UNA VISIÓN DEL MÉXICO PRECOLOMBINO Y SU CONQUISTA POR ESPAÑA.

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Trasladémonos al México precolombino visitando Chichén Itzá.

Chichén Itzá significa “boca del pozo de los Itzaes” que hace referencia al “cenote sagrado”. Conjunto único. La séptima maravilla del mundo. Enorme en monumentos- unos setenta y cinco complejos arquitectónicos- y en extensión.

La ciudad fue uno de los lugares de culto al dios Kukulkan

Nos adentramos en su interior, a nuestra izquierda el conjunto del “Juego de Pelota”. En dicho recinto dos conjuntos de 7 hombres se disputan el honor del vencedor; el campo de juego es un espacio rectangular cerrado por tres paredes; una al fondo y dos laterales. Las paredes están adornadas con infinidad de bajorrelieves. En las laterales dos aros pétreos, arriba, donde hay que introducir una pelota redonda ― de unos 20 centímetros de diámetro ― de caucho. 14 hombres intentan introducir el balón en uno de los aros laterales. Espectáculo único, no emplean ni los brazos ni las piernas, sólo el cuerpo.  El capitán del equipo vencedor es sacrificado a los dioses y el perdedor desterrado.

Según parece es lo antepasado del futbol o del baloncesto.

Entre los muchos monumentos admiramos Tzompantli, el Templo de las águilas, el Templo de los Guerreros -estilo tolteca y maya- forma un edificio de tres plataformas que está unido a las Mil Columnas. Seguimos, el Mercado, consiste en un espacio rectangular rodeado de veinticinco columnas. En cultura tan avanzada no podía faltar el Baño de Vapor o el Osario. Los Itzáes-Mayas estaban muy interesados en la astronomía, filosofía, agricultura, matemáticas, etc. Por ello encontramos varios edificios para su estudio: Casa del Venado, Casa Roja, Casa del Mem, Casa de la Salud, Escuela de filosofía, el Observatorio donde los Mayas, estudiaban el cielo. El Palacio de las Monjas, la Iglesia, etc.

Mención especial merece el templo de Kukulkán. Mide 24 mts. de alto por 55,5 mts, de ancho en cada uno de sus cuatro lados. Una escalinata, en cada cara, de 91 peldaños más 1 superior nos dan los días del año, 365. Sus cuatro vértices están orientados a los cuatro puntos cardinales. En los equinoccios, en la cara norte, se proyectan siete triángulos de luz que, al unirse a la cabeza de la serpiente, de su base, aparenta que la serpiente cae del cielo y se desliza por las escaleras, mientras, la plaza es atravesada por su sombra. Este hecho no es fruto de la casualidad. Fueron sus constructores, sabios en matemáticas, que lo proyectaron para que se realizase tal maravilla. En España tenemos varios ejemplos que nos indican la exactitud de las matemáticas; En la Catedral de Mallorca se cambió la orientación que tenía la antigua mezquita, base de la Catedral, unos 10 grados para lograr que la luz matinal, que atraviesa el gran rosetón ― 12,2 mts. ― ilumine el  rosetón del portal principal.

El Templo de Kukulkán lo preside todo. Desde cualquier lugar del conjunto nos provoca a contemplarlo, admirarlo, recordarlo, e intentar visionar cuál sería su aspecto en los días de su máximo esplendor, los días de los sacrificios humanos. Con el frotado de sus paredes, que realizaban los esclavos con la raíz de una planta de sus alrededores, se conseguía abrillantar las piedras, y, el Templo parecía hecho de plata reluciente. Imaginémoslo, los rayos del sol deslumbrándonos al chocar contra sus superficies de argento resplandeciente. Todo el monumento aparentaba hecho de plata, y, subiendo una escalera, uno tras otro, una procesión de jóvenes ― mitad chicos y mitad chiquillas vírgenes en las que acababa de florecer la rosa roja de la vida ― cogidos a una cuerda de algodón blanco. Ceremonia acompañada por el son de la flauta y el aroma procedente de los incensarios de copal. Todos ataviados con vestidos blancos bordados de múltiples colores y adornadas sus cabezas y vestidos con plumas. Paso a paso llegaban a lo más alto del Templo. Los sacerdotes, también engalanados, previamente habían derramado harina de maíz sobre la escalera sagrada, esperaban la comitiva para ofrecerlos en sacrificio a la diosa Xilon, a los dioses Quetzacoatl, Huitzlipochtli ― rey de la guerra ― y demás dioses de Tenochtitlán.

Las víctimas, una a una, sujetas encima del altar de piedra eran inmoladas por el sumo sacerdote, que, clavando en su pecho un cuchillo de lava vidriosa ― obsidiana ― sacaba su corazón, aún palpitante, ofreciéndole a sus dioses, y, mostrándolo al pueblo ebrio por el vino con miel, que les habían dado, contemplaba con infinita tristeza el dantesco espectáculo. Espeluznante. Triste. Incomprensible para los padres de las víctimas.

Una vez realizado el ofrecimiento sus cuerpos eran tirados hacía abajo tiñéndose, con la sangre de los jóvenes, las paredes del Templo. Rojo sobre plata. Rojo sobre rojo. El ruido de los músicos intentaba apagar los gritos y sollozos de padres, hermanos, familia, … No había razón que justificase tal dolor, tal masacre, tal espectáculo.

Estos sacrificios humanos se realizaban en todo México. Los templos, para sus sacrificios, poblaban toda su geografía. El número exacto de mexicanos sacrificados a sus dioses es una incógnita. Los estudiosos, en el tema, nos dan unas cifras aproximadas. Cifras que van desde las 20.000 a las 100.000 víctimas anuales.

El pueblo estaba indignado. De aquí la facilidad de Hernán Cortés en conquistar México. El pueblo mexicano ayudo a Cortés para librarse de Moctezuma por los abusivos impuestos que imponía, y, de sus sacerdotes por las vidas que sacrificaban a sus dioses. 

Se está promocionando, por parte de algunas naciones y de personalidades, que España asesino a millones de indígenas en su conquista de México, o en otras naciones del Nuevo Mundo, por lo que, España, debería pedir perdón.

Centrémonos en México: He anotado anteriormente que entre 20.000 y 100.000 indígenas sacrificaban cada año, en sus templos, los sacerdotes bajo el dominio de Moctezuma.

México estaba dominado por los aztecas. Los aztecas habían llegado a México en el siglo XI. Sometieron gran parte de México, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Fueron, poco a poco, venciendo a los Toltecas, a los Mayas y a otros pueblos aborígenes. Practicaban sacrificios humanos y canibalismo ritual.

Hernán Cortés conquistó México. ¿Creemos posible qué con unos quinientos hombres fuesen capaces de tal heroicidad? No era posible. Los mexicanos, cansados de la tiranía de sus dirigentes, apoyaron a Hernán Cortés y acabaron con los asesinatos y abusos. Hernán Cortés supo aprovechar el ambiente hostil hacía sus dirigentes. Fue muy inteligente.

Hubo muertos en la Conquista. En todos los enfrentamientos los hay. Éstos lo fueron en su lucha entre mexicanos; unos defendiendo a sus autoridades asesinas y otros defendiéndose de la tiranía, apoyados por los españoles. Hubo fallecidos en los tres bandos como en todas las guerras.

Los muertos son un peaje que se paga en todas las guerras. También las sufrimos en España con los iberos, celtas, romanos, visigodos, etc. cuando llegaron a la Península Ibérica.

Distinto es hablar de las victimas indígenas habidas de la unión de dos pueblos; el mesoamericano y el español. Los españoles estaban inmunizados de muchas enfermedades ya padecidas en Europa. Males no sufridos por los habitantes del Nuevo Mundo. Al unirse estos dos pueblos hubo contagios. Contagios que ocasionaron infinidad de víctimas. Victimas debidas a la carencia de defensas ante las nuevas enfermedades. No víctimas bélicas de los españoles. Víctimas de nuevas enfermedades para los habitantes del Nuevo Continente. Repito, los hubo por las guerras, pero la mayoría lo fueron por los efectos naturales de la unión de dos pueblos. Nació un nuevo pueblo que hoy es identificado en millones de personas. Ninguna otra nación puede presumir de tal herencia. Sólo España es la Madre Patria. 

En las ordenanzas de los Reyes Católicos y de sus descendientes, el indígena se convertía en español, con sus mismos derechos, al ser bautizado. España no dijo “el mejor indio es el indio muerto”. Otras naciones si lo pensaron y así actuaron.  Los indígenas y los españoles crearon una nueva raza nacida del mestizaje, los hispanoamericanos. España y los españoles no fueron a exterminar y acabar con los oriundos ― otros pueblos o naciones si lo hicieron ―. Se unieron en la unión más fuerte que podamos concebir; sus vidas, con sus descendientes comunes. 

Consideremos que, los hechos acontecidos, lo fueron por la naturaleza del ser humano imputables a la unión de los indígenas americanos y de los españoles. Españoles, inmunizados, desplazados al Nuevo Continente. España no eliminó pueblos, tribus, razas. España creó una nueva raza. La muerte de millones de personas no fue imputable a la acción bélica de los españoles, lo fue a la debilidad del cuerpo humano indígena al no estar preparado ― inmunizado ― para hacer frente a las nuevas enfermedades europeas importadas por los españoles.

He conocido personas mayas. Mayas en los que circula, por sus arterias y venas, sólo sangre maya.  España no acabó con los mayas. Hablan el maya y el castellano como idiomas propios. Otros, sin embargo, son descendientes de mayas, toltecas, etc. y españoles. Por sus arterias y venas corre sangre mexicana y española. La vocación española no fue acabar con ningún pueblo, raza o cultura. Fue incorporar al Nuevo Mundo lo mejor de España: su cultura, su religión y su sangre.

España y los españoles no tuvieron culpa. Otras naciones no pueden decir lo mismo, pues su mentalidad invasora era “el mejor indio es el indio muerto”.

En el caso de México, Hernán Cortés protegió  ― ayudó ― al pueblo contra Moctezuma.

No están justificadas las campañas orquestadas en todo el mundo contra España; Destrucción de monumentos, pintadas de estos, opiniones y exigencias de que España pida perdón. Todo es debido a la total incultura histórica que hoy sufrimos, seguida por antiespañoles cuya ignorancia histórica es muy preocupante, y, a los intereses políticos de naciones que si debieran pedir perdón por lo que ellos hicieron. 

Si hubo abusos, que sí los hubo, no fueron ocasionados por las instituciones españolas. Lo fueron a nivel personal. Si hay que pedir disculpas, por ello, los descendientes americanos deberían pedirlas a sus antepasados, pues, los que quedaron en España no son responsables de los hechos individuales ocasionados por sus antepasados.

España, ni ninguna institución española, debe pedir perdón por la gran obra que realizó. Abusos, de alguna autoridad o individuales, seguro que los hubo. Como los hay hoy. A nivel institucional España y los españoles debemos sentirnos muy orgullosos de la misión civilizadora que realizo España en el Nuevo Mundo.

No colonizaron. Crearon nuevas naciones, enseñaron él cristianismo, la cultura española, levantaron catedrales, fundaron las primeras universidades del Nuevo Mundo, dieron sus vidas y, nació una nueva raza, que hoy, orgullosos, pueblan tantas naciones y territorios.

Juan Oliver Torrents

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3 thoughts on “UNA VISIÓN DEL MÉXICO PRECOLOMBINO Y SU CONQUISTA POR ESPAÑA.”

  1. Juan, muy bueno, interesante e instructivo artículo este que nos presentas.
    Uno de los mejores que he leído para ilustración de nuestros nietos que lamentablemente no reciben, con la educación actual, información verdadera sobre estos hechos, de los que deberíamos presumir, y que además son el producto de nuestra Fe católica, declarada en «negro sobre blanco» en el testamento de esa grandísima reina que unificó los reinos de España, Isabel la Católica, que con gran clarividencia se adelantó varios cientos de años a lo que sólo algunos países empezaron a aplicar, y que hasta hace unos muy pocos años se ha incorporado a los «Derechos humanos» de la ONU.

    ¡A ver si vamos espabilando!. Por mi parte yo divulgo todas estas cosas a mis hijos y nietos para que no se dejen engañar por la demagogia universal.
    ¡Gracias de nuevo!

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