Unidades y Mandos

Al encontrarnos con un hecho poco conocido de la Historia de España para ubicarnos temporal y geográficamente, debemos retrotraernos a diferentes acontecimientos que ponen en contexto todo lo que se irá relatando a continuación.
El primer punto a recordar son los acuerdos en abril de 1904 de reparto de África a los que llegaron las potencias europeas de Francia y Gran Bretaña, básicamente decidieron que si la segunda se quedaba con el este, con el foco puesto en Egipto, la primera se quedaría con el oeste empleando como eje de expansión Marruecos, existiendo el siempre delicado aspecto del control del Estrecho de Gibraltar, por ello buscaron a una potencia regional menor y manipulable, dígase España, que sirviese a los planes de ambas naciones extranjeras, especialmente a Gran Bretaña que impuso a Francia la cesión de la franja del territorio del Norte de África que todos conoceríamos como Protectorado Español de Marruecos fruto del posterior ‘sub reparto’ cerrado entre Francia y España el 27 de noviembre de 1912, por el que España ocuparía la zona norte, incluyendo el Rif y la Yebala limitando con el Protectorado Francés de Marruecos y la Zona Internacional de Tánger. Al sur ocuparía el Cabo Juby al norte de los límites del Sáhara Español.

La entrada en la Historia de España del Protectorado Español de Marruecos nunca fue algo visto con demasiado entusiasmo, durante un largo periodo de tiempo se centró en ocupar una serie de ciudades cercanas a la costa, a excepción de Xauen en el interior de la zona Occidental, y a la explotación de algunos yacimientos mineros, especialmente en los territorios que rodean a la ciudad española de Melilla. Siendo una opinión bastante extendida, por ejemplo del General Miguel Primo de Rivera, que era innecesaria y perjudicial para España el gasto del mantenimiento de tropas al otro lado del estrecho fuera de los territorios de las ciudades españolas de Ceuta, Melilla y resto de islas de soberanía históricamente española.

Pero, como suele ser habitual en la historia de las personas y los países, este desinterés pasó a un ‘cierto interés’ desembocando en lo que popularmente todos conocemos como Desastre de Annual de 1921. Desde 1912 a 1921 las relaciones entre España y las tribus locales había sido inestable, con enfrentamientos y acuerdos de corta duración, pero las presiones internacionales exigían el cumplimiento del acuerdo de protectorado por el que se debían asegurar las comunicaciones y la estabilidad de la región, sumándose a la necesidad de realizar acciones que relajaran las tensiones políticas y sociales internas de España, se toma la decisión por parte del General Fernández Silvestre, en contra de otras opiniones como las del General Navarro, pero con el apoyo mostrado por el Rey Alfonso XIII debido a los rápidos resultados iniciales al superar por parte de la Comandancia General de Melilla la línea del Río Kert, alcanzando la posición de Annual, e incluso ocupando la posición de Abarrán al oeste del Río Amekrán.

Penetrando en los territorios de la tribu Temsamán, amenazando la capital Axdir de los Beni Urriaguel del cabecilla Abd el Krim y provocando la alianza de estos con sus enemigos naturales los Bokoia, tribus agresivas a las que preocupaba la extensión de la zona de seguridad de Melilla hasta la Bahía de Alhucemas.
Los hechos de Annual tuvieron un impacto en la sociedad española más allá de la desgraciada pérdida de tantas vidas de españoles, además de las territoriales y de la imagen internacional de toda la nación, la desestabilización creada desembocaría en el fin del régimen político existente con la proclamación de la Dictadura del general Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923, que se extendería hasta la proclamación de la Dictadura del general Dámaso Berenguer el 28 de enero de 1930.

El nuevo escenario político y social hizo que tornase la posición del Dictador Primo de Rivera, que a la sazón era Alto Comisario del Protectorado y General en Jefe del Ejército, de su anterior opinión de rechazo y abandono del Protectorado a ‘apostar’ toda la estabilidad de su gobierno a la carta de la pacificación de Marruecos. De ahí que tomase en marzo de 1924 una decisión que confundió a propios y extraños, manteniendo la Línea del Kert en la zona oriental y retirando en la zona occidental las tropas de la Yebala, abandonando Xauen, hasta la Línea Estella o Primo de Rivera.
Hay propios como los oficiales ‘africanistas’ que lo vieron como una cobardía y traición a las muertes de tantos españoles que se habían producido a lo largo de todos estos años de presencia de España.

A extraños como a las diferentes tribus de la región, y muy especialmente a Abd el Krim, que lo vieron como una muestra de debilidad española, que como ya hicieron con los hechos de Annual, rompieron los débiles lazos de fidelidad con España levantándose en armas buscando el botín y nuevas relaciones con los líderes locales, en concreto con Abd el Krim que trataba de crear su deseada República del Rif.
Las consecuencias territoriales locales fueron que, si en oriente existía una zona de clara inestabilidad con epicentro en Axdir y Alhucemas, con la retirada de Xauen se crease otra zona de inestabilidad en occidente, dentro de la zona de defensa de la línea Estella, con epicentro en la tribu de Anyera, inestabilidad que aprovecharon los trabajadores bereberes de Alcázar Seguer para sorprender y asesinar a las tropas españolas de aquel puesto.

Alcázar Seguer no era una posición clave, ni estratégica, ni de importancia militar, ni comercial, para los intereses de España, pero era más un símbolo político y social. Aunque aquí surgen unas dudas cuya respuesta no están nada claras, la retirada de las tropas ordenada por Primo de Rivera, ¿eran como oficialmente se decía una oportunidad de negociación con Abd el Krim? O como dijo el propio Abd el Krim en su exilio en Egipto, ¿fue una trampa hábilmente diseñada por Primo de Rivera?
Y la más importante para los hechos aquí relatados, cuando Primo de Rivera decidió la retirada de las tropas, ¿ya tenía en su mente la posibilidad del desembarco de Alhucemas? Y la pérdida de Alcázar Seguer fue solo una oportunidad bien aprovechada para realizar ‘el ensayo general’ de lo que vendría más tarde, poniendo en práctica lo que solo eran teorías militares y cuyo único caso de referencia era el desastre franco-británico de Gallipoli en 1915.
Sea por lo uno, por lo otro o por terceros motivos totalmente diferente, la realidad es que fue un primer paso para poner a prueba el fortalecimiento de la maquinaria bélica española que se había estado reforzando intensamente desde 1923, contra las tribus rebeldes de El Ajmás, Beni Hassan, Beni Hozmar, El Hauz y Anyera. poniéndose el foco sobre esta pequeña localidad conquistada hace siglos por los portugueses.
Unidades finalmente asignadas al desembarco:

- Ejército Español.
Un batallón del regimiento de infantería Ceuta nº 60
Una sección de ametralladoras del Borbón
Los tres tabores de infantería del grupo de regulares Ceuta nº 3
Las banderas 4ª y 6ª del Tercio
Una batería de montaña de 70 mm
Dos compañías de zapadores
Dos estaciones ópticas. Una estación radiotelegráfica
Una sección de tendido
Cuatro equipos de banderas
Una sección de camilleros con 40 camillas
Una unidad de hospital móvil de 12 camas
Un equipo quirúrgico en el barco Hospital Barceló
Una sección de la Compañía de Mar
- Armada Española.

Barcazas de desembarco tipo K
11 barcazas de desembarco tipo K
Cañoneros de 1300 toneladas Canalejas y Cánovas.
Cañoneros de 800 toneladas Bonifaz y Laya.
Guardacostas de 450 toneladas Alcázar, Larache, Tetuán, Arcila, Kert, Targa, Ras, Xauen.
Transporte Vicente Roda.
Remolcadores Ferrolano y Gaditano.
Buque hospital Barceló.
- Aviación Española
Aún no creada independientemente, estaba formada por unidades pertenecientes al Ejército y a la Armada
Mandos directos sobre la operación de desembarco:

Mando conjunto de la operación por el comandante General de Ceuta, General de División Federico Berenguer y Fuster.
Mando de la columna de desembarco, General de Brigada Federico Sousa Regoyos.
Mando de la primera oleada a la vanguardia de la operación. Coronel Francisco Franco Bahamonde.

Vicente Medina Prados
Fuente.
Instituto de Historia y Cultura Militar
Revista de Historia Militar
Año L – 2006 – Núm. 99
El desembarco de Alcázar Seguer, por don Francisco José JIMÉNEZ MOYANO, teniente coronel de Infantería en la reserva.