BELLVER, EL ÚNICO CASTILLO CIRCULAR DE ESPAÑA

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Castillo de Bellver desde el aire

El músico Bonet de San Pedro nos presentó, en los años sesenta,  la capital mallorquina cantando: “En la bahía de Palma, lo primero que se ve, la catedral, la lonja y el castillo de Bellver, al arribar a Mallorca…”.

El Castillo es, junto con la Catedral de Palma de Mallorca y la Lonja, un símbolo del patrimonio arquitectónico de la isla. Es una fortificación de estilo gótico situada a unos tres kilómetros de la ciudad. Se encuentra sobre un monte de 112 metros sobre el nivel del mar, en una zona rodeada de bosque, desde donde se puede contemplar la ciudad, el puerto, la sierra de Tramuntana y el llano de Mallorca; de hecho, su nombre viene del catalán antiguo bell veer, que significa «bella vista». Una de sus peculiaridades es que se trata de uno de los pocos castillos de toda Europa de planta circular, siendo el más antiguo de estos. Actualmente pertenece al Ayuntamiento de Palma, y en él se encuentra el Museo de la ciudad de Palma.

El origen del Castillo de Bellver se debe a Jaime II, rey de Mallorca. En 1229, el rey de Aragón y Cataluña Jaime I conquista Mallorca para acabar con los árabes. Durante su vida, hace testamento, con la idea de repartir sus territorios entre sus hijos, y decide que el territorio de Mallorca pertenecerá al hijo menor, el futuro Jaime II. De forma que, al morir Jaime I, sus territorios pasan a sus dos hijos: Pere de Aragón y Cataluña que recibe Aragón, Cataluña y Valencia, y Jaime II que recibe las islas y los territorios del Pirineo. Ante esta decisión, Pere no está de acuerdo, pues considera que todos los territorios deberían pertenecerle a él. De esta manera, hay toda una serie de tramas políticas, en las cuales no entraremos por considerarlas ajenas al tema. Pero todo termina en 1295, cuando Jaime II puede disfrutar plenamente del reino de Mallorca, después de muchos años de guerra, forcejeos políticos e incertidumbres. En ese nuevo contexto de estabilidad,  debemos situar el inicio de la construcción del castillo de Bellver, junto con la restauración del palacio de la Almudaina y la construcción de otras residencias reales.

El diseño de planta circular con torres también circulares adosadas parece provenir del conjunto superior del Herodión, el palacio-fortaleza del rey Herodes el Grande (en Cisjordania), también circular y con una gran torre maestra y tres torres menores. Las torres menores están adosadas y la del homenaje está atravesada por un muro por el que está adosada. Este edificio tampoco tiene un pórtico en el patio. A su vez, el castillo de Bellver inspiró el de Michelstetten que, aunque no tiene torres, sí cuenta con una galería superpuesta en el patio de planta circular con arcos muy rebajados sobre columnas.

 Para la construcción de Bellver, entre los años 1300 y 1311, buena parte de la piedra se extrajo de una cueva-cantera del mismo monte, debajo de la fortificación. La cueva mide unos 250 por 200 mts.  y ocupa ampliamente todo el subsuelo del castillo a una profundidad que oscila entre 35 y 68 metros. Fue realizada muy irregularmente sin profundizar, su altura era sorprendentemente baja, entre 1,50 y 2,80 mts. Ello hace suponer que su finalidad, además de cantera, muy bien pudo ser para facilitar la evacuación del castillo en caso de asedio, pero entre ambos no se ha encontrado ninguna comunicación así como tampoco ningún túnel que comunique con el bosque y menos con el Palacio de la Almudaina; de momento todo ello queda como leyenda.

El castillo desempeñó al principio las funciones residenciales para las cuales fue construido, en tiempo de los reyes Jaime II, Sancho y Jaime III de Mallorca. También lo habitó el rey Juan I de Aragón, huyendo de la peste que atacaba al continente (1394). En el siglo XVII fue residencia esporádica de algunos virreyes. Como fortificación sufrió también diferentes asedios. El primero en el año 1343, durante la campaña de reincorporación del reino de Mallorca a la Corona de Aragón, por Pedro el Ceremonioso; el siguiente, en el año 1391, durante la revuelta contra el Call; y el último, el año 1521, en el cual sufrió el único asalto de su historia, durante la rebelión de las Germanías.

En el año 1408, el rey Martín el Humano concedió la señoría de Bellver a la cartuja de Valldemossa. En el año 1459, llegó a Mallorca el príncipe de Viana para tomar posesión de los castillos de la isla, de acuerdo con el pacto con su padre, Juan II que lo hacía señor de Mallorca, aunque no le concedió la señoría ni le cedió el castillo de Bellver.

Como recinto, desde el siglo XIV se utilizó como prisión, primero de la reina Violante y de los príncipes Jaime e Isabel y de otros partidarios del rey Jaime III, después de su muerte en la batalla de Llucmayor (1349). Durante la guerra de Sucesión, de felipistas, y, después de la victoria borbónica, de austracistas. En el siglo XIX, durante el reinado de José I y la guerra de la Independencia Española, de prisioneros franceses de la batalla de Bailén, y también de presos políticos, siendo el primero yl más famoso  el ministro Gaspar Melchor de Jovellanos (1802-1808), que hizo la primera descripción del castillo y encargó los primeros planos y dibujos, así como una descripción botánica y geológica del pinar circundante, fundando con ellas el movimiento conservacionista del patrimonio. 

Ya en el siglo XX, con el advenimiento de la II República, el castillo y su entorno fueron cedidos al Ayuntamiento de Palma con la condición de que se destinara a un museo de arte antiguo, como desde el mismo Consistorio se sugirió. Durante la Guerra Civil recuperó su uso de prisión, encerrándose en el castillo a hasta 800 presos republicanos, que fueron empleados como mano de obra forzada en la construcción de la actual carretera de acceso al castillo.

​ Entre estos presos se encontraban Alexandre Jaume, que como diputado había conseguido la cesión del castillo a la ciudad, y Emili Darder, alcalde en el momento de la cesión; ambos fueron fusilados después. En los años de la posguerra, el Ayuntamiento retomó los esfuerzos para la conversión del castillo en uso cultural, para lo que en 1947 comenzaron las reformas en profundidad que culminaron en la inauguración en 1976 del Museo de Historia de la Ciudad de Palma.

Al ser construido para albergar la corte real de Jaime II de Mallorca, su estructura combina las necesidades palaciegas con elementos defensivos. Lo más destacado de su estructura es precisamente su forma circular, única en España. Es circular su muralla e igualmente su patio interior. Las tres torres adosadas a la muralla son también circulares, así como la torre del homenaje,  separada del resto del edificio. Rodeando el castillo y la torre del homenaje hay dos fosos.

Cabe destacar, en medio del patio,   un brocal de cisterna que indica que en el subsuelo hay un gran aljibe para almacenar agua. El palacio está estructurado en dos plantas alrededor del patio central. Todas las dependencias dan a este patio mediante una galería de arcos góticos. Una curiosidad de este patio es que en él,  en tiempos del rey Jaime II (hacia 1310), se lidiaban  reses bravas. El patio de armas del Castillo de Bellver es uno de los lugares más bonitos de todo el edificio. En el bosque circundante, subiendo por la escalera que conduce a la entrada del castillo, encontramos la capilla dedicada a San Alonso Rodríguez (patrono de la isla de Mallorca) construida entre 1879 y 1885, en el lugar en que, según la tradición, se le apareció la Virgen cuando subía rezando el rosario, cansado a causa de su avanzada edad, de la empinada cuesta y de su delicado estado de salud, para secarle el sudor de la frente

Jaime Mascaró

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