Atentado de ETA contra la Casacuartel de Vic (29 mayo 1991)

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Hay efemérides que sería mejor no tener que recordar, pero considero que lo que sucedió en 1991 en nuestro país, es digno de recordar para evitar que vuelva a suceder.

La banda terrorista ETA había empezado a asesinar en 1968, cuando acabó con la vida de dos servidores del orden público. Ello provocó una reacción del Estado. La policía detuvo a más de 400 personas y finalmente 189 fueron encarcelados. Al año siguiente la investigación continuó y finalmente la organización quedó sin capacidad operativa. Sin embargo en 1970, los juicios celebrados contra los asesinos tuvieron un gran impacto en Europa y provocaron un movimiento de simpatía hacia ETA. Con la simpatía llegó el dinero y la organización se encontró con una capacidad financiera que nunca había conocido. Se puso un marcha un proceso que costó años desactivar.

En 1973 ya hubieron 6 muertos en atentados, llegándose al punto álgido de 93 asesinados en 1980. La debilidad política de los sucesivos gobiernos españoles, no permitieron actuar de forma correcta ni política ni policialmente. Complicado por las sucesivas crisis internas de ETA, en la que hubieron diversas escisiones, por falta de un criterio común respecto a los objetivos finales, la realidad fue que dentro de la sociedad vasca, las simpatías hacia la organización asesina eran bastante importantes y ello llevó a un incremento de las aportaciones económicas voluntarias hacia ETA. La presión social animó a los etarras a dar un paso más y se inició con éxito la extorsión a los empresarios. Se estima que el presupuesto anual de la organización rondaba los dos millones de euros.

ETA consiguió que, empero sus crímenes, pasara por víctima y en muchos círculos sociales en otras partes de España las simpatías hacia ella aumentaron. Había un cierto halo romántico alrededor de sus acciones. En Cataluña, donde las ideas independentistas eran afines a las de los etarras, las simpatías eran más pronunciadas. Algunos sectores de la población consideraban que los objetivos eran similares a los suyos y que las acciones de ETA no eran más que el trabajo sucio que no eran capaces de hacer y que les beneficiaban. En todo caso, pensaban que ellos no serian afectados por la violencia etarra.

La situación empezó a cambiar cuando en 1987, ETA planeó un atentado el Hipercor de Barcelona. La acción se vio amplificada por un fallo policial que estimo que la amenaza de atentado era una falsa alarma y 21 personas pagaron con su vida.

Se acercaba el mítico 1992, con la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona. ETA decidió hacer un atentado que tuviera el máximo de impacto internacional aprovechando el evento deportivo.

No entraremos en detalles sobre la ejecución de la matanza ni sus actores, baste con decir que murieron diez personas, entre ellas tres niñas, en la ciudad de Vic, en la comarca de Osona, donde el independentismo siempre ha tenido gran arraigo. No hubieron más victimas por pura casualidad ya que, colindante con el cuartel, estaba el colegio del Sagrado Corazón, que sufrió graves daños, pero afortunadamente el patio donde estaban jugando más de 50 niños y donde cayeron multitud de escombros, acababa de ser desalojado porque las clases habían empezado.

La masacre tuvo un gran impacto en la sociedad española y más todavía en la catalana. Sobre todo en la que se puede denominar en la Cataluña profunda. Los habitantes de la comarca de Osona se consideraban a salvo de cualquier atentado. Ellos eran amigos de los etarras. El atentado del Hipercor en Barcelona se podía perdonar porque se había producida en una zona con mucha inmigración. Pero ahora era distinto. En el centro de Catalunya y con muchos niños como víctimas. Era difícil de olvidar.

Todos los partidos políticos condenaron unánimemente la matanza, pero lo curioso fue la reacción de la población de Vic. Durante el funeral celebrado en la Catedral de San Pedro de Vic, el 30 de mayo de 1991, con la presencia del Presidente de la Generalitat y del Lehendakari, Jose Antonio Ardanza, este fue duramente increpado por algunos de los asistentes. Al día siguiente, se produjo en toda Catalunya un paro de cinco minutos en rechazo del atentado. Aquel año ETA asesinó a 46 personas.

En su mortal recorrido, ETA asesinó a 829 personas, pero aquel 29 de mayo de 1991 hubo un punto de inflexión. Muchas personas se dieron cuenta de lo equivocados de sus planteamientos. Nadie estaba a salvo del ataque de unas personas que ponían por encima de todo sus creencias políticas, incluso por encima de los más elementales derechos humanos. Aquel día ETA empezó a perder apoyos.

El edificio del cuartel quedó totalmente inservible, de hecho tan solo quedó la fachada en pie, fue derribado totalmente y el solar disponible para otros usos. Nadie se atrevía a darle una utilización. Finalmente se decidió construir una biblioteca. Las obras se iniciaron en junio de 2019.

Manuel de Francisco Fabre

Atentado contra la casa cuartel de Vich – Wikipedia, la enciclopedia libre

Bomba contra el cuartel de Vic (vianetworks.es)

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1 thought on “Atentado de ETA contra la Casacuartel de Vic (29 mayo 1991)”

  1. SEGURO QUE ESTOS CRIMENES NO SE ESTUDIAN EN LOS COLEGIOS E INSTITUTOS VASCOS. – Y CASI SEGUROO QUE EN LOS DEL RESTO DE TERRITORIO ESPAÑOL TAMPOCO.
    QUE VERGUENZA DE DES-MEMORIA HISTORICA.
    MUCHAS GRACIAS POR RECORDARNOS, DIAS, QUE SIENDO AMARGOS, NOS HACEN TENER PRESENTE QUE HAY CRIMALES, ETA Y ENTORNO-, Y VICTIMAS.
    QUE DIOS OS BENDIGA

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