
Tras conseguir su independencia en 1776, la joven nación norteamericana continuó la política de su antigua metrópoli protegiendo el comercio de sus barcos. El presidente de los Estados Unidos, Tomás Jefferson, decidió enviar una fuerza naval expedicionaria, el Mediterranean Squadron, para que buscase una base naval fija a fin de mantener con carácter disuasorio o coercitivo su apoyo al comercio.
Sus almirantes conocían por sus contactos con los del Reino Unido, las buenas características del Puerto de Mahón, tanto por situación como por espacio y calado, y la existencia de un buen Hospital Naval construido en 1711, fundado por la marina inglesa, que estuvo en funcionamiento hasta 1964. El hospital está situado en la Isla del Rey, llamada así por ser el lugar donde desembarcó el rey Alfonso III en el año 1287, cuando llegó para conquistar la isla a los musulmanes.
El invierno de 1815 se presagiaba largo y duro, el escuadrón del Mediterráneo de la US Navy no tenía una ubicación segura donde invernar y un encuentro casual en Málaga con John Baker, el que fuera cónsul de las Islas Baleares desde inicios de siglo, le dirigió al mejor puerto del Mediterráneo, el puerto de Mahón, «situado en el vértice del ángulo recto que forman las líneas de unión entre Gibraltar y Roma y entre Marsella y Argel».

El 5 de noviembre de 1815 arribaba a Mahón la fragata «United States» al mando del comodoro John Shaw. No dejarían esta base hasta bien entrada la década de 1850, en que se trasladaron a Sicilia. En ella carenaron, abastecieron y repararon barcos; en ella formaron a sus guardiamarinas, años antes de que se inaugurase su Academia Naval en Annapolis en 1854. Allí sus oficiales y guardiamarinas pasarían a formar parte de la vida en la isla, entrenarían en sus plazas y recibirían formación de profesores locales, curarían a sus enfermos y enterrarían con emotivas despedidas a sus compañeros. En estas circunstancias nació nuestro personaje.

Jordi (Jorge) Antonio Ferragut Mesquida, fue un marinero y militar español que participó en la Guerra de Independencia americana y otros episodios relevantes de cuando «el Imperio español alcanzó su mayor extensión». Nació en la isla de Menorca, concretamente en Ciudadela, en 1755, en una familia de tradición marinera durante la dominación británica de la isla (entre el 1708 y el 1782). Sus padres eran Antonio Ferragut y Juana Mesquida, siendo bautizado el 30 de septiembre de 1755. Es un héroe olvidado que debemos recuperar por su valor, su coraje y su fuerza.
Luchó en las guerras ruso-turcas con la marina rusa contra la marina otomana a la batalla de Çeşme el 1770. En 1772 su familia lo envió a Barcelona a cursar los estudios de náutica para trabajar como marino mercante, siendo entonces cuando abandonó la Menorca Británica. En 1776 emigró a América para apoyar a las colonias que se rebelaban contra el poder británico. Allí tuvo una vida muy aventurera trabajando para la marina mercante capitaneando un pequeño navío que comerciaba con diversos bienes entre La Habana, Veracruz y Nueva Orleans.
Tras un período navegando en buques comerciales, se estableció en Carolina del Sur, donde se unió a la recién creada escuadra rebelde, en 1776, para la Guerra de Independencia. Los Estados Unidos. Ferragut, conmovido por las dificultades de los colonos estadounidenses y su lucha por lograr la independencia de Gran Bretaña, declaró su lealtad a la causa patriota, y fue entonces cuando anglicanizó su nombre y empezó a ser conocido como George Farragut. Fue el único español voluntario que combatió por tierra y por mar a favor de los revolucionarios estadounidenses. Cuando comenzó la Guerra de Independencia norteamericana, se unió a los revolucionarios en la Marina de Guerra en Carolina del Sur, como teniente en la guerra Vixen.

En 1780 dejó de ser el oficial naval para empezar a ser soldado de pie. En este mismo año comandó una operación para defender Charleston de la ocupación británica. Fue en ese Asedio de Charleston donde fue capturado por los británicos y transportado a Filadelfia. Mientras, Charleston cayó bajo dominio británico. Durante este combate, una bala de cañón le rompió el brazo izquierdo, herida que lo invalidó toda su vida. Farragut tuvo que trasladar cañones, armas de fuego, pólvora y balas de cañón de su barco a tierra firme para combatir desde allí a causa del desastre que supuso la batalla para los estadounidenses. Hizo los intercambios en el Puerto Príncipe, Saint Domingue para que los ejércitos coloniales del Sud pudiesen combatir en la Batalla de la isla de Suvillan y el Sitio de Savannah. Combatió contra los británicos en la batalla de Savannah, en la que no abandonó la cubierta del barco en el que estaba viviendo hasta que no “estaba a rebosar de muertos y moribundos” y que resultó ser una de las más grandes derrotas de los estadounidenses.

Tras participar en la batalla de Savannah, cayó prisionero en el asedio de Charleston, donde combatió al mando de una lancha cañonera. Después de ser liberado tras un intercambio de prisioneros, se unió a la Legión del Estado de Carolina de Norte como teniente de los Mounted Rangers. A partir de entonces, participó por tierra en varias acciones, sirvió como voluntario en la Batalla de Cowpens, el 17 de enero de 1781, donde, según cuenta la tradición familiar, salvó la vida del coronel de caballería William Washington, primo del que sería después presidente de los Estados Unidos. Y en la batalla de Wilmington, donde formó una compañía de voluntarios de caballería para capturar a los rezagados del ejército del general Charles Cornwallis en el momento en el que avanzaban hacia el norte hacia Virginia. George Washington lo describió como “un hombre bajo y fornido; muy valiente y un genio divertido”. Cuando acabó la guerra, y gracias a sus méritos, se retiró del ejército de los Estados Unidos con el grado de oficial comandante mayor.

Después de la guerra, se instaló en Tennessee, sirviendo en la caballería. Allí fue capitán de un transbordador y sirvió como oficial de caballería en la milicia de Tennessee. En 1793, William Blount, el gobernador de Tennessee, lo nombró mayor de la milicia local para que la defendiera de la Nación Cheroqui. Farragut continuó el servicio toda su vida: capitaneó un cañonero en Nueva Orleans en 1807, y luchó contra los británicos como voluntario de las tropas del general Andrew Jackson durante la Guerra de 1812.

Se casó con Elizabeth Shine, una americana escocesa-irlandesa de Carolina del Norte. Se mudaron a Tennessee y tuvieron un hijo en 1801, David Glasgow Farragut, que se convirtió en un héroe en la guerra civil estadounidense y considerado el primer almirante de la armada de los Estados Unidos en la que tuvo una distinguida y longeva carrera. Después del primero, tuvieron cuatro hijos más. Tras vivir en Tennessee, en 1808, se estableció en Nueva Orleans.
Después de que el presidente Thomas Jefferson comprase el territorio de Luisiana, se necesitaba gente para dotar de personal el nuevo puerto estadounidense de Nueva Orleans. Muchos residentes de la antigua ciudad francesa y española desconfiaban de los anglosajones ya que la política de Jefferson favorecía traer a Nueva Orleans funcionarios que hablasen francés y español.

Un amigo de Farragut, William C. C. Claiborne, del este de Tennessee, se convirtió en el primer gobernador de EE.UU del territorio. Esto hizo que Ferragut adquiriese un nuevo trabajo gracias a las recomendaciones de su amigo. En 1805, Farragut se mudó a Nueva Orleans con su familia. Recorrieron 1.700 millas en una lancha con la ayuda de barqueros contratados. Este fue el primer viaje de su hijo David Farragut.
Estuvieron viviendo en Nueva Orleans hasta 1808, año en el que Farragut conoció a David Porter, otro oficial de la marina que había servido en la Revolución que y que estaba viviendo con su hijo. Un día Porter tuvo una insolación y lo llevaron a su casa donde, a pesar del intento de cura de la Elizabeth, murió. Ese mismo día, Elizabeth murió de fiebre amarilla. Ferragut, que en el momento tenía 53 años, hizo planes para colocar a sus hijos pequeños con amigos y familiares que los pudiesen cuidar mejor.

Un día recibió la visita del más joven de los Porter, que le agradeció los cuidados que su esposa había prestado a su padre y les expresó la simpatía por la pérdida. Porter se ofreció para adoptar a David Farragut e introducirlo en la carrera de la Marina. Su padre aceptó. Poco después, Jordi Farragut Mesquida compró una gran propiedad en las afueras de la ciudad, en el Pascagoula, dónde pasó los últimos años de su vida. Jordi murió en su plantación de Point Plaquet, en Pascagoula, Misisipi, el 4 de junio de 1817 a la edad de 62 años a causa de la fiebre amarilla.

Jaime Mascaró Munar