
El Real Alcázar de Segovia es uno de los castillos medievales más famosos del mundo y uno de los monumentos más visitados de España. En su milenaria existencia, el Alcázar ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar y su imagen ha dado la vuelta al mundo. Se trata de un singular castillo con apariencia de palacio de cuento de hadas, que aglutina gustos arquitectónicos de distintos monarcas y relata historias palaciegas a todos aquellos que se acercan a conocerlo.

Austero, como lo eran los reyes castellanos, elevado sobre la roca en la confluencia de los valles del Eresma y el Clamores, parece guardar la ciudad. Su bella Torre del Homenaje, a menudo es comparada con la proa de un barco navegando entre los ríos y en ella se custodiaba el tesoro de la Corona de Castilla, de donde salieron los fondos para financiar, entre otras empresas, el primer viaje de Cristóbal Colón y el descubrimiento de América.
EL CASTILLO
Es probable que la fortificación existiese ya en tiempos de la dominación romana, pues se han encontrado sillares de granito análogos a los del Acueducto, lo que hace suponer que en tiempos de la dominación romana de la ciudad ya hubo de haber un castro o fortificación. Los musulmanes construyeron un alcázar anterior al s. XI ya que consta que Alfonso VI la conquista. Se sabe que en el s. XII ya había un palacio que fue modificado por los reyes de Castilla a lo largo de la historia.

Hacia 1120, sobre el extremo occidental de la roca en que se asienta la ciudad, se edificó un barrio al servicio de los canónigos de la catedral de Santa María, conocido como “las Canonjías”. En el acta de donación de los terrenos por el Concejo al Obispo es donde se menciona, por primera vez, la fortaleza, más exactamente al “vallum oppidi”, o empalizada, que defendía a la ciudad por el lado oriental.

Poco después de la reconquista de la ciudad por Alfonso VI de León, entre 1124 y 1139, se registran en la documentación las palabras “castillo de Segovia” y “Alcaçar”, término éste que alude a su condición de fortaleza y residencia regia y que sigue en vigor en la actualidad. Fue la primera residencia de los Reyes de Castilla ya que al menos desde 1135, dos siglos antes del palacio de Tordesillas o el Alcázar de Sevilla, la familia real castellana tenía aposentos en el Alcázar conocidos como el «Palacio Mayor».
El alcázar fue elegido como lugar de residencia por muchos de los monarcas de la dinastía Trastámara. Durante la Edad Media, el Alcázar fue residencia de reyes castellanos, como Alfonso VIII y Alfonso X el Sabio, quien incluso celebró Cortes en sus salas en 1256 siendo las primeras que tuvieron lugar en el Alcázar, manteniéndose la Corte ahí hasta el reinado de los Reyes Católicos. En 1258, el edificio sufrió un derrumbe mientras Alfonso X se encontraba en su interior, lo que motivó posteriores reformas.

A lo largo de los siglos, especialmente bajo los Trastámara y los Reyes Católicos, el Alcázar fue ampliado y embellecido, convirtiéndose en un centro político, militar y administrativo. Durante el reinado de Felipe II, Francisco de Mora reformó el Patio de Armas y sería el encargado de colocar los chapiteles y tejados de pizarra que le dieron su aspecto actual. Debido a las continuas reformas realizadas en el complejo entre los siglos XII y XVI, se pueden apreciar elementos de diferentes estilos artísticos: románico, gótico, mudéjar y renacentista.
Visto desde el aire, el Alcázar tiene una curiosa forma que recuerda a la proa de un barco con su tejado puntiagudo que lo hace destacar en el paisaje. Esto no solo es estéticamente impactante, sino también funcional, ya que le daba mayor defensa en su época.

Sus estancias fueron lugar de reposo de Alfonso X el Sabio (1221-1284), el rey astrónomo. De ellas salió, el 13 de diciembre de 1474, Isabel la Católica para ser proclamada. Durante el siglo XVI, aunque los monarcas de la Casa de Austria (1516-1621) apenas utilizaron el edificio, no obstante, aún tuvo un papel relevante en dos momentos: la Guerra de las Comunidades (1520-21) y la boda de Felipe II con Ana de Austria (1570) en cuya capilla se celebró la misa de velaciones del casamiento, y en 2014, el rey Juan Carlos I presidió allí su último acto oficial antes de abdicar.
Su contorno esbelto y elegante inspiró a Walt Disney para el castillo de Blancanieves y los siete enanitos (1937), considerada el primer filme de animación de la historia del cine. Orson Welles lo utilizó en Campanadas a medianoche (1965). El Alcázar de Segovia consta de un gran perímetro de 728 metros que se adapta perfectamente a la compleja orografía del peñasco rocoso sobre el que se asienta. Se accede salvando el foso de 26 metros de altura a través de un puente de piedra realizado en época de Felipe II y que sustituiría al antiguo puente levadizo de madera y una pasarela de hierro.

Con el traslado de la Corte a Madrid, el Alcázar de Segovia perdió su uso de residencia real y pasó a convertirse en prisión del Estado durante dos siglos. Desde el medievo el Alcázar había servido ocasionalmente como prisión para personajes ilustres, pero desde las primeras décadas del siglo XVII la fortaleza asumió de un modo permanente la función de prisión de estado, al igual que la Bastilla, en Francia, o la Torre de Londres, en Inglaterra. En sus estrechas y frías prisiones pasaron días penosos nobles caídos en desgracia como don Álvaro de Luna, condestable de Castilla, maestre de la Orden de Santiago y valido del rey Juan II de Castilla. Durante los reinados de Felipe IV y Carlos II, últimos monarcas de la casa de Austria, muchos personajes de importancia política pasaron por sus celdas.

El de mayor significación fue sin duda Francisco de Guzmán y Zúñiga, marqués de Ayamonte, detenido en 1644 por participar en la conspiración del duque de Medina Sidonia, fue ejecutado en Segovia cuatro años después. Otro preso notable fue el noble francés Enrique de Lorena, duque de Guisa, que fue encerrado en 1648 tras su participación en la insurrección de Sicilia y obtuvo su libertad cinco años después. Entre los presos más pintorescos que pasaron por el Alcázar se encuentra el italiano Vincenzo Lupati, encerrado en 1636 por haber estafado a la corona ofreciendo convertir cualquier metal en oro y que finalmente fue ejecutado. También se puede mencionar a María Mancini, sobrina del cardenal Mazzarino y esposa del noble italiano Lorenzo Colonna, que en 1680 pasó varios meses en la fortaleza después de abandonar a su marido y negarse a volver con él.

Otro preso de importancia fue el barón de Montigny, hermano del conde de Horn, detenido y encarcelado en el Alcázar en septiembre de 1567 por su participación en una conjura en Madrid. Aunque hubo varios intentos de liberarlo, finalmente fue trasladado al castillo de Simancas y ejecutado en octubre de 1568. Otros presos famosos del Alcázar incluyen los condes de Triviño y de Miranda, así como el príncipe don Carlos. Esta función se mantuvo hasta el siglo XX, cuando incluso fue prisión durante la Segunda República, cuando el gobierno republicano encarceló allí al general Berenguer, en 1931, a causa de su intervención, siendo presidente del Consejo de Ministros, contra el fracasado pronunciamiento de Jaca, durante los últimos meses de la Monarquía del Alfonso XIII.
Durante el reinado de Carlos III, el 16 de mayo de 1764, se inauguró en el Alcázar el Real Colegio de Artillería se encuentra en uno de los lados del Patio de Armas, extendiéndose por la zona sur y que ha venido desde entonces formando a los oficiales de Artillería del Ejército español, siendo posiblemente, el centro de formación de oficiales en activo más antiguo del mundo.

En febrero de 1792, como un gabinete más del centro docente artillero, se inauguró un gran laboratorio de química en un edificio muy próximo al Alcázar (Casa de la Química). Al frente del laboratorio se incorporó el científico mejor pagado de la Ilustración Española, el químico Louis Proust, quien solicitó una infraestructura, aparataje y medios tales que él mismo, en su lección de apertura del Laboratorio, lo definió como «el mejor de Europa» en su género, y donde el químico francés realizó sus investigaciones, cerrando la formulación de la Ley de las Proporciones Definidas.
En el siglo XIX, un incendio en 1862 destruyó parte de sus suntuosas techumbres, pero gracias a grabados previos se logró una restauración fiel. En 1898 se instaló en la primera planta del edificio el Archivo General Militar, que actualmente continúa en el Alcázar. En 1931 el Alcázar fue declarado monumento histórico artístico y se muestra como el símbolo de la ciudad vieja de Segovia, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El Alcázar se sitúa alrededor de dos patios: el herreriano Patio de Armas construido por Felipe II y el Patio del Reloj, así llamado por la presencia de un gran reloj de sol, junto al escudo imperial de Carlos I. En los extremos del complejo se hallan dos torres: la torre de Juan II, se encuentra junto al foso y la entrada que fue construida entre 1440 y 1465 y es considerada un gran ejemplo de la arquitectura gótico-civil española y está decorada exteriormente con motivos circulares esgrafiados y rematada con almenas, algunas de ellas decoradas con los escudos de Castilla. Se asienta sobre una torre anterior del siglo XIII de la que se conserva un ventanal mudéjar de influencia almohade. En esta torre durante una breve etapa de su vida vivió Enrique IV, hermano de Isabel la Católica. Sus impresionantes 80 metros de altura se dividen en tres pisos gracias a tres líneas de impostas. Se puede acceder a la torre a la que se puede acceder tras subir 152 escalones por una escalera de caracol. Las impresionantes vistas de la ciudad que se pueden disfrutar desde lo alto, hacen que el esfuerzo merezca la pena. La segunda es la Torre del Homenaje, en la zona más exterior del promontorio.
CAPILLA

La capilla está cerrada por una armadura del SXVI. En ella se celebró el matrimonio religioso de Felipe II con Ana de Austria. Preside un retablo del S.XVI y se conserva el primitivo que es la Adoración de los Reyes, pintada por Bartolomeo Carducci (Carducho) en 1600.
SALA DE AJIMECES

Llamada también del Palacio Viejo, es la sala principal del antiguo Alcázar: un gran espacio rectangular que constituía la sala principal del llamado Palacio Mayor de la vieja residencia de la dinastía de los Borgoña, escenario de las celebraciones festivas de la corte. Es una de las más antiguas del Alcázar, remontándose su comienzo al siglo XII con el rey Alfonso VIII.
SALA DE LA GALERA

Llamada originalmente Sala de Embajadores, por ser el lugar en el que los invitados esperaban para tener audiencia con la realeza. Recibe su nombre del antiguo artesonado que tenía la forma de casco de barco invertido. La decoración de esta sala fue realizada por la reina Catalina de Lancaster a principios del S. XV durante la minoría de su hijo Juan II de Castilla. Por el friso corren dos leyendas: la superior tiene oraciones medievales en latín y la inferior alude a la persona que mandó hacerla.
SALA DE REYES

Se llama así por la decoración mediante las efigies de los Reyes de España, desde D. Pelayo hasta Juana la Loca. Se disponen en orden cronológico siguiendo el sentido de las agujas del reloj. La obra actual corresponde a la reforma efectuada por Felipe II.
Felipe II encargó a Hernando de Ávila el diseño de las estatuas correspondientes a los reyes de Asturias, León y Castilla. Una de las pinturas de la sala es un retrato del propio Felipe II y las otras dos son sendos retratos de dos de sus esposas, Isabel de Valois y Ana de Austria.
SALA DEL TRONO

La Sala del Trono o del Solio, corresponde a la ampliación realizada por Enrique IV de Trastámara en el siglo XV. Los tronos bajo dosel con el blasón de los Reyes Católicos y su divisa «Tanto monta» son obra de principios de siglo. En las paredes se encuentran los retratos de los mismos reyes, que forman parte de la iconografía de reyes encargada por la reina Isabel II. El retrato de la reina Isabel está firmado por Madrazo y el de don Fernando por Montañés. En la sala hay una vidriera obra de Carlos Muñoz de Pablos, del que son igualmente las que cierran el resto de las salas. Representa a Enrique IV con el escudo de Castilla y su lema “Un ramo de granadas”.
SALA DE LA CHIMENEA

Corresponde a la ordenación del alcázar en tiempos de Felipe II. El mobiliario es del siglo XVI. En las paredes se pueden contemplar un retrato de Felipe II y otro de Felipe III, un tapiz flamenco del siglo XVI con el tema de los desposorios de Nuestra Señora.
SALA DE LAS PIÑAS
Su nombre se debe a los motivos de decoración del artesonado. En el friso pueden observarse ángeles portando el escudo de armas de Castilla y León. La vidriera representa a Alfonso VIII con su hija Berenguela.
SALA DE ARMAS O REAL ARMERÍA

El alcázar albergó desde sus inicios la armería de la Casa de Trastámara y fue el precedente de las colecciones de armas que finalmente se reunieron en la Real Armería de Madrid. La Armería es una sala que refleja el estilo castrense del Alcázar y cuenta con una bóveda de cañón apuntado y dos ventanas geminadas.
Se encuentra situada en la planta baja de la Torre del Homenaje y actualmente alberga una gran cantidad de piezas de armadura, espadas, lanzas, alabardas, morteros, culebrinas y bombardas, así como antiguas banderas con heráldica. Entre ellas está la ballesta de caza de Carlos V del año 1572.
CÁMARA REGIA
Era la habitación privada del rey, en sus muros pueden observarse escenas de la vida en familia de los Reyes Católicos. La cama que preside la estancia tiene una cubierta de brocado tejida en oro.
LA GALERÍA
Sirviendo como de zócalo a la fachada del Alcázar, se extiende a lo largo de todo el frente, una terraza amurallada: es la Galería, también conocida como Terraza de Moros, así llamada porque sobre ella hacía centinela la guardia mora de Enrique IV.
LA SAGRADA FAMILIA
Entre las obras de arte del castillo podemos destacar el cuadro de la Sagrada Familia, cuyo autor fue el Maestro de Santa Anna Hofje, de la Escuela Flamenca, realizado en la primera mitad del S. XVI.
MURAL “LA PROCLAMACIÓN DE LA REINA ISABEL”

Uno de los muros de la Sala de la Galera está decorado con una pintura, obra de Muñoz de Pablos. que representa la proclamación de la reina Isabel la Católica como reina de Castilla y de León en el atrio de la antigua iglesia de San Miguel de Segovia, un momento clave en la historia de España. El mural muestra a Isabel la Católica de pie, rodeada por personajes importantes de la época. El color blanco del vestido de Isabel es el que acentúa su protagonismo en la obra.

Jaime Mascaró Munar
