Resuena la promesa de una victoria mientras el sol comienza a ocultarse a espaldas de la recién conquistada fortaleza de Izmail. Remodelada por ingenieros alemanes y franceses, se alza sobre un anfiteatro natural y cuenta con muros de 6 a 8 metros de alto, un foso de 12 metros de ancho por 6 de profundidad y la protección del Danubio por el flanco sur. En sus once baluartes asoman 265 cañones, donde se han instalado José de Ribas y el resto de las tropas rusas.
Camina el español por las murallas, repasando mentalmente todo lo sucedido durante el año desde que se inició el sitio, primero con Iván Gudóvich al mando y luego con el general Aleksandr Suvórov, al que llaman con justicia «el general que jamás ha perdido una batalla», quien llegó con el objetivo de tomar la plaza a cualquier precio, intención que trasladó en una carta al comandante otomano Aidos Mehmet Pashá el 21 de diciembre de 1790.
A la atención del serasker, sus oficiales y la población: estoy aquí con mis tropas. Tenéis veinticuatro horas para reflexionar. Podéis rendiros y conservaréis la libertad. Mis primeros disparos significarán que no habrá libertad. El asalto significará la muerte. Lo dejo a vuestra consideración.
Eso fue hace tres días y hoy Izmail ya es rusa. Aunque los turcos combatieron ferozmente en las murallas, en las puertas, en cada calle y en cada casa, el general mismo día, Suvórov cumplió su amenaza: ninguno de los 4.000 soldados que resistieron en el último bastión junto al serasker ha vivido para contarlo, se ha saqueado la ciudad sin piedad y hombres, mujeres y niños han sido pasados a cuchillo uno a uno, así hasta 40.000, en una masacre que Roger de Damas, un francés al mando de una de las nueve columnas asaltantes, ha descrito a la perfección:
Comienza a anochecer. Fuera de las murallas todo comienza a ser oscuridad, pero el espíritu emprendedor de Iosif Mikhailóvich Deriba, como se le conoce, le hace vislumbrar un futuro luminoso. Con la toma de Izmail Rusia se va a convertir en el dominador del Mar Negro, lo que exige un lugar digno desde donde poder ejercer el control de la zona, así que piensa proponer a la zarina la creación de una ciudad que resista orgullosa el paso del tiempo.
Una ciudad hermosa, se dice convencido, a la que llamarán Perla del Mar Negro.
EL PERSONAJE
José Pascual Domingo de Ribas y Boyons, también conocido como Iósif Mijáilovich Deribás nació en Nápoles en una fecha indeterminada, estableciéndose una horquilla entre 1749 y 1754. Su padre, Miguel de Ribas y Bouyens, era de Barcelona, de familia noble de Cataluña, y sirvió como mariscal y director del Ministerio de Fuerzas Navales y Armadas en el Reino de Nápoles. Su madre, Margaret Plunkett, era de Irlanda con el noble apellido Duncan.
Se alistó en la Guardia Napolitana con 16 años, en el regimiento de infantería con el rango de segundo teniente y a los veinte, ostentando ya el grado de mayor del ejército, es presentado en la ciudad de Livorno a Alexéi Orlov comandante de la flota rusa en el mar Mediterráneo y hermano de uno de los amantes de la emperatriz Catalina la Grande, quien lo tomó a su servicio como ayudante e intérprete por los múltiples idiomas que dominaba: español, alemán, inglés, francés, italiano y latín.
Durante su viaje hacia Rusia Iosif Mikhailóvich Deriba (así se le conocía) participó en la batalla naval de Chesme, en el marco de la guerra ruso-turca (1768-1774), donde la flota imperial rusa hundió a la otomana. Se tiene constancia de su llegada a Rusia en 1772, que aprendió el idioma y que terminó alistándose en la academia militar rusa, adquiriendo el rango de capitán en el Cuerpo de Cadetes de Tierra.
Iz ispánskij dvorián (miembro de la nobleza española). (Documento de inscripción en el cuerpo)
En San Petersburgo conoció al ministro de construcciones de la emperatriz, Iván Ivánovich Betskói y su hija ilegítima Anastasia Ivánovna Sokolova, con la que se casaría tres años después. La boda se celebró en 1776 en el palacio de Tsárskoye Seló, con la presencia de la zarina, que posteriormente se convertiría en madrina de las dos hijas del matrimonio, Catalina y Sofía
En 1783 entró al servicio del nuevo favorito de la zarina, el príncipe Grigori Potemkin. Ascendido a coronel y posteriormente a brigadier, participó activamente en la conquista de Crimea y en la construcción de la Flota del Mar Negro y su puerto base principal, Sebastopol.
Entre 1787 y 1792 participó en la guerra con Turquía, destacando en la batalla naval del estuario del Dniéper en 1788, donde participó en el asedio a la fortaleza de Ochákov, acción que le valió el ascenso a mayor general.
En 1789 inició una operación nocturna contra la población de Jadzhibéy y la fortaleza costera de Yení Dunyá, una bahía de gran valor estratégico militar, y un año después comandaría la toma de la fortaleza de Izmail, considerada inexpugnable: Ribas condujo su flotilla a través de la desembocadura del Danubio y remontó el río hasta la fortificación, dejando en su camino más de un centenar de naves turcas destruidas o capturadas, aunque finalmente el teniente general Iván Gudóvich ordenó levantar el cerco y retirarse.
Contrariado, el español desoyó las órdenes y en lugar de retirarse solicitó refuerzos a Potemkin. El príncipe envió al general Aleksandr Suvórov, el general que jamás ha perdido una batalla. Con su ayuda y la de nueve columnas asaltaron la fortaleza a sangre y fuego, confirmando el dominio ruso sobre la costa septentrional del Mar Negro.
La toma de Izmail provocó la euforia entre las autoridades zaristas. Incluso fue celebrada en una canción que durante unos años sirvió de himno nacional ruso:
¡Resuena, trueno de la victoria!, ¡alégrate, valiente Rusia!, ¡adórnate con la sonora gloria!, ¡has derribado a Mahoma! (letra compuesta por el poeta Derzhavin)
En 1792 Ribas participó en la firma del Tratado de Jassy como uno de los tres plenipotenciarios designados por Potemkin ante el Imperio otomano para firmar la paz, donde se cedía a Rusia toda la orilla septentrional del Mar Negro. En un decreto personal, Catalina le encomendó la construcción de una nueva ciudad, lo que lograría en el tiempo récord de dos años.
ODESA
BREVE HISTORIA
Conocida como la Perla del Mar Negro, la arqueología asegura la existencia de asentamientos en el lugar desde el siglo VII a.C. por marineros de la antigua Grecia. La Horda Dorada dominaría la zona desde 1256 hasta alrededor de 1324, cuando el Gran Ducado se convirtió en la potencia imperante. Por aquel entonces se inició la construcción de una fortaleza que llamaron Kotsubiyiv, lugar que sería rebautizado por el imperio otomano con el nombre de Jadsibey, siendo reconvertida el 25 de septiembre de 1789 en una nueva ciudad: Odesa.
La ciudad y el puerto de Odesa obtuvieron el estatus de ciudad en 1794 por un decreto de Catalina la Grande debido principalmente a su enorme valor estratégico era vital, al ser la principal puerta marítima del sur del imperio ruso. El nombre elegido para la ciudad fue el de la antigua colonia griega de Odessos y en 1795, la emperatriz le cambió el género al femenino, Odesa.
José de Ribas fue nombrado gobernador de Odesa, siendo una de sus principales preocupaciones la repoblación de la nueva ciudad, hasta ese momento habitada por unos pocos cosacos. Para atraer a nuevos pobladores declaró que los que se establecieran en Odesa no pagarían impuestos y se les darían tierras para construir sus casas, obteniendo un resultado inmediato: en 1799 la ciudad ya contaba con más de 4.500 habitantes y con el tiempo se convirtió en uno de los puertos más importantes del mar Negro.
La construcción de la ciudad se realizó siguiendo un estilo europeo. Ribas ordenó construir iglesias, así como la fortaleza y el puerto, diseñados por el ingeniero neerlandés Franz de Volán. También comenzó la construcción de la flota rusa del mar Negro, hecho que levantó suspicacias entre la oficialidad de la Armada rusa por lo insólito de que un militar del Ejército de Tierra estuviese al mando de la marina. Las quejas llegaron hasta Catalina la Grande y esta zanjó el problema nombrando al español contralmirante y posteriormente vicealmirante.
A la muerte de la emperatriz y el acceso al trono de su hijo Pablo I, Ribas fue llamado a San Petersburgo para ser sometido a un proceso por supuestas malversaciones en la fundación de Odesa. Finalmente los cargos fueron desestimados y sus propiedades y honores, restituidos. Sin embargo, Pablo I lo retuvo en la Corte, nunca más volvería a Odesa.
Las numerosas conspiraciones palaciegas terminaron por apartarlo del poder en marzo de 1800. A raíz de esta destitución, contactó con los círculos de descontentos de la errática política de Pablo I y conspiró, junto con el vicecanciller Nikita Panin y el gobernador de San Petersburgo Peter Ludwig von der Pahlen, para dar un golpe de estado que pusiera en el poder al príncipe Alejandro, el heredero; pero estos planes se frustraron por unas fiebres crónicas de las que se había contagiado en campaña.
José de Ribas falleció el 2 de diciembre de 1800. Muchas fuentes coinciden en manifestar que fue envenenado por Von Pahlen ante el temor de que en su delirio revelara los planes golpistas. Está enterrado en el cementerio luterano Smolénskoe de San Petersburgo ubicado en la Isla de los Decembristas.
RECONOCIMIENTOS
*El rápido desarrollo y el florecimiento de Odesa se deben principalmente a la actividad y buen gobierno de los padres de la ciudad: Ribas, Volán, el duque de Richelieu, el conde L. Langerón, y el conde Mikhaíl Vorontsov.
*La calle Deribásovskaya Ulitsa es la más reconocida de la ciudad y desde 1811 se nombró en su honor.
*Con motivo del 200 aniversario de la fundación de Odesa, en 1994, la ciudad le dedicó una estatua de bronce ubicada al principio de la calle que lleva su nombre. Se le representa con una pala en una mano y un plano en la otra.
*Otra referencia al fundador la encontramos en el monumento de Catalina II, en la que en una de las figuras que adornan el pedestal hay un nombre de connotaciones netamente españolas: Vicealmirante I.M. De-Ribas.
*A iniciativa de la embajada española en Ucrania, en 2013 se presentó el documental José de Ribas. El Odiseo español, dirigido por Jorge Latorre.
*Fue tal su fama que Lord Byron (1788-1824) incluyó expresamente su nombre en su obra Don Juan, indicando que tomó la fortaleza turca de Izmail a pesar de contar con fuerzas muy inferiores
*De Ribas acumuló en su vida las principales condecoraciones rusas, como la Orden Imperial y Militar de San Jorge, la de San Vladimiro, la del Santo príncipe Vladimiro, la de San Alejandro Nevski y la de San Juan de Jerusalén.
Ricardo Aller Hernández
Otro héroe español desconocido por la mayoría de nuestros compatriotas, adultos y jóvenes.
Gracias por dar a conocer su vida y sus hazañas.
Como siempre un artículo excelente.