
Robert von Ranke Graves fue un destacado escritor y erudito británico del siglo XX, asentado en España y concretamente en el pueblo de Deià (Mallorca), reconocido por su versatilidad y por la profundidad literaria que imprimió en cada una de sus obras y conocido por su estilo de vida bohemio. Popular por novelas históricas llevadas a la televisión como Yo, Claudio (1934), que además de poeta, se ha destacado como investigador de los mitos griegos y la figura de La diosa blanca (1948).
Robert fue el tercer de los cinco hijos de una familia de clase media formada por Alfred Perceval Graves y de Amalie Elisabeth Sophie von Ranke. Nació en la localidad de Wimbledon el 24 de julio de 1895. En la escuela, Graves fue inscrito como Robert von Ranke Graves, y en Alemania sus libros se publican con ese nombre.

Durante la Primera Guerra Mundial, en la que participó con el grado de capitán, resultó tan gravemente herido en la Batalla del Somme, por un proyectil que le atravesó el pulmón, que se esperaba que muriera y oficialmente se informó de que había muerto a causa de las heridas. Graves quedó gravemente traumatizado por su experiencia en la guerra. Después de ser herido en el pulmón por la explosión de un proyectil, soportó un miserable viaje en tren de cinco días sin cambiar las vendas.
Durante el entrenamiento militar inicial en Inglaterra, recibió una descarga eléctrica de un teléfono que había sido alcanzado por un rayo, lo que le provocó durante los siguientes doce años tartamudear y sudar mucho si tenía que utilizar uno. A su regreso a casa, describió haber sido perseguido por fantasmas y pesadillas.

En el año 1918 se casó con Nancy Nicholson y en el 1926 ocupó un puesto de profesor de literatura inglesa en la Universidad de El Cairo, acompañado por su esposa, sus hijos y la poetisa Laura Riding. Regresó brevemente a Londres, donde se separó en el 1948 de su mujer, en circunstancias muy emocionales, antes de marcharse a vivir con Riding a Deyá, un precioso pueblo de Mallorca, donde continuaron publicando libros tipográficos bajo la rúbrica de Seizin Press.

Real Academia de las Artes y las Ciencias de Suecia, presidente de la Sociedad Literaria de Inglaterra y fue candidato al Nobel. El 20 de septiembre de 1976 se estrenaba en la BBC «Yo, Claudio», dirigido por Herbert Wise, una de sus series más internacionales y con la que reinventó el género de época. Después de esta adaptación de la novela homónima de Robert Graves y de “Claudio, el dios, y su esposa Mesalina”, nada volvió a ser lo mismo. Claudio y sus ambiciosos familiares conquistaron las pantallas de medio mundo con sus cuitas, asesinatos, tragedias y, sobre todo, las enrevesadas estrategias para llegar al poder del Imperio Romano.

En España la serie llegó con dos años de retraso. Su primer capítulo se emitió el 22 de octubre de 1978 dentro del espacio «Grandes Relatos» por la Primera Cadena. Graves se perdió el primer capítulo porque, según contó su mujer, se había acostado pronto aquel día. El escritor tenía ya 83 años y su salud estaba bastante resentida; aun así, se mostró feliz de la repercusión de su trabajo 44 años después de su publicación. «Yo, Claudio» sigue siendo considerada parte fundamental de la historia de la TV y, gracias a ella, miles de lectores se acercaron a la obra original.

Robert falleció en Deyá, donde vivía desde mediados de los años veinte, el 7 de diciembre de 1985, a los 90 años, después de una larga enfermedad y una degeneración mental gradual. Murió minutos después de las once de la mañana, siendo encontrado sin vida sentado en el salón de su domicilio. El día que murió, su hija finalizaba una traducción suya al castellano. El creador de Yo, Claudio y La diosa blanca, además de más de 140 obras de poesía, novela y ensayo, sufrió un proceso de arteriosclerosis senil que le mantuvo recluido en su hogar hasta el momento de su muerte. El lento transcurrir de sus 10 últimos años encogió el cuerpo y la memoria del poeta. La plácida vejez le alejó de la pluma dolorosa, diestra en transcribir los versos de sus visiones poéticas.

El pueblo de Deià está encauzado entre las montañas de Tramontana que dan paso al mar Mediterráneo, construido sobre una colina situada en un valle de la Sierra. Beryl Graves, viuda, compañera y ayudante del escritor Robert Graves, musa entre las diversas musas que rodearon al poeta británico, murió el 27 de octubre del 2003 a los 88 años de edad, y fue enterrada en el bello cementerio marino de la montaña de Deià. El cementerio está anexo a la iglesia de San Juan Bautista, situada en lo alto de la colina, con preciosas perspectivas de todo el pueblo y en cuya tierra yacen los restos del autor de Yo, Claudio, desde su muerte.

La casa de Robert Graves fue adquirida junto con el mobiliario en el año 2005 por la Fundación Robert Graves, constituida en el 2003 con la participación del Govern de les Illes Balears y del Ayuntamiento de Deià, y convertida en museo, que permanece abierto al público durante todo el año (cinco días a la semana). La casa se adaptó para albergar una exposición especial y el jardín restaurado a su diseño de los años 30, quedando abierta al público en julio 2006. Se encuentra a sólo unos minutos a pie del centro de Deiá por la carretera de Sóller. Su propósito fundamental es el de dar a conocer la obra de Robert Graves y de mantener una exposición permanente de su vida y obra en Ca n’Alluny, su casa en Deià. Durante la visita se proyecta un audiovisual en el que se relata la vida de Robert Graves, para a continuación recorrer el interior de la casa-museo con todas sus pertenencias e instalaciones.

“Ser artista es creer en la vida”. “La guerra es una locura trágica, alimentada por la codicia y la arrogancia de quienes ostentan el poder”. “La muerte no es el final, sino simplemente una transición a otro capítulo de la existencia”. “Todos estamos moldeados por nuestro pasado, pero son nuestras acciones en el presente las que nos definen”. “La belleza del mundo natural es un testimonio de lo divino”. “Es en nuestros momentos más oscuros cuando encontramos la fuerza para seguir adelante”. “La historia está llena de héroes y villanos, pero a menudo son simplemente diferentes caras de la misma moneda”. “El pasado es un capítulo que se ha escrito, pero el futuro es nuestro para crearlo”. “El miedo es una fuerza poderosa, pero el amor es aún más fuerte”, son frases de Robert que nos muestran su forma de pensar, sentir y vivir la vida.

El legado de Robert Graves perdura hasta la actualidad, ya que sus obras continúan siendo ampliamente leídas y estudiadas en todo el mundo. Su audacia y originalidad, así como su habilidad para combinar lo histórico con lo imaginativo, lo convierten en uno de los autores más influyentes y queridos de su generación. Sin duda, la figura de Robert Graves trasciende el tiempo y se establece como uno de los grandes pilares de la literatura inglesa del siglo XX.

Jaime Mascaró Munar