Se han comportado como verdaderos héroes
(Barry Frewer, portavoz en Sarajevo de las Fuerzas de Protección de la ONU para la antigua Yugoslavia (Unprofor)).
En 1993, el teniente de la legión José Luis Monterde salió al mando de varios vehículos blindados, encontró a 200 civiles croatas huyendo de los muyahidines bosnios musulmanes y rogaron su protección.
Los bosnios exigieron su entrega y el joven teniente se negó contestando que estaban bajo protección de Naciones Unidas y cualquier acto contra ellos se entendería como un acto de agresión contra la comunidad internacional. Monterde salvó la vida de aquellas personas indefensas.
(TVE. Diario de un nómada, operación Ararat, episodio 5: la plaza de España en Bosnia).
DIARIO DE UNA GESTA HEROICA
Bosnia-Herzegovina, 20 de abril 1993. La Agrupación Táctica (AGT) Canarias releva a la AGT Málaga. La nueva unidad, compuesta por miembros del 4º Tercio Alejandro Farnesio, está comandada por el coronel Morales Díez-Otero. La llegada del contingente coincide con un recrudecimiento del conflicto en la zona, ya que croatas y musulmanes han iniciado su propia guerra civil en la zona.
25 de abril de 1993. Una sección mecanizada, compuesta por cuatro BMR y un VCZ que traslada a 35 legionarios y dirigida por el teniente José Luis Monterde Maldonado realiza una misión de patrulla al norte del destacamento de Jablanica, dirección Sarajevo cuando, una vez pasada la localidad de Konjic, se topan con personal militarizado abriendo un camino de evacuación a unas 200 personas que vienen huyendo de los muyahidines musulmanes, quienes desde anoche han estado atacando su aldea, Radesine.
No ha terminado el mando español de ponerse al tanto de la situación cuando aparecen los Cisnes Negros musulmanes, ataviados con pañuelos verdes y bien armados, incluidos sus RPG-7 contra carro.
La situación es extremadamente tensa: los muyahidines exigen la entrega de los civiles croatas. El teniente Monterde se interpone y contacta con la superioridad por radio, quien propone iniciar conversaciones para tratar de solventar el problema. La orden es que si no se puede negociar, que se abandone a los refugiados.
Teníamos una misión que era comprobar el estado de las carreteras. A las cinco de la mañana partimos desde Jablanica hacia Sarajevo, el límite norte de nuestra zona de acción… Los musulmanes, muy amenazantes, nos rodearon. Eran muchísimos, no alcanzaba a ver todos los que eran, y estaban muy armados, algunos de ellos con lanzagranadas. La gente que huía se ocultó detrás de nosotros. Yo tenía 35 militares y estábamos sin posibilidades de escapatoria. Por un lado, teníamos la carretera cortada y, por el otro, el río Neretva. ¡Prácticamente pisábamos el agua! Los musulmanes nos gritaban: ‘¡Entregádnoslos!’ Había mucha tensión. La comunicación no era directa, hablábamos a través de un intérprete (Monterde Maldonado).
Los musulmanes insisten en sus exigencias, pero los españoles, conscientes de que si se retiran se va a producir una carnicería, se mantienen firmes:
No vais a hacerlo.
La respuesta de los muyahidines es amenazar a los españoles:
En dos minutos empezamos a disparar.
Desacatando las órdenes, Monterde se niega a abandonar a los civiles y ordena maniobrar los cinco vehículos para interponerlos entre croatas y musulmanes, preparados los fusiles y las ametralladoras.
De aquí no se mueve ni Dios (Monterde).
La tropa española planta cara a los islamistas durante doce horas. Finalmente, la reacción de los legionarios españoles y la firmeza de su teniente disuaden a los agresores.
Finalmente, los musulmanes se retiran. Calmada la situación, los legionarios entregan a los croatas sus raciones de combate para que puedan comer y beber algo.
PLAZA DE ESPAÑA EN MOSTAR
Cuando en la primavera de 1993, las unidades españolas de UNP ROFOR desempeñaban sus cometidos en Mostar, el Bulevar de la ciudad materializaba la línea de confrontación entre las partes en conflicto, la frontera entre bosniacos y croatas, la zona de combates más cruentos en la ciudad. Al final del bulevar, en la antigua Plaza Hit próxima al Puente de Tito, junto a los árboles que daban comienzo al ensanche de la ciudad de la época austrohúngara, la audacia, la entrega, el valor y el compromiso de nuestros soldados por la causa de la paz, permitieron, como si de un milagro se tratara, que esa línea se convirtiera en zona de reencuentro de familiares, de tregua, de diálogo (Ignacio Martín Villalaín, Jefe de EUFOR en la Operación Althea).
La Plaza de España (en bosnio Spanski trg o Španjolski trg) es la plaza pública más grande de Mostar. Fue construida por el gobierno de Bosnia y Herzegovina en homenaje a los militares españoles caídos en acto de servicio durante la misión en el país durante la Guerra de Bosnia:
*El 5 de mayo de 1993, un VEC del Escuadrón de Caballería sufrió el estallido de una mina. El conductor resultó herido de gravedad.
*El 11 de mayo, el teniente Muñoz Castellanos, del Tercio Duque de Alba, resultó herido por una granada de mortero croata cuando acudía en socorro de un impedido. Falleció a consecuencia de las heridas recibidas.
*El 11 de junio, cuando cruzaban el puente Tito en Mostar, murió de un disparo el teniente Francisco J. Aguilar, del Tercio Gran Capitán, cuando llevaba medicamentos a un hospital.
*El 19 de junio un vehículo de Zapadores cayó al río Neretva en la zona de Dreznica. Fallecieron tres legionarios paracaidistas: el sargento Delgado Fernández, y los caballeros legionarios paracaidistas Aguilar Jiménez y Mate Piñeiro.
La Bandera de Operaciones Especiales de La Legión (BOEL) acudió a pesar de los francotiradores croatas y musulmanes. El comandante Adolfo Coloma llegó con sus legionarios junto a algunos buceadores británicos y los Zapadores Anfibios de Zaragoza. Los buceadores británicos hallaron el BMR, pero no hicieron nada, argumentando que la operación de rescate era muy peligrosa. Los legionarios, a pulmón libre, encontraron a uno de los caídos a trece metros de profundidad. Bajaron en parejas agarrados a una cuerda hasta llegar al fondo, donde palpaban el lecho cenagoso hasta encontrar los cadáveres de sus compañeros y rescatarlos.
El 12 de octubre de 1995, en reconocimiento a la labor de aquellos soldados, y la de muchos otros a lo largo y ancho de la geografía de Bosnia-Herzegovina, bosniacos, croatas y serbios decidieron, de común acuerdo, renombrar aquella plaza con el nombre de «Plaza de España»
Ricardo Aller