Cuevas de la Gruta Verde, Jamaica, 1596
Resplandece el color esmeralda en la cueva donde el niño que a primera hora de la mañana ha dado la voz de alarma al avistar varios barcos piratas aproximándose a la bahía de Santa Gloria se ha refugiado con sus padres y otros muchos vecinos de Villa de la Vega.
Que los piratas ataquen la isla ya no es una novedad en la isla, así que la tranquilidad reina en el interior de la Gruta Verde, llamada así por la presencia de un alga que cubre sus paredes de roca. Ahora solo cabe esperar a que los saqueadores se marchen, un tiempo de calma tensa que muchos han aprovechado para acercarse al pequeño y felicitarle por su labor como vigía de la villa, labor que lleva ejerciendo las últimas semana, cuando se presentó voluntario para el puesto de centinela para vigilar la bahía.
En su imaginario, el oficio de vigía es el mejor trabajo del mundo, siempre cerca del mar, oteando el horizonte y viendo zarpar bajeles llenos de enigmas, misterios, tesoros y aventuras, gobernados por intrépidos aventureros en busca de gloria y fortuna. Y a veces también sirve para avisar de ataques como el de hoy, cuando al alba ha oteado una embarcación ligera que se dirigía hacia la entrada de la bahía sin portar bandera alguna en el mástil.
La aprensión inicial se ha vuelto temor cuando, tras echar mano del catalejo, ha confirmado sus primera impresión: los barcos piratas no llevan mercancía más allá de los botines, armas y provisiones, y toda su estructura gira en torno a la protección de la pólvora en la santabárbara, la disposición de la artillería y un sistema de mástiles y velas adecuado para la toma velocidad. Y este cumplía todas las condiciones.
Según el sistema acordado el pequeño ha encendido de inmediato dos fuegos simultáneos que ha elevado una vez, tantas como barcos ha divisado, antesala del modo de actuación habitual en estos casos: resonar de campanas y trompetas ordenando el abandono de la villa hacia la Gruta Verde.
Resuenan a lo lejos ruido de disparos y olor a quemado. Aunque los ataques se suceden con frecuencia nadie se acostumbra a tener que volver a empezar de cero cada poco, pero así es la vida en Santiago. Los que viven allí lo saben y lo aceptan porque esta tierra merece la pena, con sus manglares, cascadas, playas de arena blanca y mar azul turquesa.
Un lugar, se dice el niño, por el que está dispuesto a luchar.
JAMAICA
1494. En su segundo viaje, Cristóbal Colón llegó a una isla que los indígenas llamaban Xaymaca, nombre que en lengua indígena quiere decir “lugar del oro bendecido”), una denominación que no se correspondería con la realidad, y tras desembarcar en la bahía de Santa Gloria, actual bahía de St. Ann, el almirante reclamó aquellas tierras para la Corona de Castilla, a la que bautizó como Santiago.
Colón regresó a Santa Gloria en junio de 1503 en su cuarto viaje y tuvo que permanecer allí buscando refugio durante un año en una aldea taína llamada Maima al encallar sus dos barcos, el Capitana y el Santiago, hasta que una expedición proveniente de Santo Domingo lo rescató.
En 1505 Juan de Guzmán, duque de Medina Sidonia, propuso junto con Colón un proyecto para poblar la isla, pero el rey Fernando el Católico lo rechazó porque al parecer le inquietaba el poderío acumulado por esa casa nobiliaria. No sería hasta 1509 cuando se fundó el primer asentamiento español de la isla, que fue bautizado con el nombre de Sevilla la Nueva, lugar próximo a Santa Gloria, siendo su primer teniente de gobernador Juan de Esquivel por expreso deseo de Diego Colón, gobernador de La Española.
Esquivel hizo el reparto de tierras y se preocupó por la conversión de los nativos taínos, construyó un astillero, viviendas, una iglesia y una fortaleza, pero aquel asentamiento fue efímero. En 1524 los colonos lo abandonaron para trasladarse al lado sureste de la isla, a 16 km de la costa, en lo que sería la nueva capital, la actual Spanish Town, fundada por el adelantado Francisco de Garay con el nombre de Nuestra Villa de la Santísima Señora de la Vega, Santiago de la Vega, St. Jago de la Vega o Villa de la Vega.
Garay promocionó el cultivo de coco y caña de azúcar y construyó el primer ingenio azucarero de la isla que, a principios de la década de 1520, producía alrededor de 150 toneladas de azúcar al año.
Con el tiempo los españoles fundaron otros lugares en toda la isla, como Sevilla la Nueva, Las Chorreras, actual Ocho Ríos, y Santa Cruz y a medida que se iba poblando la isla se introdujeron cultivos y animales domésticos, tales como perros, gatos y caballos, aunque la expansión se detuvo tras comprobar que en Santiago no había oro ni plata. Los asentamientos se limitaron a las llanuras costeras, principalmente en la parte norteña, y a pesar de la llegada de numerosos judíos expulsados de la Península, convirtiéndose la isla en un centro fundamentalmente de aprovisionamiento y refugio ante incursiones piratas.
PIRATAS
A partir de 1595, piratas, bucaneros y corsarios ingleses comenzaron a atacar la isla con frecuencia: 1596, 1603, 1640 y 1643… Hasta que en 1655 el ejército inglés, dirigido por el almirante inglés Sir Wiliam Penn y el general Robert Venables, ocupó finalmente la isla.
El temor a la pérdida oficial de la isla por parte de España provocó que, en 1659, Juan Francisco de Leiva propuso el envío de una armada despachada de la Península, cargada de gentes que han de ser de trabajo y provecho como lo es la de las Canarias«. Así, un grupo de soldados españoles se asentaron en Santiago de la Vega, reforzando la comunidad española, mientras en 1660 fue nombrado el primer gobernador británico de Jamaica, Edward D’Oyley, un signo de soberanía británica de la isla.
Finalmente, mediante el Tratado de Madrid de 1670 España cedió definitivamente Jamaica y las islas Caimán al Reino Unido. Tras la ocupación británica oficial de la isla, los colonos españoles huyeron después de liberar a sus esclavos, quienes se dispersaron por las montañas, uniéndose a los cimarrones, los esclavos que habían escapado previamente de los españoles para vivir con los taínos.
Después de que los británicos tomaran Jamaica, los judíos de la colonia, muchos de los cuales eran originarios de España y Portugal, decidieron que la mejor defensa para tratar de evitar la recuperación de la isla por parte de España era animar a convertir la colonia en una base para los piratas del Caribe.
LEGADO ESPAÑOL EN LA ISLA
*FUNDACIÓN DE CIUDADES.
Santiago de la Vega, , Río Bueno, Río Nuevo, Santa Cruz, Río Miño, Puerto Antón o Las Chorreras, que es la actual Ocho Ríos… El nombre de Ocho Ríos es posiblemente un término inapropiado, porque no hay ocho ríos en la zona; lo más probable es que el nombre naciera de una mala interpretación inglesa.
La actual Montego Bay podría derivar del nombre español bahía de manteca, en alusión a la gran cantidad de cerdos utilizados allí en la industria de la manteca y Oracabessa puede derivar de la palabra Cabeza de Oro.
También existen multitud de nombres de lugares que son una traducción literal de nombres españoles: Dry Harbour (Puerto Seco),lugar en el que entró Colón para buscar agua cuando buscaba refugio con dos carabelas parcialmente destruidas, Runaway Bay (Bahía de la Huida), punto por el que en 1665 huyó el gobernador español de la isla, Ysassi, rumbo a Cuba, The Moneague (Monte de Agua, un pueblo rodeado de cerros por donde emana un riachuelo), o La Manigua.
*GREEN GROTTO CAVES
Cuevas con impresionantes estalactitas y estalagmitas que sirvieron de escondite a muchos de sus pobladores, entre ellos los españoles, que las usaron para protegerse de piratas.
*ST. ANN
Colón vivió durante un año en la bahía de St. Ann, a la que llamó Santa Gloria, y su presencia se recuerda con una estatua conmemorativa que se encuentra cerca del principal cruce de la ciudad.
*DISCOVERY BAY
La tradición considera que los españoles pusieron el pie en un cala con forma de herradura, ahora llamada Discovery Bay (Bahía del Descubrimiento), sin embargo, y a pesar de que los historiadores han demostrado que no fue realmente ese el lugar donde Colón desembarcó por primera vez en la isla, allí se ubica el Columbus Park, un museo al aire libre dedicado a la época de la colonización.
*SPANISH TOWN
Los españoles declararon Spanish Town (la antigua Villa de la Vega) capital de la isla de Jamaica. Esto se mantuvo hasta 1872, ya bajo dominio británico, cuando la capital se desplazó a Kingston. Hoy en día, la arquitectura histórica y los nombres de las calles dejan patente la historia colonial de la ciudad, con casas de ladrillo rojo y monumentos.
*SEVILLE
Situada al norte del país, se la conoce como el punto de origen de la Jamaica moderna. Fundada por Juan de Esquivel en 1509, fue el primer asentamiento europeo permanente en la isla: Sevilla la Nueva. Allí se encuentra el Heritage Park, un museo en cuyo edificio principal (la Gran Casa) se resume la historia de la isla desde el 650 a.C. hasta el siglo XIX, cuando los taínos, españoles, ingleses y africanos habitaban la zona.
*CULTIVOS Y ANIMALES DOMÉSTICOS. La caña de azúcar, los plátanos o los cítricos, por un lado, y cerdos, caballos, perros, gatos, cabras y pollos por otro.
Ricardo Aller Hernández
Trabajado artículo en sus numerosos datos.
Me gustaría visitar la cueva. Es una belleza.
Y qué decir del niño vigía. En él se vislumbra al autor del artículo. «Sueños de luchas con piratas».
Lástima que el felón inglés nos arrebatara Jamaica pero no podrán nunca borrar de huella española.
Felicidades.