Poco espacio se ha dedicado en nuestros libros de texto a los hermanos Nodal y sus servicios a la Corona Española, a pesar de que fueron vastos y en su época fueron de vital importancia. Veamos en esta reseña uno de los más importantes y para darle su justo valor, pongámonos en antecedentes.
En 1520, Fernando de Magallanes había atravesado el estrecho que lleva su nombre y conseguido entrar en el Océano Pacifico desde el Atlántico. Atravesar el estrecho le llevó más de un mes y debido a que su expedición estaba organizada por España, se cartografió lo mejor que se pudo con los instrumentos de la época y sus datos quedaron para que futuros navegantes. No perdieran el tiempo en aquel laberinto.
En 1526, la expedición comandada por García Jofre de Loaísa, se adentró de nuevo en el estrecho. Como prueba de la dificultad que entrañaba localizar la entrada del estrecho, baste decir que embarcados estaban algunos de los sobrevivientes de la primera expedición, entre ellos Juan Sebastián Elcano y sin embargo confundieron la desembocadura del rio Gallegos con la entrada al estrecho. A pesar de los conocimientos previos de la ruta, tardaron 48 días en cruzar el estrecho. No era, evidentemente una tarea fácil.
En 1578, Francis Drake, cruzó también estas aguas. Su expedición estaba financiada por capitalistas privados cuyo objetivo no era el de exploración sino el de expolio. Como resultado, no había nadie oficialmente nominado para llevar el relato de la expedición y a su llegada a Inglaterra, importaba más la contabilización de los beneficios que los datos precisos de navegación. El caso es que los relatos que nos han llegado son contradictorios y todavía no se sabe con certeza si cruzó el estrecho en apenas 15 días o más bien rodeó Tierra de Fuego y pasó más al sur por el mar de Hoces.
En 1616, Jacob Le Maire y su piloto Willem Cornelisz Schoute, logran pasar entre la Tierra de Fuego y la isla de Los Estados, alcanzando el Océano Pacifico en tan solo dos días. Esta expedición tenía objetivos comerciales. El padre de Le Maire, tenía un conflicto con la todopoderosa compañía holandesa VOC Verenidge Oostindische Compagnie o Compañía de las Indias Orientales. Esta había conseguido obtener todos los derechos de comercio para los súbditos holandeses, de forma que no se podía traficar con las Indias Orientales si se atravesaba el Estrecho de Magallanes o se pasaba por el Cabo de Buena Esperanza. Le Maire, encontró la solución, navegando más al sur y evitando el Estrecho de Magallanes. Probablemente tenía información privilegiada, sea inglesa, sea de las referencias de la carabela San Lesmes, mandada por Francisco de Hoces de la expedición española de Laoisa.
Cuando en 1618, se publica el diario de bordo de Le Maire, en la corte de Felipe III se produce una gran conmoción. Las implicaciones de semejante noticias eran importantes. Hasta ahora la costa americana del Océano Pacifico estaba protegida de ataques de las potencias europeas por la dificultad en atravesar el Estrecho de Magallanes. Todas las expediciones que lo habían conseguido había sido a costa de un elevado número de bajas. Ahora se descubría que había un paso más al sur mucho mas practicable que el descubierto por Magallanes.
Siempre se ha criticado la lentitud en la toma de decisiones del Imperio Español, pero en este caso no fue así. El mismo año de 1618, se organiza una expedición con objetivos puramente científicos. Se trataba de confirmar los descubrimientos de Le Maire y de cartografiar el máximo de la zona comprendida entre el Estrecho de Magallanes y el extremo del continente americano.
Los encargados de ejecutarla fueron los hermanos Nodal (Gonzalo García de Nodal y Bartolomé García de Nodal), ambos viejos conocidos por la administración imperial por los numerosos servicios hechos por ellos mismos y su familia. Los hermanos Nodal habían nacido en Pontevedra con una diferencia de cinco años. Eran marinos de vocación y de reconocida capacidad profesional.
Toda la organización de la expedición es un ejemplo del punto álgido de la organización del imperio. Se hizo uso del espionaje para obtener cartas marinas holandesas y se contrataron a tres expertos holandeses (Pedro de Letre, Joan Witte y Valentin Tansen). Se utilizaron las últimas técnicas de construcción naval, para poner a flote dos carabelas iguales de pequeñas dimensiones, con una tripulación de 40 hombres y armadas con lo indispensable para repeler posibles agresiones. Se embarcó a un reconocido cosmógrafo, Diego Ramírez de Arellano, un experto hombre de ciencia con prestigio internacional. Se utilizó como base de partida Lisboa y se contrató marinería portuguesa. Se utilizó la base de Rio de Janeiro, para reabastecer las naves y realizar modificaciones en las cubiertas para adaptarlas a las condiciones climatológicas extremas del cono sur americano.
La expedición partió de Lisboa el 27 de septiembre de 1618, el 15 de noviembre recaló en Rio de Janeiro, el 22 de enero de 1619 entró en el estrecho de Le Maire, un día después entró en contacto con indígenas locales, cartografía gran parte de la costa de Tierra de Fuego y el 26 de febrero entra en el Estrecho de Magallanes por la parte del Pacifico, el 13 de marzo sale del estrecho por la parte del Atlántico y arriba a Sanlucar el 9 de julio.
No solo fue la primera expedición en realizar este periplo, sino que consiguieron regresar sin pérdida humana alguna, a pesar de tener que rechazar el ataque de tres buques corsarios a la altura de la islas Azores.
Empero la documentación cartográfica de calidad que los hermanos Nodal aportaron, la resonancia internacional fue poco importante. En aquellos momentos quien mantenía la primacía en los mares eran holandeses y españoles y ambos habían llegado a las mismas conclusiones. El comercio con Asia oriental era muy difícil sin escalas intermedias. Con los medios náuticos de la época, solo la Carrera del Galeón de Manila o el periplo con múltiples escalas a través del sur de África, ofrecía garantías de no sufrir enormes pérdidas humanas y materiales.
De todas formas la expedición de los hermanos Nodal fue todo un hito. Cartografiaron el complicado contorno de la Tierra de Fuego, lo realizaron en tiempo record y no padecieron bajas en la tripulación, algo que no había sucedido en anteriores aventuras.
El detallado informe de Ramírez de Arellano, experto cosmógrafo, permaneció invisible para la ciencia internacional al quedar enterrado en los archivos estatales, quedando finalmente el logro de la expedición de los hermanos Nodal un desconocido más en nuestra historia náutica.
Manuel de Francisco Fabre