Todo empezó, ya casi un año, un lejano mes de septiembre de 2019 y este pasado mes de junio dimos el punto final con la Ciber-Gala de entrega de premios del Concurso V Centenario. No han pasado tres años de dura navegación pero ha pasado un año difícil de olvidar para todos nosotros.
Hoy 6 de julio de 2020 recordando a tantas personas que nunca olvidaremos no he podido que pensar en el final de la aventura de aquellos ilustres marinos.
Y nada mejor, en mi opinión, que recordando el olvidado final de Juan Sebastián Elcano.
Como muchos de nosotros ya sabemos al heroico marino le faltó tiempo para enrolarse en la siguiente aventura al Maluco, la que sería conocida por la expedición de Loaysa, viaje que no fue menos duro que el anterior solo recordar que si la anterior aventura duró tres largos años en esta segunda sus supervivientes no pisarían tierra española hasta diez años después, siendo todos ellos apresados por los portugueses.
Testigo de su final fue otro gran ilustre marino español, testigo y autor del testamento de Elcano, como Andrés de Urdaneta que tras navegar a las Filipinas en la expedición de Legazpi lograría la hazaña del Tornaviaje abriendo las puertas al Galeón de Manila y al control español del Océano Pacífico que durante muchos años sería conocido como el «Lago Español».
El mes de julio de 1526 fue un mal mes para la expedición numerosos marineros fallecieron no se sabe bien si de escorbuto o por envenenamiento al comer un pez de aquellas latitudes, el hecho es que viendo venir a la muerte el 26 de julio dictó testamento falleciendo el siguiente 6 de agosto una semana después de Loaysa que le precedió el 30 de julio.
Siendo lanzado su cadáver al mar el 7 de agosto de 1526 despidiendo a tan ilustre marino sus compañeros de expedición.