión a la que consideraba como una lacra social, para, una vez eliminadas estas instituciones, implantar un nuevo orden social. Su influencia ha sido tal en los estamentos políticos y los gobiernos de las naciones que hoy esos propósitos son aceptados sin reparo ninguno, como Nuevo Orden Mundial, denominación que fue instaurada por el masón Woodrow Wilson, 28º Presidente de los EE. UU. y creador junto con su omnipotente coronel Edward Mendell House del Consejo de Relaciones Exteriores, la poderosa organización para masónica que es una de las claves del Gobierno Mundial hasta hoy.
Las premisas que propugna esta sociedad secreta son:
-La superación del viejo conflicto entre “izquierdas” y “derechas
-Un sistema múltiple de estructuras de poder entrelazadas y disociadas que convergen en un único fin supremo de naturaleza luciferina, es decir. El establecimiento de un Nuevo Orden Mundial.
Este Nuevo Orden mundial o Novus ordo seclorum como reza en el billete estadounidense de un dólar, lo veremos más adelante, ya comienza a tomar forma en el año 1917, cuando las dos logias masónicas más importantes de Francia, la Gran Logia de Francia y el Gran Oriente de Francia, organizan una conferencia inter aliada para establecer un programa de acción común en el que se permitiera hacer oír su voz a la masonería en el conflicto que asolaba a Europa y al mundo entero.
Este sería el germen de la creación de la Sociedad de Naciones a instancias de la Federación Internacional Masónica para la Sociedad de Naciones, que el 18 de abril de 1946 fue disuelta dando paso a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En la famosa carta que Albert Pike, francmasón declarado, que se conserva en el museo Británico de Londres, escribió a Giuseppe Manzini en 1871, perteneciente este a la sociedad secreta de los Carbonarios y fundador en el año 1834, en Berna de la asociación, también clandestina de la Joven Europa que pretendía, entre otras cosas, unir a toda Europa bajo una confederación republicana. Idea que hoy la encontramos vigente en España con el anhelo de los nacionalistas de convertirla en una unidad plurinacional.
También le expresaba su convencimiento de qué occidente se serviría del Islam como herramienta para cumplir sus objetivos, afirmando que los Illuminati usarían a los musulmanes como “eje central” para llevar a Occidente a una guerra contra el Islam.
¿Fue pronóstico, o propósito, que se ha ido fraguando a través del tiempo, cuyos resultados contemplamos hoy viendo la situación tan frágil y delicada que relaciona a Occidente con los islamitas?
Los recientes, y no tan cercanos atentados que han perpetrado los musulmanes en Europa, parece ser que confirman esta intención.
Hay teóricos de la conspiración y analistas políticos prestigiosos que entiende que no fueron predicciones, sino una especie de Hoja de Ruta de las intenciones del Nuevo Orden Mundial, que después de casi dos siglos se están cumpliendo.
Observemos los símbolos masónicos y de los Iluminatti que se hallan en un billete de dólar estadounidense:
En el anverso de este, si empleamos una lupa, veremos en la parte derecha superior del 1, un diminuto, casi imperceptible búho. El búho o la lechuza, animal sereno y observador, ha sido desde los tiempos de Mesopotamia el animal representativo de varias divinidades relacionadas con la sabiduría, la estrategia y la guerra justa. No olvidemos que es el ave simbólica de Atenea que surgió de la cabeza de Zeus armada de coraza, escudo, yelmo y lanza, también de la Minerva etrusca, la Minerva romana y de la Lilith mesopotámica que, según una tradición rabínica, fue la primera mujer que, junto con Adán, Dios creó antes de sacar a Eva de la costilla de este. Abandonó el Paraíso, se convirtió en demonio y fue engendradora de súcubos e íncubos en su unión con los ángeles caídos.
A esta Lilith, asociada al dios fenicio cananeo Moloc, a quien ofrecían sacrificios humanos, rinden culto los banqueros y jerarcas mundiales, todos los años en el “Soto Bohemia” de California, vestidos con las ropas del Ku Klux Klan. Ellos son el Bohemian Club. El búho es también parte de su logotipo. Participan en ceremonias paganas de inspiración druídica y satánica, particularmente con una hoguera nocturna delante de una inmensa estatua de búho.
Al reverso de este, lo primero que nos llama la atención es la pirámide con un ojo en su parte superior.
Es la llamada “Pirámide con el Ojo que todo lo ve”, símbolo de la masonería que hace referencia al Ojo de Horus, un antiguo dios egipcio que representa al sol y a la luna, con cuya alusión los masones pretenden remontarse a los albores de la civilización egipcia, puesto que Horus fue un dios celeste; y es el dios real más antiguo que tuvo forma de halcón. El ojo de Horus es la luz del sol que deshace las tinieblas, y de la luna que ve en la oscuridad, como los masones pretenden hacer la luz en las tinieblas anteriores a ellos e iluminar al mundo con la luz de la sabiduría que solamente ellos poseen.
En la base de la pirámide, en números romanos, se puede leer 1776, que fue el año de la firma de la declaración de independencia de las colonias británicas de la Gran Bretaña, además del año en el que el sacerdote jesuita de origen judío, Adam Weishaupt, fundó la orden de Los Maestros de los Illuminati.
En la parte superior, en forma de arco, se lee “ANNUIT COEPTIS”, que se puede traducir, con todas las reservas,: “nuestra empresa es exitosa” o “se aceptan nuestros principios”. La palabra “coeptis” es el dativo y ablativo plural del participio perfecto del verbo coepio, palabra arcaica poco usada en el latín clásico, con lo que consideramos que, al utilizar verbo tan antiguo, pretenden remontar sus orígenes a los inicios de la lengua del Lacio.
La zona inferior del círculo en el que se encuentra la referida pirámide ostenta la leyenda: “NOVUS ORDO SECLORUM”, en español: NUEVO ORDEN DE LOS SIGLOS, O DE LAS EDADES”, que es lo que ellos desean instaurar, un nuevo orden social que elimine toda la cultura anterior e implantar la que ellos aportan de nuevo cuño. Tan es así, que los revolucionarios franceses confeccionaron un calendario nuevo cuyo inicio se fijó el 22 de septiembre de 1792, coincidiendo con la proclamación de la República.
Hoy a nadie le llama la atención que políticos, científicos y hombres de prestigio hablen del Nuevo Orden Mundial. Es la traducción a nuestro lenguaje común de NOVUS ORDO SECLORUM, que ya preconizaban los masones desde sus inicios y pretenden imponer, al menos, a todos los países civilizados.
Si prestamos atención, veremos que la pirámide tiene 13 escalones que simbólicamente y de forma esotérica, representan los 13 grados del Rito de los Iluminados de Baviera. No tendría mucha importancia ese número si no se repitiese en los objetos que agarra cada una de las patas del águila, símbolo de los EE.UU., que posee en una de ellas igual cantidad de flechas 13, y en la otra sostiene una rama con 13 hojas posiblemente de laurel y 13 frutos de este.
Igualmente curioso es observar que dentro de una estrella de David, se encuentran trece estrellas, estas de cinco puntas. Este símbolo pagano, desde los tiempos más remotos, ha tenido un significado de luz, bondad y conocimiento, así en las cerámicas caldeas significa el poder real que se extiende más allá de los cuatro rincones del mundo, por lo que su significado es positivo.
Igualmente para los celtas es el poder de la Naturaleza. Son los cinco sentidos a través de los cuales se puede adquirir el conocimiento.
Los hebreos ven en ella la verdad, la nobleza, los griegos el símbolo de la perfección.
En la Edad Media se significan en ella las cinco llagas de Cristo, pero para los brujos y satanistas representó al diablo, si tenía el vértice superior invertido con lo que la parte superior indicaba los cuernos de este y la inferior la pata del macho cabrío. En una palabra: el símbolo del mal, o el pie de la bruja.
Para los masones, significa el poder en grado máximo. Además de cualquiera de las otras significaciones que quieran aplicarle.
En el escudo del pecho del águila se aprecian trece barras horizontales y trece verticales.
Trece son las letras de la leyenda ANNUIT COEPTIS y de E PLURIBUS UNUM El número trece aparece con inusitada frecuencia en todas las manifestaciones relacionadas con la Masonería y es porque este guarismo es para los masones el número de la Transformación. ¿Qué transformación? Quien sabe, quizás la del simple hombre mortal, en el hombre que conoce el secreto o que está iluminado.
No fueron muy originales en la elección del lema que los distinguiría, pues, como una burda imitación del de la Compañía de Jesús, AD MAIOREM DEI GLORIAM, A LA MAYOR GLORIA DE DIOS, ellos escogieron ALGDGADU A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO.
Manuel Villegas