Leonor Urraca de Castilla, nace en 1374, hija del infante Sancho de Castilla y de la Infanta Beatriz de Portugal. La “hembra rica” como se la conocía, era heredera de ricas tierras y propiedades en Castilla, Extremadura y la Rioja.
Los avatares en Leonor comenzaron con la muerte de Juan I de Castilla, al caerse del caballo el 9 de octubre de 1390. Atrás quedaban las divergencias derivadas del asesinato de Pedro I por su hermano Enrique, que resurgieron con la sucesión del hijo de éste, Juan. Sus hijos, Enrique, futuro Enrique III el Doliente, tenia doce años, mientras su hermano Fernando, diez. Los representantes de la nobleza, el clero, los hidalgos y los comerciantes, con la presencia de representantes de varias ciudades castellanas, aceptaron la decisión del Consejo de Regencia, en cuanto a la sucesión de Enrique y con respecto a que su hermano no pudiese contraer matrimonio hasta de que aquel no cumpliese los catorce años.
En tal tesitura, se añadió otro acuerdo; Enrique se casaría con la nieta del asesinado Pedro, mientras que Fernando, casado Enrique, contraería matrimonio con una esposa buena, honorable y rica, fundamentalmente, rica.
Y en tales circunstancias aparece en escena Leonor Urraca de Castilla, con dieciséis años, la cual dio su conformidad al acuerdo. Por aquel entonces era dueña de Hará, Briones, Cerezo del Rio Tirón, Vilforado, Ledesma con las cinco villas, Alburquerque, La Codesera, Azagala, Alconchel, Medellín, Alconétar, Villalón por regalo de su primo el rey Juan I, de Urueña, de San Felices de los Gallegos, de Villa García, Fuentpudia y Montealegre de Campos. No cabe duda que con tales propiedades cumplía perfectamente la condición fijada por los señores de Castilla.
En 1394, con veinteaños años, se casó con Fernando, cumplidos los requisitos establecidos, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos, conocidos como los infantes de Aragón:
1. Alfonso (1394-1458). Hereda el trono de su padre con el nombre de Alfonso V, rey de Aragón, Sicilia, Nápoles, Valencia, Mallorca y Cataluña.
2. María (1396-1455). Se casa con Juan II de Castilla. Reina de Castilla y madre de Enrique IV de Castilla.
3. Juan (1397-1479). Se casa con Blanca, reina de Navarra, y se convierte en rey consorte de Navarra. Más tarde, al morir su hermano Alfonso V, hereda el trono y se proclama rey de Aragón y de todos los reinos de la Corona de Aragón.
4. Enrique (1400-1445). Duque de Alburquerque, conde de Villena y gran maestre de Santiago. Fue uno de los infantes de Aragón que más revuelos causó en el reinado de Juan II de Castilla.
5. Leonor (1402-1445). Se casa con Eduardo I (Duarte I) de Portugal. Su hija Leonor se casará con el emperador Federico III de Habsburgo. Otra hija, Juana, se casa con Enrique IV de Castilla. Alfonso V, rey de Portugal, también fue su hijo.
6. Pedro (1406-1438).
7. Sancho (1410-1416).
En 1412, al morir Martín I de Aragón ( hijo de Pedro IV el Ceremonioso) sin descendencia, el marido de Leonor, Fernando, nieto de este mismo Pedro IV, tenía derecho de sucesión al trono aragonés. Había otros candidatos, pero, en el Compromiso de Caspe, Fernando sale elegido como sucesor con la mayoría de los votos. No cabe ninguna duda a los historiadores de que la influencia de Leonor Urraca de Castilla con su poder y riqueza contribuyó también a la elección de su marido Fernando como rey de Aragón.
En 1412, una vez concluído el Compromiso de Caspe, Fernando y Leonor, dejando a los infantes en Medina del Campo, se trasladan a Aragón, y allí son coronados reyes. Sin embargo, en 1416 falleció Fernando I de Aragón, a los 36 años, sucediéndole su hijo primogénito, Alfonso V. Leonor, con 42 años, abandonó la corte para retornar a Medina del Campo, futuro señorío de Juan II. Hallándose en Medina del Campo, firmó su “Ordenamiento de Ferias” como “la triste reyna”.
Los conflictos y desavenencias de los infantes con el rey Juan II de Castilla, con la figura añadida del privado Alvaro de Luna, entristecieron los últimos años de la vida de Leonor. Hasta el punto de que Juan II, sospechando que madre e infantes mantenían tratos secretos para conspirar contra el monarca, confiscó todas las propiedades de Leonor y la recluyó en el monasterio de Santa Clara en Tordesillas, futuro retiro de otra reina de Castilla, Juana I, la Loca. El yerno de Leonor, Duarte de Portugal, esposo de la hija Leonor, envió embajada a la corte de Juan II de Castilla, para intentar aliviar la situación, mas sin éxito. Los infantes de Aragón fueron convencidos por su madre para que se decidieran a servir al rey Juan, como súbditos y vasallos. Fue la tregua de Majano, firmada por los embajadores del rey de Aragón y de Navarra, en julio de 1430, con victoria absoluta del castellano rey Juan II ― con la activa participación y tozudez de Alvaro de Luna ―, quien no aceptó el compromiso de devolver los castillos, villas y territorios castellanos conquistados a Leonor y a su hijos, que el monarca se apresuró a repartir entre sus nobles, reservándose únicamente el señorío de Medina del Campo.
Las tribulaciones no terminaron con la tregua ya que, el 5 agosto de 1435 los infantes de Aragón, junto su hermano mayor el rey Alfonso V de Aragón y a su otro hermano don Juan, rey consorte de Navarra y futuro Juan II de Aragón, padre de Fernando el Católico, fueron derrotados y hechos prisioneros por la escuadra genovesa en la batalla de Ponza.
El 16 de diciembre de 1435 fallece en el monasterio de Medina del Campo, Santa Maria la Real, la reina rica, siendo enterrada en una tumba sencilla sobre el suelo. Posteriormente fueron trasladados sus restos a Poblet, donde yacen en una sepultura junto a su esposo Fernando I de Aragòn.
Francisco Gilet