La batalla y el concilio de Llantada (1068)

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1.- La batalla de Llantada y su repercusión.

En los más de ocho siglos de Reconquista ha habido tiempo y lugar, como por todos es sabido, para enfrentamientos entre adversarios diversos que, no era cuestión baladí, darse un cambio de pareja o de alianzas, según el momento histórico que se trate y, por supuesto, con vencedores y vencidos cambiantes y, a veces, hasta con resultados de una trascendencia sorprendente para el devenir histórico, dejando de lado lo que corresponda a la Reconquista en sí misma, pero siempre formando parte de la misma. Así mismo, pocos lugares pueden presentar unas credenciales tan notables como la desaparecida localidad de Lantada (Palencia), que podemos fijar a kilómetro y medio de la actual Llantadilla, en la que se dieron en un mismo año (1068) la batalla que recordamos y un concilio cuyas consecuencias serían capitales para el devenir del rito católico romano en Castilla

Genealogía de Sancho II de Castilla y Alfonso VI de León

Uno de esos episodios cuyo desenlace es, además de insólito, parte fundamental y clave para, entre otras cuestiones no menos importantes, implantar el rito católico romano en el recientemente creado reino de Castilla, es el que nos va a acompañar en esta breve reseña del mismo. Nos estamos refiriendo a la batalla de Llantada, ocurrida en el año 1068. Pero antes del relato de lo sucedido en tal batalla, conviene que echemos un vistazo al paisaje que nos encontramos en esos momentos.

Fernando I el Magno

El 27 de diciembre del año 1065 había fallecido el último conde de Castilla y primer rey de León, Fernando I el Magno. A su muerte, dividió sus dominios entre sus hijos, de tal suerte que, a su hijo mayor, Sancho le otorgó el territorio que ocupaba Castilla (territorio privativo de Fernando I), y lo hace con tratamiento de rey; por tanto ya tenemos al primer rey de Castilla, Sancho II. A su segundo hijo, Alfonso, le dejará el antiguo Reino de León, que ocupará con el nombre de Alfonso VI. A su tercer hijo, García le designa rey de Galicia, será García II. Y a sus hijas Elvira y Urraca les adjudica las ciudades de Toro y Zamora, respectivamente y mientras permanecieran solteras. Este reparto contraviene con la tradición visigoda de un único reino.

Sancho II

Este reparto no gustó a Sancho II, que siempre se consideró único heredero, pero, para no disgustar a su madre, doña Sancha de León, esperó a la muerte de ésta, en el año 1067, para comenzar las hostilidades.

El primero en el que puso el objetivo de su espada fue en su hermano, Alfonso, rey de León así, el día 19 de julio de 1068 (o el 16, según otras fuentes), en Llantada, como hemos adelantado, cercana a la actual Lantadilla (Palencia), y junto al río Pisuerga, que en ese momento se consideraba frontera entre los reinos de León y Castilla, entraron en combate las huestes de Sancho contra las de Alfonso.

Alfonso VI

Para resolver la contienda, Sancho II y Alfonso VI, pactaron que el que resultara vencedor en ella obtendría el reino del otro, por lo que la misma aconteció con aureola y carácter de duelo judicial, o juicio de Dios; también llamado ordalía. Sancho derrotó a su hermano Alfonso, pero éste consiguió huir y refugiarse en León, amparado por la nobleza que le era fiel; por tanto se debe dar por ganada la batalla al rey de Castilla, si bien lo que parece es Sancho no incidió en sus pretensiones, dada la posterior amistosa relación entre los dos hermanos, hasta tal punto que Alfonso acudió a la boda de su hermano, el año siguiente.

García II rey de Galicia

Como acabamos de ver, Alfonso no cumplió lo acordado, aunque por los acontecimientos anteriormente reseñados, Sancho no debió tomar venganza de Alfonso; antes, al contrario, ambos hermanos se juramentaron para desposeer a su otro hermano, García, del reino de Galicia, que había recibido en herencia; pero este acontecimiento lo trataremos un poco más adelante.

Para celebrar la victoria en la batalla, sobre Alfonso, rey de León, parece ser que el rey, Sancho II de Castilla, mandó construir el magnífico puente de once arcadas sobre el río Pisuerga, conocido como “puente de Fitero” muy cerca de la actual población de Itero de la Vega, en pleno Camino de Santiago.


Historia Roderic

Tanto en esta batalla como en la siguiente, habida entre los dos hermanos (Golpejera, 11 de enero de 1072), que aparcaremos para tratar de ella en otra ocasión, aparece, con especial relevancia, una figura que resultará trascendental en este momento histórico y, a partir de entonces, a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XI, extendiendo su leyenda a toda la Historia de la Reconquista, nos estamos refiriendo a don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, portador del estandarte del rey Sancho y alférez de sus huestes. Así nos lo cuenta la Historia Roderici (crónica escrita en latín alrededor del siglo XII, en donde se narra la biografía del Cid Campeador de Vivar escrita en latín en el siglo XII).

Urraca de Zamora

Entre medias de estas dos batallas, y dado que la relación entre los dos hermanos discurría por unos derroteros de amistad y buen entendimiento, se presentó la ocasión, nada más y nada menos que, como ya hemos dicho, en la boda de Sancho para, unidos los dos hermanos, pergeñasen arrebatar al tercero, García, el Reino de Galicia, el cual se repartieron. Fueron siete años (1065-1072) de continuas guerras protagonizadas por los tres hermanos. La suerte que corrió García II de Galicia después de estos aciagos años fue todo menos placentera. Primero fue exiliado y cuando pudo volver, una vez muerto su hermano, Sancho, el otro hermano, Alfonso, a instancias de su hermana Urraca, lo convocó siendo apresado el 13 de febrero de 1073 y encarcelado en el castillo de Luna (cercano a la localidad de Barros de Luna, en la comarca de Luna, León), donde permaneció recluido hasta su muerte, ocurrida diecisiete años después, el 22 de marzo de 1090.[]


2.- El Concilio de Llantada (1068)

Como decíamos al comienzo de este relato, a la desaparecida Llantada le cabe el honor de que, además de haber sido escenario de una notable batalla, sólo unos meses después, entre verano y otoño de ese mismo año, se celebrase, en dicha población, un concilio del que tenemos escasa documentación, conocido como el Concilio de Llantada.

Papa Alejandro II

Este concilio había sido convocado por el papa Alejandro II en el año 1067 con la encomienda de introducir el rito romano en sustitución del rito mozárabe, en Castilla, que será definitivamente hecho realidad por Alfonso VI. Se trata del primer concilio de obispos celebrado en la Diócesis palentina. Además del cometido reclamado por el Papa, de este concilio salieron una diversa serie de resoluciones tales como:

  • Restauración oficial de la diócesis de Oca, precursora de la de Burgos (1075)
  • Se trataron asuntos tendentes a regularizar la vida de obispos y sacerdotes
  • Se les prohibió tener sirvientas, doncellas o amas de compañía
  • Las únicas mujeres que podían atender a los clérigos (obispos y sacerdotes) serían: su madre, hermanas o tías
  • Se les obligaba a vestir hábitos religiosos y ropa cristiana

Como vemos las consecuencias de este concilio, a pesar de tener una exigua información, han sido especialmente relevantes para el devenir de la iglesia católica a partir de la segunda mitad del siglo XI, en los reinos de Castilla y de León.

Sobre el nombre de los obispos y/o diócesis asistentes, sólo podemos enumerar las diócesis existentes en el siglo XI (en el que nos encontramos este concilio), siendo éstas:

  • Diócesis de León
  • Diócesis de Astorga
  • Diócesis de Palencia
  • Diócesis de Burgos
  • Diócesis de Osma

Marcos A. Galiana Cortés

Bibliografía

– Historia del Condado de Castilla. Recreación histórica de la batalla de LLantada (2025)

– Wikipedia. La batalla de Llantada

– Moros y Cristianos. José Javier Esparza. Editorial: Esfera de los libros

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