Lope de Figueroa y la Batalla de Jemmingen (21 julio 1568)

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Lope de Figueroa

En 1566, quien ostentaba el titulo de gobernador de los Estados Generales de los Países Bajos no era un varón si no una señora conocida como Margarita de Parma. Nacida en Oudenaarde (actualmente en la provincia belga de Flandes Oriental, era hija ilegitima de Carlos I de España, y debido a la protección especial de su tía abuela, Margarita de Austria y posteriormente de su tía María de Austria, ambas también gobernadoras de Flandes, pasó de ser una oscura descendiente de un potente monarca, a una persona con reconocimiento político internacional y al frente de una región con graves problemas políticos y religiosos.

Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel,

El caso es que el 5 de abril de 1566, parte de la nobleza del país, presenta a la gobernadora una reclamación por escrito, exigiendo que la población calvinista y hugonote pudieran libremente profesar la religión protestante. Margarita, intentó dar largas al asunto, debido a las noticias de Alemania, Suiza y Francia, donde dicha religión se estaba tomando como excusa para provocar graves disturbios, sin embargo los ánimos estaban ya muy enconados y el día 15 de agosto, los calvinistas asaltaron en  Steenvoorde las iglesias católicas, destruyendo las imágenes, disturbios que se propagaron rápidamente de sur al norte de los Países Bajos Españoles. Ante la clara rebeldía de parte de la población y la nobleza, Felipe II decide enviar a Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, tercer duque de Alba, para sofocar la rebelión.

El Duque de Alba, se rodeó de los mejores militares disponibles en Europa y se preparó para combatir a los principales opositores a Felipe II, que eran los hermanos Luis de Nassau y Guillermo de Orange. Ambos eran nobles neerlandeses con fortunas personales muy importantes y fuertes conexiones familiares con la nobleza local. Los dos prepararon ejércitos a base de mercenarios.

Luis de Nassau

Quien primero tomó la iniciativa fue Luis que logró reunir un ejército de unos 11.000 soldados y marchó por el norte de Holanda para intentar conquistar la ciudad de Groninga. El Duque de Alba, evitó en todo momento un enfrentamiento directo, ya que solo disponía de entre 4.000 y 5.000 hombres y su pérdida hubiera significado la desaparición de ejércitos organizados en Las Provincias Holandesas. Siguió la táctica de hostigamiento a distancia, basada en la mejor formación y organización de sus hombres. Los resultados fueron tan positivos que consiguió poner al ejército enemigo en posición defensiva, dejando la iniciativa en manos españolas.

Entonces, Luis cometió un gran error. Creyéndose mejor conocedor del terreno y pensando que sus hombres, estando mas habituados a la lucha en terrenos embarrados, decidió encerrar a su ejército en una península entre dos ríos y ordenó abrir parte de las esclusas para inundar la comarca, haciendo que en la práctica se encontrara en una isla.

esclusas ríos Ems y Dollar

El Duque de Alba, con una magnifica utilización de los mapas en su poder, decidió que el punto débil era un puente sobre una de las esclusas y ordenó a los capitanes españoles Marcos de Toledo, Diego Enríquez y Hernando de Añasco la toma de la posición, cosa que consiguieron con la utilización conjunta de un reducido grupo de piqueros y arcabuceros. Luis se percató enseguida de su error y de la peligrosidad de la acción y ordenó la reconquista de las esclusas. Para ello envió a 4.000 hombres, según uno de los cronistas, aunque nos parece un poco exagerada. El caso es que los defensores de las esclusas estaban en franca minoría, pero supieron mantener la posición, utilizando adecuadamente el fuego de los arcabuces.

En repetidas ocasiones, los defensores de las esclusas solicitaron refuerzos, pero el Duque de Alba la denegó siempre, alegando que disponían de suficientes fuerzas. En realidad lo que deseaba el Duque era que Luis destacara el máximo de fuerzas en la zona. Zona que era estrecha y no permitía grandes concentraciones de tropas. Y Luis picó el anzuelo. Atacó con todas sus fuerzas, que fueron repelidas en varias ocasiones con graves pérdidas.

Lope de Figueroa

Entonces aparece un oscuro personaje. Lope de Figueroa. Un segundón descendiente directo de Fernando III, el Santo. Se dedicó a la vida militar, como muchos segundones y después de varios servicios en los ejércitos imperiales, estaba al mando de los mosqueteros y ordenó el asalto a las posiciones enemigas, consiguiendo la captura de la artillería y de un importante botín.

El Duque de Alba, atento a los acontecimientos, ordenó el movimiento general de sus tropas y el resto del día y del día posterior no fue otra cosa que una persecución y degüello general. La consecuencia directa es que Luis de Nassau tuvo que refugiarse en Alemania y dejó el campo en manos de su hermano Guillermo. Éste intentó exactamente lo mismo desde el sur con exactamente el mismo resultado. Pérdida total de su ejército de mercenarios y huida hacia un país enemigo de España. En este caso, Francia.

Batalla de Jemmingen

En ambos casos la victoria no fue tan solo el resultado de coraje o suerte. La suerte hay que buscarla y el coraje no sirve de nada sin organización. En el caso de Jemmingen, Lope de Figueroa es un ejemplo. Toda su vida la dedicó al servicio militar. Tenía en mente que los soldados no son nada sin instrucción sobre las armas que portaban. Éstas tenían que llegar en buenas condiciones a las manos de sus usuarios y éstos tenían que recibir su comida en el momento adecuado para no tener que luchar desfallecidos. Eso sí. Cuando había que tomar una decisión arriesgado, Lope, como sus compañeros de armas, eran capaces de tomarlas de forma autónoma.

Manuel de Francisco Fabre

https://es.wikipedia.org/wiki/Lope_de_Figueroa

Batalla de Jemmingen – Wikipedia, la enciclopedia libre

https://ejercitodeflandes.blogspot.com/2008/11/la-batalla-de-jemmingen-21-jul-1568.html

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