Casi todo el mundo conoce el 2 de mayo de 1808, cuando la población de Madrid se sublevó de forma espontánea contra el ejército de ocupación francés a las órdenes del general Murat, pero en el mismo día de otros años hubo otros acontecimientos en España. Es fruto de nuestra dilatada historia. Raro es el día del año en el cual no sucediera algo interesante e incluso hay días con varios acontecimientos. Veamos en este caso, no el 2 de mayo de 1808, si no el de 1805. Para situarnos en el tiempo, es el año de la batalla naval de Trafalgar.
Este día, en respuesta a una minuta escrita por Antonio Samper, mariscal de campo y Director del Cuerpo de Ingenieros, Manuel Godoy, en nombre de Carlos IV, aprobaba el nombramiento de San Fernando (Fernando III Rey de Castilla y León), como patrón del Cuerpo de Zapadores y Minadores. Se conserva el documento, pero se desconocen totalmente las causas, por las cuales Godoy aprobó la propuesta y por qué después se hizo extensivo a todo el cuerpo de ingenieros.
Para poder adivinar cuales eran las motivaciones, que jamás se plasmaron en un papel, no nos queda más remedio que repasar la vida de Fernando III de Castilla, canonizado en 1671 por Clemente X.
Fue un personaje crucial en nuestra historia. Nació en 1199 o 1201, hay discrepancias sobre la fecha y heredó el reino de Castilla en 1217. Como rey de Castilla inició la conquista de Jaén en 1224, cosa que consiguió solo en parte y tuvo que detener por los problemas sucesorios a la muerte del soberano del reino de León, Alfonso IX. Entre 1230 y 1233, su principal tarea fue la reunificación, pacificación y organización administrativa de sus nuevos dominios, que quedaban gestionados por tres merinos mayores, uno para Castilla, otro para León y el tercero para Galicia.
Durante este periodo, algunos nobles castellanos, bajo supervisión a distancia, realizaron conquistas de algunas fortalezas aisladas, pero fue en 1235, cuando Fernando III, asumió en persona el mando de las operaciones, entendidas casi como una mentalidad moderna. Los Reinos de Taifas en que se había convertido el Califato de Córdoba, les hacían más débiles frente a ataques puntuales, pero dificultaba la conquista global del área bajo poder musulmán. El territorio estaba erizado de castillos, baluartes y fortines, contra los cuales no había más remedio que la conquista de uno tras otro, al no haber casi conexión política entre ellos.
A pesar de que la diplomacia era difícil de emplear en este contexto, Fernando III, la utilizó con habilidad, pero las acciones militares fueron el núcleo de su acción. Estas acciones requerían la coordinación de los movimientos y el empleo de todos los conocimientos técnicos necesarios para abatir las defensas de las plazas fuertes. En esto Fernando III fue maestro y supo rodearse de los mejores “técnicos” de su época, así como emplearlos en el momento adecuado, evitando en lo posible los enfrentamientos directos.
Como ejemplo podemos rememorar cómo resolvió el asedio de Sevilla. Para empezar, coordinó los ataques entre las fuerzas navales y las terrestres, al ser el Guadalquivir navegable hasta la capital. En Sevilla, había un puente de barcas que unía el barrio de Triana con la ciudad y que permitía la llegada de refuerzos y avituallamientos a la urbe. Dicho puente existía desde 1171 y no era un mero pontón. Estaba anclado al fondo del rio, reforzado en sus extremos y unido mediante una cadena de hierro a lo largo de toda su longitud.
Fernando III no planeó un asalto de infantería embarcada, si no encargó al Almirante de Castilla, Ramón de Bonifaz, un plan alternativo. Este, modificó dos naves de transporte, reforzando sus proas con tablones y pernos. El ataque, tipo espolón, fue un éxito. El puente se rompió y Sevilla quedó aislada y en 1248 se rindió. Cabe destacar que Fernando III ordenó la reconstrucción del puente de barcas tan pronto la ciudad estuvo bajo su poder.
A partir de ese año, el mundo musulmán en España siempre estuvo a la defensiva y ya no volvieron a temerse ataques de largo alcance. Se habían sentado las bases para finalizar la Reconquista, que culminaron los Reyes Católicos en 1492.
Volviendo al principio de nuestro artículo, fue la habilidad e interés de Fernando III en emplear las más novedosas tecnologías a su disposición en su tiempo y el impulso que dio a la construcción de muchas obras civiles, lo que impulsó a Manuel Godoy para designar a este santo, como patrón del cuerpo de ingenieros en España.
Manuel de Francisco Fabre
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