El vasco de Durango, Bruno Mauricio de Zabala, fue nombrado Mariscal de Campo por Felipe V, merced a sus méritos en la guerra de Sucesión española, con menos de 35 años. Su carrera militar comenzó a una temprana edad, 19 años, apostando por el bando del rey Borbón y participando en las campañas de Flandes, sitio de Gibraltar, sitio de Lérida, en donde perdió un brazo. Con su recién estrenado alto cargo, fue nombrado Gobernador y Capitán General del Rio de la Plata, y en esa gobernación de Buenos Aires permaneció durante más de 16 años.
Cuando su entrada en el gobierno del Rio de la Plata, el 11 de julio de 1717, la situación que se vivía no era en modo alguno pacífica. Las contiendas y enfrentamientos con los franceses, portugueses e ingleses, precisaban de una actuación político – militar contundente. Su primera resolución fue el desalojar a los franceses, capturando sus buques y construyendo el fuerte de san José. Por lo que se refiere a los portugueses el Tratado de Utrech les amparaba, sin embargo, una fuerza de unos 300 soldados de dicha nación, desembarcaron en el puerto de Montevideo y pretendieron fortificarse en los altos de tal bahía. Zabala, enterado, compuso una flotilla de tres naves que, saliendo de Buenos Aires, tenia por objetivo obligar a los portugueses a abandonar sus posiciones. Efectivamente, estos, viéndose inferiores en número, abandonaron sus posiciones y dejaron detrás de ellos la fortificación de Montevideo.
Zabala decidió proseguir fortificando la bahía y dejar una guarnición de diez cañones, doce soldados españoles y un millar de indios. A la plaza se la designa con el nombre de san Felipe y Santiago de Montevideo, el 20 de diciembre de 1724, para a los pocos días iniciarse la confección de un padrón, así como un plano de delineación de las calles y plazas. Según el resultado de dicho padrón, la mayor parte de pobladores eran de origen canario, junto con indios guaraníes, con la llegada posteriormente de africanos de origen bantú, figurantes como esclavos. De dicho núcleo poblacional, y llegados al 24 de diciembre de 1724, surgió la fundación de la nueva ciudad, que posteriormente abrevió su inicial nombre por el actual, Montevideo.
Zabala continuó en su cargo, recibiendo instrucciones del Virrey del Perú de sofocar las rebeliones comuneras en el Paraguay, para en 1735 derrotar definitivamente a los comuneros en Tavapy, estableciendo medidas extremas como destierro, derogación de leyes. Acabada su tarea brillantemente, una vez más, regresando en barco a Buenos Aires, un ataque cerebro vascular terminó con su vida, el 31 de enero de 1736, en las proximidades del actual pueblo de Ayolas, antes san José en el actual Paraguay. Tenìa 53 años.
Mientras en Montevideo, planificada la plaza Zabala, en 1890, en la Ciudad Vieja, la estatua ecuestre de Bruno Mauricio de Zabala, se levanta en su centro, obra del escultor sevillano Lorenzo Coullaut Valera con la colaboración del arquitecto vasco Pedro Muguruza Otaño, fue inaugurada el 27 de diciembre de 1931.
Francisco Gilet
Bibliografia
Giménez Rodríguez, Alejandro (2003). Breve historia de Montevideo.
Capillas de Castellanos, Aurora (1971). «Montevideo en el siglo XVIII