LA BATALLA DE BADAJOZ (I)

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  “Una mentira repetida mil veces la conviertes en una verdad”

         (Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler)

   H. Edward Knoblaugh, corresponsal norteamericano de la Associated Press, destacado en Madrid desde antes de la Guerra Civil y radicado en Madrid desde las primeras semanas del alzamiento, dicho periodista permaneció en su puesto informando sobre los acontecimientos de la Guerra. En su obra ¡Última hora, guerra en España!, escrita en 1937, decía lo siguiente respecto a la maquinaria propagandística organizada por el Frente Popular:

H. Edward Knoblaugh

«A medida que la censura de niño canijo y subdesarrollado, pasó a ser un muchacho robusto, el gobierno se aventuró en el campo de la propaganda; con anterioridad a la Guerra Civil no había existido en España ninguna forma de propaganda de este tipo, en la mayor parte de los países de Europa y particularmente en aquellos gobernados por dictaduras, hacía tiempo que contaban para tal fin con elaborados y eficaces sistemas propagandísticos, pero hasta el momento en España no existía ni siquiera un sistema eficaz para la promoción del turismo.

 Sin embargo, pocas semanas después del comienzo de la Guerra Civil, España contaba ya con un mecanismo de propaganda igual o mejor que el que poseyera cualquier país europeo; el dinero no era obstáculo y el nuevo sistema español se incorporó a los métodos más avanzados. Se contrataron equipos de expertos extranjeros y la máquina empezó a funcionar al principio lenta y cautelosamente luego a toda velocidad; máquinas de escribir, multicopistas y rotativos comenzaron la ingente tarea de moldear la opinión pública de dentro y fuera de España; en lo doméstico era sencilla, pues, consistía principalmente en enviar medios para levantar la moral, pero en el extranjero era más complicado porque la España Republicana era juzgada desfavorablemente en muchos países debido a la serie de interminables actos violentos de violencia inhumana que precedieron a la guerra y a la despiadada liquidación de los no combatientes que la siguieron, la labor de los propagandistas era cambiar la opinión mundial y muy especialmente la de los países de los que la España Republicana deseaban conseguir la ayuda moral y material; los Estados Unidos fueron su objetivo primordial y solo había que echar una ojeada a los periódicos Norteamericanos para darse cuenta de lo eficaz de la campaña……..sin embargo, el grueso de la propaganda estaba destinado al consumo extranjero su eficacia era destacable en muy poco tiempo la prensa mundial se olvidó de los excesos realistas y lo que en principio era catalogado como gobierno rojo se convirtió bajo la influencia de la hábil propaganda en gobierno democrático que luchaba por mantener la democracia defendiéndola de las hordas invasoras» 

(¡Última hora, guerra en España! 1937. H. Edward Knoblaugh) 

                                     España, febrero del 1936

  Febrero del 1936, España vive una situación de extrema agitación y anarquía política y social, que se puede definir como trágica, 16 meses antes, en octubre del 1934 la izquierda liderada por el P. S. O. E., al no aceptar la victoria de la derecha en las elecciones de noviembre del 1933, intenta junto con el partido independentista catalán Esquerra Republicana de Cataluña, un golpe de Estado para implantar la dictadura del proletariado de corte soviético y acabar con la que ellos  definían  como la  “República burguesa”.

Azaña

 En los lugares que principalmente triunfó fue en Asturias y en Cataluña del ilegal “Estado Catalán”. El general Eduardo López Ochoa en Asturias, con Franco que desde Madrid, dirigió el sofoco revolucionario-golpista de Asturias y en Cataluña el General Domingo Batet que acabó con la ilegalidad golpista-independentista de las 10 horas del Estado Catalán.      Este hecho fue el tiro de gracia que acabó con la II República, una República que nada más comenzar en abril del 1931 cuando aún no había pasado un mes de ser proclamada, perdió la inocencia con la quema de conventos, iglesias, colegios católicos, bibliotecas, periódicos…etc., todo auspiciado por la masonería y con la indiferencia cómplice del gobierno con Azaña a la cabeza que miró para otro lado evitando que las fuerzas de seguridad como la Guardia Civil y la Guardia de Asalto intervinieran.

 En un clima de cada vez de más y más violencia, asesinatos, quema de iglesias, huelgas salvajes, etc. con una situación de alta tensión social y política; llegan las elecciones generales del domingo 16 de febrero del 1936; tras esta jornada se evidenció por parte de la izquierda del Frente Popular un monumental fraude electoral y un auténtico asalto al poder.

Niceto Alcalá-Zamora

 El 17 de enero del 1937 en plena Guerra Civil el diario suizo «Journal de Géneve» le publicaba al expresidente de la II República Niceto Alcalá-Zamora destituido el 7 de abril del 1936, un artículo donde manifestaba la dramática dimensión del fraude electoral de febrero del 1936; decía así:

«A pesar de los refuerzos sindicalistas, el Frente Popular obtenía solamente poco más de 200 actas en un parlamento de 473 diputados.

 Resultó la minoría más importante, pero la mayoría absoluta se le escapaba. Sin embargo, consiguió conquistarla consumiendo dos etapas a toda velocidad, violando todos los escrúpulos de legalidad y de conciencia.

  En la primera etapa: Desde el día 17 de febrero, incluso desde la noche del 16, el Frente Popular sin esperar el fin del recuento del escrutinio y la proclamación de los resultados, la que tenía que haber tenido lugar ante las Juntas Provinciales del Censo en el jueves 20, desencadenó en la calle la ofensiva del desorden, reclamó el poder por medio de la violencia. Crisis: algunos Gobernadores Civiles dimitieron. A instigación de dirigentes irresponsables, la muchedumbre se apoderó de documentos electorales, en muchas localidades los resultados pudieron ser falsificados.

Segunda etapa: Conquistada la mayoría de este modo, fue fácil hacerla aplastante. Reforzada con una extraña alianza con los reaccionarios vascos, el Frente Popular eligió la comisión de validez de las actas parlamentarias, la que procedió de una manera arbitraria. Se anularon todas las actas de ciertas provincias donde la oposición resultó victoriosa, se proclamaron a candidatos a amigos vencidos. Se expulsaron de las Cortes a varios diputados de las minorías. No se trataba solamente de una ciega pasión sectaria; hacer en la Cámara una convención, aplastar a la oposición y sujetar el grupo menos exaltado del Frente Popular.

 Desde el momento en el que la mayoría de izquierdas pudiera prescindir de él, este grupo no era sino el juguete de las peores locuras. Fue así que las Cortes prepararon dos golpes de Estado parlamentarios. Con el primero se declararon así mismo indisolubles durante la duración del mandato presidencial. Con el segundo me revocaron. El último obstáculo estaba descartado en el camino de la anarquía y de todas las violencias de la Guerra Civil»

 Pasados los meses después de este asalto al poder y del monumental fraude electoral, se vivió un delirante y caótico estado de tensión, de violencia política y social que tras el asesinato del diputado Monárquico José Calvo Sotelo el 13 de julio del 1936 en Madrid -José M.ª Gil Robles diputado de la CEDA y Alejandro Lerroux García diputado del Partido Republicano Radical salvaron la vida al estar ausentes de su domicilio- este asesinato fue el detonante que provocó el intento de golpe de Estado que fracasó y desembocó en la Guerra Civil.

                  La situación revolucionaria prebélica en Badajoz

  La primavera del 1936 en Badajoz fue de un ambiente revolucionario feroz, los ciudadanos que no eran de la ideología de índole comunista, socialista o anarquista, sino simplemente considerada como “burguesa” eran víctimas de una siembra de odio hacia ellos.

  El 18 de mayo del 1936 el diputado comunista Antonio Mija hizo unas declaraciones en Badajoz que evidenciaba las posturas que iba a tener el Frente Popular, incluidos sindicatos de izquierdas, fuera de toda legalidad decía así:

 «Yo supongo que el corazón de la burguesía de Badajoz no palpitará normalmente desde esta mañana al ver como desfilan por las calles con  puño en alto los milicianos uniformados; al ver como desfilaban esta mañana millares y millares de jóvenes obreros y campesinos, que son los hombres del  futuro Ejército Rojo obrero y campesino de España…. Este acto es una demostración de fuerza, es una demostración de energía, es una demostración de disciplina de las masas obreras y campesinas encuadradas en los partidos marxistas que se preparan para muy pronto terminar con esa gente que todavía sigue en España dominando de forma cruel y explotadora a lo mejor, lo más honrado y laborioso del pueblo español», estas palabras sonaban a ultimátum a toda persona que no perteneciera a la izquierda, socialismo, comunismo o anarquismo para acabar con ellos.

“El Lenin Español”

 Esta situación creada no era novedosa ya iniciada la II República se cometieron actos como incendios, saqueos a propiedades o la intentona revolucionaria en Villanueva de la Serena (Badajoz) en diciembre del 1933 o la huelga campesina en junio del 1934 abortada por Rafael Salazar Alonso desde el Gobierno, hecho que provocó el odio de las izquierdas y una vez iniciada la Guerra Civil fue detenido el 1 de septiembre del 1936 por milicianos de la Federación Anarquista Ibérica (F. A. I.) acusado sin pruebas de colaborar con el alzamiento nacional y condenado el 22 de septiembre del 1936 fue ejecutado al día siguiente; o la manipulación de los resultados electorales en febrero del 1936 en Cáceres o los asesinatos cometidos por el Frente Popular una vez tomado el gobierno. Todo esto respondía a una estrategia manifestada por Largo Caballero “el Lenin Español” político filo-soviético en la localidad de Don Benito -provincia de Badajoz- en noviembre del 1933; decía así: «Tenemos, que luchar como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no una bandera tricolor de una república burguesa, sino la bandera roja de la revolución socialista»

 Tras el fraude electoral y toma de posesión del gobierno del Frente Popular se vivió de forma generalizada en toda España una merma de los derechos ciudadanos donde el ambiente revolucionario era tónica del día a día donde el adversario político pasó a ser para los componentes del Frente Popular el enemigo a exterminar. En un acto público del 14 de abril del 1936 en el teatro Minayo de Badajoz y ante el Gobernador Civil, el diputado socialista Nicolás de Pablos declaró que había que exterminar a las derechas.

 Los partidos obreros iban creando sus propias milicias armadas; el partido comunista organizó las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas   (MAOC) y los socialistas a través de sus juventudes también, la milicia más importante era la del P. S.O. E.  En abril del 1936 se fusionaron las Juventudes Socialistas y Comunistas creando las “Juventudes socialistas unificadas” de tinte comunista.

 Largo Caballero dejó escrito que todo esto obedecía a unas directrices que provenían de la Unión Soviética y que él dejó constatado diciendo: «En todo esto no presidía otra cosa que la idea del Frente Popular importado de Rusia y que tan perniciosos resultados habrían de dar en todos los países. El tiempo nos ha demostrado que toda esa política, se hacía exclusivamente en beneficio del estalinismo»

Margarita Nelken

 Margarita Nelken diputada socialista, a la que José M.ª Pemán la definió como mujer con nombre de flor y espíritu de hiena, que participó en los asesinatos de Paracuellos, decía igualmente sobre el proceso revolucionario: He aquí la fuerza absoluta de la conminación revolucionaria que había de borrar momentáneamente las consignas particulares de cada partido. Una sola orden, la insurrección. Una sola bandera, la bandera roja. Una sola consigna, la lucha por la dictadura del proletariado. Un solo título, el de revolucionario, que anula o mejor dicho, que integra todos los distintivos de los partidos.

 En todas las concentraciones del primer semestre del 1936 estaban presentes las formaciones paramilitares de los milicianos, en muchas localidades de la provincia de Badajoz hacían su desfile extramuros y exaltados para que la población viera su poderío, entraban con aires provocadores gritando «UHP, UHP» que quería decir “Uníos Hermanos Proletarios”.

Nicolás de Pablos

 Igualmente, en un mitin del P. S. O. E. el diputado socialista Nicolás de Pablos ante el Gobernador Civil anunció el exterminio de las derechas, hecho defendido por Largo Caballero y Margarita Nelken.

  El 25 de marzo del 1936 a las 5 de la mañana en todas las localidades de Badajoz se llevó a cabo un hecho revolucionario, el asalto y apoderamiento de numerosas fincas de unos 60.000 a 80.000 obreros llevándose a cabo colectivizaciones de la tierra, abolición del dinero, comités de trabajadores, servicios públicos y, en definitiva, un proceso revolucionario

                            Golpe de Estado y Guerra Civil

 El asesinato de José Calvo Sotelo en Madrid, líder de la oposición monárquica el 13 de julio, aceleró el intento de golpe de Estado y que, al fracasar este, desembocó en la Guerra Civil.

  Tras el alzamiento en África de las tropas nacionales de Regulares y Legionarios el 17 de julio, el 20 de julio desde los aeródromos de Sania Ramel (Tetuán) al aeródromo de Tabladas (Sevilla) comandados por el general Francisco Franco se lleva a cabo el primer puente aéreo de la historia con tres aviones trimotores Fokker F-VII. A esta misión se unieron dos hidroaviones Dornier «Wal» de la aeronáutica naval realizando vuelos desde Ceuta y Algeciras e igualmente se unió un bimotor Douglas DC-2.

Fokker F-VII

Entre el 20 y 28 de julio se trasladaron a Sevilla las Vª y IVª Banderas del Tercio a un ritmo de 120 legionarios por día.  Los trimotores Fokker F-VII alternaban estos vuelos con otros nocturnos de bombardeo y reconocimiento, hasta puntos tan lejanos como Albacete y Madrid; los pilotos dormían, por turnos, en su asiento de la cabina o en los breves descansos entre los servicios.

  Ya el 27 de julio las tropas frente populistas, al contrario que en Cáceres, toman el control de Badajoz. La situación que se vive es descrita por el primer corresponsal extranjero que se tiene constancia de los inicios de la Guerra Civil en Badajoz, hablamos de Jean de Gandt, jefe de la United Pres en Madrid, pero que en esos momentos se encontraba en Lisboa y describe cómo Badajoz se encuentra minuciosamente controlada por los milicianos decía así:

«27 de julio, Badajoz, el oeste de España del que no se dice nada, desde el estallido de la rebelión, está aislado de Madrid, y sus pueblos están alborotados con multitud de milicianos que están aguardando los ataques rebeldes.

 Intenté alcanzar Madrid desde Lisboa. Crucé la frontera de  Portugal en automóvil. En el puesto fronterizo había un torrente de noticias atroces, previamente transmitidas por las radios de los rebeldes, incluyendo que una veintena de rebeldes fueron encerrados en una iglesia en un pueblo y quemados y que en otros lados a los rebeldes les habían cortado las orejas».

 Los días consecutivos al día 31 de julio los milicianos habían tomado, iglesias, conventos con la consecuente destrucción del valioso patrimonio religioso, con la expulsión de las monjas de clausura, con la detención e ingreso en prisión de los sacerdotes y persecución de los que a ellos les suponía ser antirrevolucionarios, comenzando así una larga lista de asesinatos.

  A partir del día 29 de julio se habilitó el nuevo aeródromo de Jerez de la Frontera (Cádiz), lo que acortó sustancialmente el viaje, y se incorporó al puente aéreo el primer trimotor Junkers Ju 52 3m alemán, avión que era pilotado por españoles en esos momentos. Ello permitió aumentar la carga y la frecuencia de los vuelos de transporte, ya que el día 30 de julio se transportaron 241 soldados.

 En el sur de España, en Andalucía occidental, del 18 al 22 de julio del 1936, las tropas procedentes de Marruecos comandadas por el General Queipo de Llano toman Sevilla.

Siguiendo las órdenes dadas por Franco el día 1 de agosto del 1936, al día siguiente el 2 de agosto, partían desde Sevilla las tropas comandadas por el teniente coronel Asensio Cabanillas, poco después se les unía la columna del comandante Castejón. Dichas tropas tenían unos 2.000 hombres, que se dirigen hacia Extremadura para tomar Badajoz, a través de las ciudades pacenses de Zafra y Mérida, con el objetivo prioritario de enlazar con el ejército nacional del norte comandado por el General Mola e igualmente cumplido este objetivo dirigirse a Madrid y tomarla. El avance a seguir por las tropas se diseñó por el flanco izquierdo de la península por Extremadura, ya que sería mucho más rápido que si se hubiera realizado por el centro de España, ya que el gobierno del portugués Oliveira Salazar era adepto a la causa nacional y proporcionaría ayuda a las tropas nacionales. Otro objetivo a cubrir por este flanco era unirse con alzados nacionales que habían tomado la práctica totalidad de la provincia de Cáceres desde el 19 de julio y así mismo unirse con fuerzas de la Guardia Civil, Carabineros, Guardias de Asalto, el Regimiento Argel n.º 27 y el Batallón de Ametralladoras n.º 2 que se encontraban en Plasencia (Cáceres). La entrada hacia Cáceres se hizo por la carretera General de Sevilla. En cambio, donde realmente las fuerzas del Frente Popular podían hacer una auténtica resistencia era en Mérida y  la capital Badajoz.

Teniente Coronel Asensio Cabanillas

 Como ya se ha dicho la tarde del 2 de agosto del 1936 partieron desde Sevilla una columna compuesta por el IIº Tabor del Grupo de Regulares de Tetuán núm. 1, la IVª Bandera del Tercio, dos autoametralladoras, una Batería de 70 m.m., un tren de puentes, material para fortificaciones y transmisiones, servicios de sanidad e intendencia al mando del Teniente Coronel Asensio Cabanillas llegando a entrar con facilidad en la provincia de Badajoz hasta llegar a Los Santos de Maimona (Badajoz); en dicha ciudad se llevó a cabo una dura batalla donde los Legionarios y Regulares alcanzaron la victoria tomando esta plaza. En esta batalla el Frente Popular tuvo unas 250 bajas

 El 5 de agosto los milicianos locales junto a 400 hombres llegaban de la capital Badajoz, con una sección de ametralladoras y morteros de la Guardia de Asalto, una compañía de carabineros y dos de fusileros del Regimiento Castilla n.º 3, intentan frenar el avance de las tropas nacionales, pero se encontraron con una fuerte ofensiva por parte de las piezas de artillería de 70 mm y por el intenso fuego de ametralladoras. Pese a la resistencia de las tropas frente populistas, el apoyo aéreo proporcionado por la Vª Escuadrilla de Breguet XIX y el consiguiente asalto de las tropas de África acabaron por diezmar a las fuerzas del Frete Popular, muriendo más de un centenar de ellos y cayendo la posición a las 7 de la tarde en manos del teniente coronel Asensio y su columna.

Antonio Castejón

 El 3 de agosto, el comandante de la Legión, Antonio Castejón, también había salido desde Sevilla con dirección a Badajoz con otra columna motorizada formada por la Vª Bandera del Tercio, el IIº Tabor de Regulares de Ceuta y una batería de 75 mm. Este fue ocupando las localidades a su paso hasta tomar Zafra (Badajoz) la madrugada del 6 al 7 de agosto. A estas fuerzas nacionales ya mencionadas, el 8 de agosto se unirían la Iª Bandera del Tercio, el Iª Tabor de Regulares de Tetuán junto a varios guardias civiles y una batería ligera al mando del teniente coronel Heliodoro Rolando de Tella Cantos, sumándose a estos cuerpos guardias civiles, voluntarios civiles y falangistas que se encontraban a su paso.

Pedro Martínez Cartón

 Tras tomar Almendralejo y Torremejía, el verdadero reto de estas tres columnas sería el día 11 de agosto, en el que tendrían que asaltar Mérida, nudo de comunicaciones importante, débilmente defendido por apenas dos piezas de artillería de 75 mm pero con un número importante de milicianos dirigidos por Carlos Rodríguez Medina, capitán de la Guardia de Asalto de la ciudad, y Pedro Martínez Cartón, diputado del PCE convertido en uno de los líderes milicianos de Mérida, y posteriormente uno de los jefes del Ejército del Frente Popular.

 Tras una maniobra envolvente y destruir las dos piezas de artillería, las columnas de Asenio y Castejón -Vª Bandera de la Legión y IIº Tabor de Tetuán- se introdujeron en la ciudad en apenas 5 horas, habiendo pequeños enfrentamientos con las milicias populares durante dos horas, las cuales habían sido abandonadas por Rodríguez Medina y Pedro Martínez Cartón, que huyeron de la ciudad. Además, el apoyo aéreo del Frente Popular resultó sumamente inefectivo, tanto el enviado desde Madrid como el que partió desde el aeródromo de Don Benito, ya que lanzaron bombas desde una gran altura que causaron escasas bajas entre las filas nacionales.


Teniente coronel Yagüe 

El Bando Nacional estaba saboreando un innegable éxito tras haber recorrido desde que partieron de Sevilla y en apenas 10 días más de 190 kilómetros sobre las líneas del Frente Popular, pudiendo contactar con las fuerzas sublevadas de la provincia de Cáceres, bajo el mando del comandante José de Linos Lage, uniendo así dos franjas territoriales de fuerzas que se habían sublevado contra el gobierno del Frente Popular.

 La mañana del 12 de agosto se produciría un acontecimiento fundamental, pues el teniente coronel Yagüe acudiría a Mérida para dirigir personalmente el Ejército Expedicionario de África, con el que, tras reorganizarlo, cargaría contra el último foco importante de Extremadura: la ciudad Badajoz, objetivo prioritario para el General Francisco Franco, que ya se encontraba en Sevilla, sobre la ciudad toledana de Talavera de la Reina, plaza del Frente Popular también importante.

Manuel López Gómez

Orden Franciscana Secular

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