Juan Ponce de León y Figueroa, fue otro producto del imperio español en el siglo XVI. Nacido en Santervás de Campos, Valladolid el 8 de abril de 1460, sus orígenes no tienen nada que ver con León, a pesar de su apellido. Era de ascendencia noble y estuvo al servicio del rey Fernando el Católico, participando en la conquista del reino de Granada. Cuando Granada fue tomada, Ponce León tenía 32 años, había participado activamente en un proyecto impulsado por la Corona y por tanto podía haberse retirado tranquilamente a sus posesiones en su tierra natal y dedicarse a una cómoda vida feudal, sin embargo, aquella gente estaba hecha de una pasta distinta. No había tenido todavía bastantes aventuras.
No se conocen los detalles, de por qué diablos un hombre de tierra adentro, sin ninguna experiencia marina, se embarcara hacia unas tierras totalmente distintas a su Valladolid natal. Ni siquiera se conoce como viajó ni en qué momento. Solo se sabe con certeza que en 1502 había contraído matrimonio con una indígena, con la que vivió legalmente toda su vida, y que estaba colaborando con el gobernador Nicoles de Ovando para frenar la rebelión de los indígenas tainos en la isla de La Española.
La actuación de Ponce de León fue bien del agrado de Ovando y le recompensó con el cargo de gobernador de la recién provincia constituida de Higuey (actualmente en la Republica Dominica). En este cargo no se dedicó tan solo a la búsqueda de oro sino que inició el cultivo de la yuca para la producción de un tipo de pan que se conservaba muy bien y se adaptaba perfectamente a las necesidades de la navegación transatlántica. Hizo fortuna. Construyó una villa e hizo traer a su mujer y a sus hijos.
Tenía 42 años, una mujer con la que tendría cuatro hijos y una hacienda acomodada. Podía haberse quedado tranquilamente sentado, gestionando su patrimonio y sus litigios, que los tuvo y de buen calibre.
En 1508, parte a la conquista de Puerto Rico, lo consigue sin problemas y funda la ciudad de Cáparra, actual San Juan, cosa que no es bien conocida. Manda mudar de nuevo a su familia y se instala en la nueva ciudad. Implantó también aquí el cultivo de la yuca y se interesó en la búsqueda de oro.
Ahora empezaron sus problemas legales. En 1511, Diego Colon, presenta una reclamación y le retira los cargos. Ponce no se opone con la fuerza, que la tenia, sino que pleitea en la Península. No consigue la revocación hecha por Colon, pero si el apoyo de Fernando el Católico en forma de prohibición de poner en marcha el juicio de residencia que tenía que cumplir cualquier gobernante que dejaba un cargo, y en el que se recogían todas las quejas de los gobernados durante su mandato.
No podía estarse quieto y en 1512, recibe el permiso para explorar la “isla de Bimini”, una imprecisa tierra donde según los indios tainos, había unos manantiales que concedían la eterna juventud. Aquí empieza el mito y la realidad.
El mito es que Ponce fuera en esta expedición para buscar esta fantásticas aguas. Se han perdido los registros oficiales de esta expedición, aunque hay numerosas referencias cruzadas, en las cuales se describe lo que sucedido y cuáles eran las intenciones de Ponce. El que ha dado pábulo a toda la historia ha sido un breve documento escrito por Hernando de Escalante Fontaneda. Este hombre sufrió uno de tantos naufragios en las costas de la Florida y sus peripecias, merecerían varios libros de aventuras. En 1549, con solo 13 años, era grumete de un buque que naufragó en los Cayos de la Florida. Casi todos consiguieron llegar a la costa, pero fueron masacrados por los indígenas. Solo él consiguió salvarse y vivió entre ellos durante 17 años. Cuando fue rescatado escribió varios relatos sobre sus peripecias, entre ellas la “Memoria de las cosas y costa y indios de la Florida” y es ahí donde se cuentan las creencias y mitos de los indios tainos respecto a las fuentes de la eterna juventud, pero dejando claro que Ponce no creía en aquellos mitos. Sin embargo la historiografía oficial se “ha quedado con la copla” y Ponce con su sambenito.
La realidad sobre su viaje es que pretendía fundar un establecimiento estable con la idea de continuar con la plantación de productos americanos que tenían bastante éxito ya en su tiempo, como la yuca. Le expedición la componían tres carabelas, En una de ellas iba Antón de Alaminos, uno de los mejores navegantes de su época. En lugar de la inexistente isla de Bimini, tropezaron con la Florida, de la cual tomaron posesión el 8 de abril de 1513. Pero no fue este el único descubrimiento. El 21 de abril, cuando exploraban hacia el sur de la Florida, se encontraron con una fuerte corriente marina en dirección contraria. Era la Corriente del Golfo, clave para el clima cálido que disfrutamos en Europa y clave para poder viajar desde América a Europa en mucho menos tiempo del que tardó Colon.
Antón de Alaminos, era buen navegante y cosmógrafo y tomó buena nota. A partir de aquel momento, los viajes entre América y Europa fueron más cortos, aunque no menos peligrosos.
Del fin de Ponce de León y su expedición de colonización, ya hablaremos en otra ocasión.
Manuel de Francisco Fabre
https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Ponce_de_León
http://www.history.com/news/the-myth-of-ponce-de-leon-and-the-fountain-of-youth
https://www.agenciasinc.es/Reportajes/500-anos-empujados-por-la-corriente-del-Golfo