Constitución de Cádiz (19 de marzo 1812)

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España es un peculiar país, donde se han dado hechos que en escasos otros sitios se han dado. Hay ejemplos de países que frente a agresiones externas han desarrollado formas de gobiernos centralizados que con éxito han hecho frente al ataque. Otros que ante la agresión se han enzarzadado en estériles discusiones internas, disgregado y  desaparecido de la historia. Nosotros somos de los pocos, que han afrontado con éxito una agresión en su suelo y simultáneamente han desarrollado un original cuerpo legislativo totalmente diferente del de partida.

En 1808 se inició la invasión francesa. La enérgica respuesta del pueblo español, que en inferioridad de condiciones y sin una dirección clara y estructurada sorprendió a Napoleón, y alargó un conflicto que nadie pensaba fuera muy duradero. El emperador francés estaba acostumbrado a que una vez ganara una batalla y destronara al rey de turno el resto de la nación obedeciera a las nuevas elites. Sorprendentemente no fue el caso español. Ni las provincias peninsulares, ni los territorios de ultramar, aceptaron a los nuevos dirigentes que se vieron envueltos en una guerra sangrienta y de desgaste en la península y no recibieron ningún suministro ni apoyo de los territorios de ultramar.

Las acciones bélicas no fueron favorables durante los primeros años y las sucesivas Juntas de Gobierno, tuvieron que irse desplazando hacia el sur de España a medida que las tropas francesas arrasaban con ciudades y patrimonio español. En 1812 prácticamente solo Cádiz estaba fuera del alcance de los cañones franceses, pero ello no fue obstáculo para que en una ciudad asediada, se desarrollaran las discusiones y asambleas que culminaron en la Constitución de 1812.

El texto estaba inspirado en las leyes que se dieron en Francia fruto de su revolución en el siglo XVII, pero tenía suficientes características propias como para asegurar que era un conjunto original de nuevas ideas políticas. Fuente de inspiración en los nacientes estados americanos, encontró eco en muchas constituciones europeas e impactó en los orígenes constitucionales y parlamentarios de la mayor parte de los estados americanos durante y tras su independencia.

Hubo muchos conceptos nuevos para España, como el transformar el antiguo entramado de virreinatos imperiales en provincias de un nuevo estado, donde todos los residentes eran designados como ciudadanos de iguales derechos. También es de destacar que por primera vez se discutieron las relaciones comerciales entre las diversas áreas del estado, poniendo sobre la mesa temas que los ingleses tardaron cien años en plantearse con su concepto de la  Commonwealth de Gran Bretaña.

Avanzados como siempre, aunque hoy se quiera menospreciar nuestra aportación a la mejora del orden mundial y a las ideas de progreso y cambio, hemos de destacar un hecho que parece olvidarse en nuestro amnésico 2019. Cuando Napoleón atacó a España, no hubo ninguna ciudad, provincia o región que se proclamara independiente. Todos atacaron al unísono al invasor. Cuando una zona de un país se siente agraviada, esta es la ocasión para sublevarse y declararse independiente. Nada de esto ocurrió. Sobre este hecho debieran reflexionar los que hoy en día (marzo de 2019) pretenden separarse del resto de españoles en base a injurias centenarias. Estos ultrajes parecen bastante recientes y un mucho inventados.

Manuel de Francisco Fabre

https://es.wikipedia.org/wiki/Constitución_española_de_1812

https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/viva-la-pepa-1812-las-cortes-de-cadiz-y-la-primera-constitucion-espanola_10223/6

https://www.cervantesvirtual.com/portales/constitucion_1812/contexto_historico/

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