El General Pavía

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  Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque, nació en Cádiz el 2 de agosto de 1827. La leyenda o la imaginación del pueblo español de mediados de siglo nos ha hecho llegar tanto su persona como su caballo, con el cual, se rumoreaba que había entrado en las Cortes. Es decir, el famoso «caballo de Pavía», hecho por demás incierto. Manuel Pavía fue un general de clara tendencia republicana que, curiosamente, propició el final de la Primera República. Ingresó en el Colegio de Artillería en 1841, para ascender a comandante en julio de 1854. La sublevación de Villarejo de Salvanés en enero de 1866, a la cual se unió, comandada por el general Prim, y, dado su fracaso, provocó que se exiliase. Fue en 1868 cuando, destronada Isabel II, e instaurada la República, regresó a España para combatir a los carlistas de Navarra y a todo cuanto movimiento cantonal se levantó en Andalucía. Emilio Castelar, presidente republicano, le nombró capitán general de Castilla la Nueva. Con el presidente del ejecutivo mantenía una cordial relación, aunque, discrepaban en las formas de solucionar los problemas de la nación. El político defendía la necesidad de mantener el orden y la unidad, dentro de la norma y la legalidad, mientras que Pavía afirmaba que, cuando la legalidad no alcanzaba a cumplir su fin de unidad, disciplina, el golpe militar era lo procedente.

Por lo tanto, no resulta extraño que, perdida una moción de censura por Castelar, se inició el trámite parlamentario de elección de un nuevo gobierno. Fue entonces cuando Pavía le mandó una nota al Presidente de las Cortes, Nicolas Salmerón, por la cual le ordenaba abandonar el hemiciclo a él y a todos los diputados. Estos, naturalmente, no aceptaron dicho mandato, permaneciendo en sus escaños hasta que una dotación de la guardia civil entró a desalojarlos, para disolver las Cortes y finiquitar el fatal gobierno republicano federal.  Pavía, con el gobierno extinto, pretendió que todos los partidos políticos, excepción de cantonalistas y carlistas, formasen un gobierno de concentración nacional, para dar el poder a Castelar. Al ser sumamente critico éste con el método utilizado y rechazado el ofrecimiento, tomó las riendas del gobierno el General Serrano, iniciándose la segunda etapa de la República, denominada «Unitaria» o «Dictadura de Serrano». Castelar, candidato de Pavía, con sus escritos y discursos no logró disipar los rumores que circulaban por los mentideros madrileños en el sentido de que, Pavía había iniciado el golpe para impedir el nombramiento del candidato republicano federal Eduardo Palanca como nuevo presidente del poder ejecutivo, merced a la moción de censura formulada por Francisco Pi y Margall, Estanislao Figueras y Nicolás Salmerón, líderes del sector del Partido Republicano Federal.

El general Pavía desde su pase a la situación de «cuartel» hasta el nombramiento de general en jefe del Ejército del Centro, se mantuvo en contante lucha contra los carlistas, hasta que, llegado Alfonso XII al trono, fue receptor de muchos honores, entre ellos es de ser designado diputado por Madrid en 1876, con lo cual defendió personalmente en Cortes su actuación del 3 de enero de 1873. En aquellas Cortes se opuso al matrimonio de Alfonso XII con María de las Mercedes de Orleans y votó siempre en contra del gobierno.

Cánovas del Castillo, en 1880 lo nombró senador vitalicio, falleciendo en Madrid el 4 de enero de 1895.

Francisco Gilet.

Bibliografia

Vilches, Jorge. Emilio Castelar. La patria y la república. Madrid, 2001

Barón Fernández, José (1998). El movimiento cantonal de 1873

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