El DRAE, define «guerra civil» en los términos siguientes; «guerra que tienen entre sí los habitantes de un mismo pueblo o nación». Y por tal concepción nos guiaremos en este breve recorrido por las distintas contiendas civiles que han acontecido en nuestra tierra. Dejando de lado todas aquellas otras que, alzados los pueblos en pro de la independencia, no perseguían primordialmente la implantación de un tipo de poder o de gobierno, sino el desgajarse como parte de un Imperio en el cual no se ponía el sol. Sin duda, tal decisión puede que no sea compartida por más de un lector o investigador o historiador, mas estas letras no aspiran a alcanzar cotas de elevada ilustración, sino, simplemente, a ejercer de pregonero de unos hechos históricos trascendentes, así como a tentar la curiosidad en el lector e inducirle a profundizar en tales aconteceres o eventos.
Desde todo lo anterior, el relato nos llevará a la Primera Guerra civil castellana, entre los partidarios del rey Pedro I de Castilla, el Cruel y los partidarios de Enrique II de Castilla, pudiendo ser considerada la primera guerra instigada por una esposa y una amante. A continuación nos detendremos en la Segunda Guerra Civil castellana, entre los hombres de Enrique IV y los nobles partidarios del joven Alfonso, hermano de Isabel de Castilla, para finalizar estos episodios castellanos con la Tercera Guerra Civil castellana entablada entre Alfonso V de Portugal como rey protector y marido de la hija de la Reina, Juana, conocida como La Beltraneja, e Isabel Reina de Castilla, conocida como La Católica.
Por unos instantes nos retrotraeremos en el tiempo, y nos alejaremos de Castilla para adentrarnos en la Guerra Civil catalana, la cual, en alguna medida lleva incorporada la guerra civil navarra. Todo ello afectó al reinado de Juan II de Aragón, padre de Fernando, a su hijo Carlos, el Príncipe de Viana, a Enrique IV y, por descontado, a la Generalitat catalana.
Avanzando en el tiempo, llegaremos a la Guerra de Sucesión española, consecuencia del fallecimiento del último rey Austria, Carlos II, sin descendencia y provocando el enfrentamiento de dos bandos, castellanos y aragoneses, con Cataluña y Mallorca, partidarios unos de la rama borbónica y de Carlos III de Austria, con la Gran Alianza a sus espaldas los otros. De aquella larga guerra todavía perdura en Valencia el dicho de que «todo el mal ve d’Almansa».
La Revolución de Asturias fue una insurrección obrera ocurrida en dicha provincia, en el mes de octubre de 1934, que formaba parte de la «huelga general revolucionaria» y el movimiento armado organizado por los socialistas en toda España conocido con el nombre de Revolución de octubre y que solo arraigó en Asturias. Opinión generalizada es el que ella fue el preludio del alzamiento de julio del 36, la llamada Guerra Civil española o Alzamiento Nacional o Cruzada o Asonada franquista.
La Guerra civil de 1936 estalló el 17 de julio de dicho año, siendo su espoleta el asesinato del jefe de la oposición de derechas José Calvo Sotelo por sicarios del socialista Indalecio Prieto. Si bien finalizó el 1º de abril de 1939, todavía perduran sus efectos entre la población española, hostigada por una parte de la clase política que entiende que el período de la Transición debe ser despreciado para recuperar la legitimidad democrática de la Segunda República.
Este es el camino de nuestra historia que se pretende recorrer desde la exploración de los principales acontecimientos y con la mirada limpia de prejuicios y ofuscaciones, surjan de cualquiera que sea el bando contendiente.
Francisco Gilet