San Eugenio de Toledo

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San Eugenio de Toledo

Eugenio de Toledo es una de las figuras más importantes de la España visigoda, fue obispo, escritor y posteriormente santo. Se le conoce como Eugenio II. Fue discípulo de Braulio de Zaragoza ya que estudió con él en la Iglesia de Santa Engracia de esa ciudad. Se le llegó a conocer como “El Poeta” y difundió con soltura lo aprendido de Braulio, su maestro, y de Isidoro de Sevilla. Además de destacar en su actividad literaria, lo hizo también en la música y la teología. Llegó a ser Arzobispo de Toledo nombrado por el rey Chindasvinto. Es considerado uno de los padres de la Iglesia Hispánica.


De uiris illustribus

Las fuentes que nos enseñan cómo fue su vida son principalmente el De uiris illustribus de Ildefonso de Toledo, el epistolario de Braulio de Zaragoza y las actas de los concilios en los que participó; así como sus propias obras.

En sus primeros años formó parte de la Iglesia de Toledo y hacia el año 620 marchó hacia Zaragoza, donde completó su formación, aunque no conocemos el motivo de su ida hacia esta ciudad. Cuando Braulio es nombrado obispo de Zaragoza en 631, escoge a Eugenio para que sea su arcediano, y aunque Braulio contaba con él como su sucesor natural en la sede zaragozana, el rey Chindasvinto lo nombra Arzobispo de Toledo en 646. Braulio se opuso sin ningún éxito. Desde su nueva sede participó en los concilios VII, VIII, IX y X. Así mismo, impulsó la música sacra.

Braulio de Zaragoza

Se conservan las cartas que Braulio de Zaragoza envió al rey Chindasvinto explicando su oposición para que Eugenio cambiase de sede. En ellas, el obispo le dice al rey que debido a su avanzada edad no puede prescindir de su mejor y más fiel colaborador. Chindasvinto no cedió. Según informa san Ildefonso en sus escritos, Eugenio fue un personaje de salud delicada y débil constitución. El mismo Eugenio también menciona esto en sus poemas. Murió en el año 657 y fue enterrado en la basílica de Santa Leocadia.

En lo referente a su producción literaria, destacan los cientos dos poemas que se conservan con el nombre de Carmina. Esta es la obra por la que fue conocido en vida y por lo que se le considera el poeta por excelencia de la Hispania Visigoda. En los poemas trata una cantidad variopinta de temas. Unos dedicados a Iglesias; otros a objetos (saleros, fíbulas, etcétera); uno sobre los sonidos de los animales, las estaciones del año o las condiciones del clima; incluso tiene versificaciones de las Etimologías de San Isidoro; composiciones inspiradas en el Antiguo Testamento; y muchas otras.

Corrigió un códice que contenía la obra poética de Draconcio (finales del siglo V). El manuscrito se encontraba en mal estado y Eugenio intervino en algunos pasajes. Además, completó el códice con un poema sobre la creación titulado Monosticha recapitulationis septem dierum.

Dice san Ildefonso que su papel fue importante en la reforma del canto litúrgico. Compuso el oficio dedicado a las oraciones para la festividad de san Hipólito que se encuentran en el conocido como Oracional Visigótico de Verona, y la misa en honor a san Millán que en la actualidad está en la British Library de Londres.

Publicó un libro con diversas obras en prosa el Libellus diuersi operis prosa. Se le atribuye también el Decretum pro Potamio episcopo, que es un documento por el que los obispos que asistieron al X Concilio de Toledo (656) condenaron el pecado de adulterio cometido por el obispo Potamio. En su obra Lamentum de adventu propriae senectutis trata la vejez y el paso del tiempo hasta la muerte. Eugenio enseñó Gramática y Sagrada Escritura y fue consejero de los reyes Chindasvinto y su hijo Recesvinto.

José Carlos Sacristán


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