El órgano es el instrumento por antonomasia que, a través de la música sacra, nos transporta a lo más alto, acercándonos a Dios. Normalmente, lo asociamos a un instrumento hecho de metal ― cobre, plomo u hojalata ―, e incluso de madera, pero pocos lo imaginan de bambú. Pues bien, un sacerdote español, Diego Cera, fue el primero en construir uno en este material, con nada menos que 902 tubos, y que todavía y tras no pocas vicisitudes y desastres naturales, continúa regalando a los feligreses de la iglesia parroquial de San José, en el municipio filipino de Las Piñas, con sus notas.
En una estrecha simbiosis entre la tradición católica y la artesanía local, el padre Diego Cera acertó a fabricar, en 1824, tan singular instrumento. Con una sólida formación en arquitectura y ciencias naturales, este sacerdote que se acababa de estrenar en su nueva parroquia descubrió que el bambú era un material ampliamente utilizado en las construcciones indígenas.
De hecho, se trata de un material resistente y flexible, y, por tanto, muy apto para las condiciones climáticas de la región y, por tanto, presente en toda la arquitectura local. Con la ayuda de constructores locales, escogió las mejores plantas de bambú de los bosques de Las Piñas y Zapote.
La única licencia que se permitió fue utilizar el metal para los topes de las trompetas, es decir, las partes de los tubos por los que entra el aire, al ser ese material mejor transmisor del sonido.
Utilizado regularmente en las misas, sin embargo, los terremotos y tifones ― entre 1880 y 1882, Las Piñas sufrió tres terremotos y un tifón ― afectaron finalmente a la estructura del órgano. Aunque Cera se ocupó personalmente de su mantenimiento y restauración, a principios del siglo XX dejó de funcionar.
Fue en la década de 1960, cuando el embajador alemán acometió una primera fase de restauración, dirigida a la recuperación del órgano de bambú, que, por fin, volvió a la vida, en 1973, gracias a un proyecto de colaboración internacional entre Filipinas, Japón y Alemania.
El 18 de febrero de 1975, el órgano de bambú filipino se presentó al mundo durante un concierto en la embajada de Filipinas en la entonces capital de la República Federal de Alemania, Bonn. En la actualidad, este valioso instrumento cumple, por tanto, su bicentenario.
Jesús Caraballo