Como en tantas cosas, a lo largo de la Historia, otros países se arrogan méritos que, en realidad, corresponden a España. En este caso se trata de quién presume de haber alumbrado la primera academia. Los franceses dicen que fue el Cardenal Richelieu, durante el reinado de Luis XIII, quien creó la Academia Francesa, en 1.635, y si se trata de la primera academia científica, la Academia de las Ciencias fue fundada en el país vecino, en 1.666, a instancias de Jean – Baptiste Colbert, valido de Luis XIV.
Por su parte, los ingleses alegan que ellos fundaron, reinando Carlos II, en 1.660, su Royal Society e, incluso retrotraen los orígenes de dicha entidad a 1.640, año en que ya se reunían destacados científicos.
Sin embargo, el honor de haber creado la primera academia del mundo corresponde a España. El 25 de diciembre de 1.582, el rey Felipe II, a propuesta de su arquitecto Juan de Herrera, artífice del magnífico Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, dio la orden para instituir la Academia Real Mathematica, o Academia de Matemáticas de Madrid.
Contribuyeron al prestigio de la misma, los mejores sabios de la época, como el portugués Juan Bautista Labaña; los españoles Pedro Ambrosio de Ondériz, Juan Arias de Loyola, Juan Cedillo Díaz, Cristóbal de Rojas, Pedro Rodríguez de Muñiz, Andrés García de Céspedes, o el milanés Giuliano Ferrofino, entre otros.
Desde 1.625, los profesores del Colegio Imperial de San Isidro – fundado en 1.569, por la Compañía de Jesús -, se hacen cargo de la Academia Real Mathematica. Entre la pléyade de prestigiosos profesores del Colegio Imperial de San Isidro, que asumen la responsabilidad de la nueva Academia madrileña, destacan nombres como los de Claudio Ricardo, Jean-Charles de la Faille, Jacobo Kresa, Johann Baptist Cysat, Pedro de Ulloa, Alejandro Berneto, Nicasio Gramatici, Manuel de Campos, Carlos de la Reguera, Pedro de Fresneda, Juan Wendlingen, Christian Rieger, Tomás de la Cerda, etc.
Pese a la expulsión de los jesuitas de España por Carlos III, en 1.767, éste no quiso cerrar la Academia, aunque desde entonces, quedó seriamente afectada, hasta que, en 1.783, fue definitivamente clausurada. A pesar de no llegara hasta nuestros días, eso no resta un ápice a la verdad: la primera academia del mundo, con mucha antelación a la de otras naciones, fue, sin duda, española.
Jesús Caraballo
Excelente como siempre Jesus. Solo un comentario que quiza sea util: el concepto de “Academia” que tenemos desde fines del s.XVIII -nucleo de especialistas en una disciplina cientifica o artistica- no es el mismo que el que habia en España en siglos anteriores. Puntualmente “Academia de Matemáticas” fue desde el inicio el centro de formación de oficiales ingenieros militares (incluso se abrió una en 1812 en Buenos Aires con ese mismo fin)…