Nada puede vencer el carácter tan áspero de las viejas montañas,
su vertical bravura curtida en los inviernos más hambrientos de nieve,
en la embestida seca, la tozudez del cierzo, en el hielo que incordia,
desordena las luces, en la caligrafía oscura de los líquenes.
¿Puede el hombre domar la furia del peñasco? ¿Y puede desafiar
las leyes del olvido, que borran la ambición de los grandes ejércitos?
(…)
El castillo se yergue abrazado al vacío, con sus hombros robustos
y su grito secreto tiñendo el horizonte de curiosos matices
y sus entrañas lóbregas que esconden la memoria de sucios calabozos
y el vuelo de los buitres que atraviesan los páramos y las crestas más finas.
(…)
El rey sintió la lluvia de caballos cubriendo la llanura de polvo,
y cercó las murallas de Huesca con decisión señalando los puntos
más débiles del lienzo, a merced del arquero, de la afilada flecha
que mordió la armadura y derrotó al monarca en un charco de sangre.
(…)
Sancho Ramírez sigue recorriendo las tierras que antaño fueron suyas,
aquellas que pisaron varios rinocerontes lanudos, paquidermos,
o la tribu prehistórica que excavó en una roca su singular necrópolis
o el director de cine que enseña a los actores el mundo de sus miedos.
(Alejandro Alagón, poema al castillo de Loarre, extractos)
CASTILLOS EN ARAGÓN
En la Edad Media,Aragón acogía a más de 500 castillos y fortalezas de diferente relevancia y estilo, y aunque muchos se han perdido, todavía hay pedazos de historia diseminados por sus tierras:
CASTILLO DE LOARRE
El castillo data de los años 1033-1035. Fue construido por orden del rey Sancho Garcés III de Pamplona con el objetivo de servir como avanzadilla fronteriza navarra, debido a su situación estratégica de control de los pasos de Arguis y de Riglos.
En marzo de 1033 Lope Sánchez figuraba como señor in Luar, mientras que durante el reinado de Ramiro I se cita como señor de Loarre a Fortuño Aznárez hasta el 1062, con una breve excepción en 1054, año en el que aparece Lope Garcés como titular.
Hacia 1071 se fundó un monasterio de canónigos de San Agustín , pero Pedro I de Aragón cambió la cabeza de la congregación a Montearagón, con lo que Loarre perdió el carácter monasterial. Posteriormente, Pedro II empeñó las villas de Bolea y Loarre para sufragar sus gastos militares al noble Pedro de Ahonés, aunque tras su rebelión sus villas retornaron a la corona, dando su tenencia al comendador de la orden Hospital de San Juan de Jerusalén al menos desde 1263.
La historia del castillo es extensa y prolija: a mediados del 1287 el castillo fue saqueado por Pedro de Ayerbe, en el marco de la revuelta del conde de Urgel sufrió un asedio en 1413 y quinientos años después se declaró Monumento Histórico Artístico por ser una de las fortalezas mejor conservados de España.
El Castillo de Loarre estaba ya en la sierra cuando tu no eras siquiera una intención de ser y allí seguirá desafiante cuando de nuevo tu y yo nos hayamos desdibujado en el reino de las ideas. Desde su atalaya ha visto pasar culturas, civilizaciones, batallas, treguas, amores, desencuentros, estilos, modas, creyentes, infieles, conservadores, renovadores, políticos, cineastas, turistas, etc. A todo ello ha resistido y allí nos espera paciente a que en un día tranquilo nos dejemos llevar por su embrujo y desde el recogimiento dentro de sus iglesias o dispersando la mirada sobre la Sotonera percibamos en nuestro interior las sutiles vibraciones de sus antiguos moradores. (castillodeloarre.org).
CASTILLO DE LOS CALATRAVOS
Emplazado en lo alto de una loma, el castillo de los Calatravos ha tenido siempre un gran carácter estratégico desde sus inicios, posiblemente en época romana, y posteriormente durante la ocupación musulmana.
Muchas han sido los usos que se han dado al castillo: fortaleza, palacio, cárcel, cuartel, cementerio, residencia o parador.
Tras pasar Alcañiz a la corona de Aragón a mediados del siglo XII, la villa pasó a ser propiedad de los señores Sancho Aznárez, don Palacín Beltrán de Santa Cruz y don Artal de Aragón, recibiendo Fuero Real en 1157 por parte de Ramón Berenguer IV. Fue en 1179 cuando Alfonso II concedió el castillo a la Orden Militar de Calatrava.
La Encomienda Mayor de Calatrava no respetaba las libertades que el rey había concedido a la villa al otorgarle la Carta de población, provocando diversas revueltas en el siglo XIV. En el siglo siguiente, con la muerte de Martín I sin descendencia, la villa de Alcañiz se convirtió en residencia del parlamento aragonés, y de allí salieron los nueve jueces que debían elegir un nuevo rey para Aragón en lo que vino a llamarse la Concordia de Alcañiz.
Los diputados, síndicos y procuradores del dicho parlamento de Aragón y los embajadores, síndicos y procuradores del Parlamento del dicho principado de Cataluña, por ellos y por sus adherentes y adererquerientes, firmaron y otorgaron ciertos capítulos y actos bajo las protestaciones en aquellos contenidas, que son del tenor siguiente: Capítulos tratados, concordados, hechos y firmados sobre los asuntos o negocios tocantes a la sucesión de los reinos, tierras y súbditos de la regia Corona de Aragón (Inicio de la Concordia, 15 de febrero de 1412)
Durante el siglo XVIII se reformó el castillo, convirtiéndolo en un palacio que sería conocido como de los Comendadores.
Durante la Guerra de la Independencia, el castillo fue tomado por los franceses, pero las tropas españolas lo recuperaron en 1813, y en las Guerras Carlistas el castillo fue convertido en cuartel por Ramón Cabrera.
CASTILLO DE SÁBADA
La primera noticia sobre el castillo data de 1125, en la época de Alfonso I el Batallador.
En 1159 era propiedad de un hijo de los señores, Pedro García, lo que significaba un señorío hereditario, algo nada común en Aragón durante el siglo xii.
En el siglo XIII, Arnaldo de Alascún tiranizaba a los vecinos de Sádaba, por lo que Sancho VII el Fuerte actuó militarmente contra él y puso a la villa bajo su protección en 1215. Seis años después tuvo que repetir la operación, esta vez contra Fortanet de Alascún.
Sádaba se integró en el reino de Aragón por solicitud de sus vecinos en 1261, y salvo en un periodo corto durante la Guerra de los Dos Pedros, Sádaba ya no volvió a salir de la Corona de Aragón.
CASTILLO DE PERACENSE
Esta fortaleza se levantó en la primera mitad del siglo XIV sobre unos restos celtíberos y romanos e incluso anteriores, ya que en el emplazamiento del castillo se han encontrado vestigios de la Edad de Bronce.
Con la expansión del Reino de Aragón hacia el Mediterráneo, Peracense fue conquistado hacia 1150, convirtiéndose en la Baja Edad Media en un lugar estratégico, dado su posición limítrofe entre los reinos de Castilla y Aragón y de los señoríos de Albarracín, Molina de Aragón y Comunidad de Daroca.
La fortaleza perdió su importancia tras la Guerra de los Dos Pedros, no volviendo a tener relevancia hasta 1830-1833, durante la Primera Guerra Carlista.
CASTILLO DE MONZÓN
De origen árabe, fue construido en el siglo X, pasando a manos cristianas en 1089 al ser conquistada Monzón por Sancho Ramírez. El Cid pasó por esta fortaleza, pactando con sus valíes, y en 1143 fue cedido a la orden del Temple, quien se encargaría de proteger a Jaime I durante su niñez.
En 1309, al darse la orden de disolución del temple, el castillo fue asediado por el ejército de Jaime II y en la Guerra de los Segadores, sufrió otros dos asedios.
Durante la Guerra de la Independencia fue tomado por las tropas francesas del mariscal Suchet y liberado el 15 de febrero de 1814 por el Ejército español del general Copons, merced a una estratagema del español Juan Van Halen.
CASTILLO DE BINIÉS
El castillo original data del siglo XII. Se sabe que en la Alta Edad Media existió una torre fortificada, emplazada al borde del cortado que da al río Veral, concebida como baluarte defensivo y de control de la frontera.
En 1413 perteneció a Antón de Luna, durante la guerra de los Trastámara, y posteriormente pasó a manos de la familia Urriés, señores de la baronía de Ayerbe, que lo habitaron temporalmente entre los siglos XVI y XVIII.
CASTILLO DE SOS DEL REY CATÓLICO
Tiene su origen en el siglo X, por orden del rey Sancho Garcés II de Pamplona, con el objetivo de fortalecer sus defensas ante la amenaza musulmana. Perteneció a la Corona de Navarra entre los años 1006 a 1054, durante el reinado de Sancho el Mayor y posteriormente, con la creación del Reino de Aragón, Ramiro I lo incorporó al nuevo reino
La fortaleza fue derruida a finales del siglo X, pero se reconstruyó en el siglo XI.
El aspecto del Castillo de Sos es singular por su recinto amurallado, alojando un torreón circular, una torre del homenaje y la Iglesia románica de San Esteban, donde el rey Fernando El Católico recibió el bautismo en 1452.
Se sabe que Ramiro II el Monje construyó la torre del castillo. En 1288 Alfonso II de Aragón tuvo que entregarla a los unionistas y en 1364 Carlos II de Navarra suscribió en el castillo los acuerdos de Binéfar.
Durante la Guerra de Sucesión tomó partido por el bando de Felipe de Borbón, por lo que, al acabar la guerra, aquel dio el privilegio a la villa de portar en su escudo la flor de lis.
CASTILLO DE ALQUÉZAR
El topónimo árabe al-Qasr significa fortaleza, y hace alusión a su origen militar. Según los cronistas musulmanes, perteneció primero a los Banu Jalaf, como enclave defensivo frente a los núcleos de resistencia pirenaicos cristianos.
La plaza fue tomada en torno a 1067 por Sancho Ramírez, constituyéndose en punto clave para posteriores etapas de la Reconquista. Con el tiempo fue perdiendo importancia como fortaleza militar estratégica, convirtiéndose en una institución religiosa y centro comercial de la comarca.
El castillo vivió un episodio de gran importancia después de la muerte de Alfonso I el Batallador, ya que fue de los primeros en reconocer al nuevo rey, su hermano Ramiro II.
En el siglo XIV, el rey Pedro IV, lo vendió junto a Loarre en 1357, recuperándolo en forma de realengo para volverlo a vender en 1372. El castillo no volvería a la corona de Aragón hasta 1381, por Martín “el Humano”. Finalmente sería empeñado en el siglo XV por Alfonso de Nápoles.
TORRE DE BIEL
Construida en el siglo XI, existen referencias documentadas de este castillo desde la época de Sancho III el Mayor de Navarra. Años después sería entregado por Sancho Ramírez como dote a Felicia de Roucy (1071), siendo considerado en la época como el Palacio del Rey.
Alfonso I donó el castillo a Castán de Biel en el siglo XI. A partir del siglo XIII el castillo fue perdiendo importancia, pasando en el siglo XV a ser un lugar de señorío.1
CASTILLO DE BENABARRE
Recinto fortificado a finales del siglo X por los musulmanes. El antiguo lugar fortificado era conocido como Ibn Awar, nombre del que probablemente deriva el actual nombre del pueblo.
Una vez reconquistado el territorio en 1062 por Ramiro I, este mandó construir un castillo que hacía las veces de residencia condal. Dentro del recinto se levantó una iglesia románica del siglo XII, siendo reformada en el siglo XIV y dotándola del aspecto actual.
La época más importante de la historia del castillo de Benabarre es la que se desarrolla entre los años 1577 y 1589, en la que fue testigo de las cruentas batallas mantenidas durante la Guerra de Ribagorza entre los ribagorzanos del conde don Martín, y su hijo, Fernando de Aragón.
En 1596, el Condado de Ribagorza fue incorporado a la corona por Felipe II, y el castillo de Benabarre, desmantelado.
Las guerras con Cataluña, la Guerra de Sucesión Española, la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas terminaron por convertir al castillo en ruinas, reconvirtiéndose en el XIX en un fuerte fusilero. Por otro lado, la actual iglesia parroquial contaba con un campanario que posteriormente sirvió de vigía aérea durante la Guerra Civil.
CASTILLO DE MORA DE RUBIELOS
De origen musulmán, hasta que Alfonso II lo recuperó en 1171.
Uno de los hechos históricos más recordados fue cuando el rey aragonés Pedro de Jérica se sometió al rey castellano Pedro I el Cruel. Sin embargo, los vecinos, en desacuerdo con el rey castellano, dejaron las puertas abiertas para facilitar la reconquista por parte del rey aragonés.
En el siglo XVIII fue ocupado por una orden de predicadores franciscanos. Con la desamortización, el castillo se convirtió en cárcel, y durante las guerras carlistas fue base de las tropas liberales, siendo asediado por los carlistas en varias ocasiones.
CASTILLO CIUDADELA DE JACA
Construida en la última década del siglo XVI, dentro del marco de la estrategia de defensa adoptada por Felipe II tras la invasión del valle de Tena por tropas procedentes del sur de Francia en enero de 1592.
La ciudadela fue proyectada por el ingeniero militar italiano Tiburzio Spanocchi, y se concibió como eje central de una tupida red de defensas pirenaicas.
En 1613, ya bajo el reinado de Felipe III, se concluyó la portada de acceso. Sin embargo fueron más lentas las obras de excavación de los fosos y otros proyectos colaterales, que todavía continuaban en el tramo final del siglo XVII.
La Ciudadela fue utilizada defensivamente durante la Guerra de la Independencia por los franceses durante 4 años.
CASTILLO DE VALDERROBES
El castillo fue levantado en el siglo XIV, durante la prelatura del arzobispo García Fernández de Heredia. Su aspecto es más palaciego que militar, ya que apenas cumplía funciones defensivas.
Hasta finales del siglo XVII los arzobispos de Zaragoza siguieron siendo los Señores del castillo, comenzando después un progresivo abandono y ruina.
LA ALJAFARERÍA
De origen islámico. Construido en el siglo XI, era el lugar de residencia de los reyes hudíes en la entonces conocida como Saraqusta. Es el único testimonio conservado de un gran edificio del arte hispanomusulmán de la época de las taifas
El elemento más antiguo de este monumento es la Torre del Trovador del siglo IX, a la cual se le añadió el palacio musulmán del siglo XI y que posteriormente se convirtió en palacio mudéjar.
Tras la conquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I el Batallador pasó a ser residencia de los reyes cristianos de Aragón. Fue utilizada como residencia por Pedro IV el Ceremonioso y posteriormente, en la planta principal, se llevó a cabo la reforma que convirtió estas estancias en palacio de los Reyes Católicos.
La Aljafarería sufrió reformas continuas y grandes desperfectos en la Guerra de la Independencia hasta que finalmente fue restaurada en la segunda mitad del siglo XX.
CASTILLO DE ALBARRACÍN
En el siglo X se levantó una alcazaba sobre un antiguo asentamiento romano.
Tras el asedio al que sometió Pedro III de Aragón a Albarracín, el castillo fue reconstruido. El nuevo alcázar sería sede del poder real.
La última ocupación del castillo data del último tercio del siglo XVI, cuando se instala un destacamento militar de Felipe II.
Ricardo Aller
Creo que la foto del Castillo de los Calatravos no corresponde al de Alcañiz sino al del Sacro-Convento y Castillo de Calatrava la Nueva en Aldea del Rey (Ciudad Real).
Saludos
Interesantísimo el detallado estudio de los castillos que hace el autor.