El 7 de febrero pasado se cumplieron 350 años de la canonización del Rey Fernando III de Castilla y de León por parte del Papa Clemente X. Con ese motivo, HM Televisión ha producido un documental dramatizado bajo el título Fernando III el Santo, un reinado en defensa de la cristiandad. Está disponible en la plataforma EUK Mamie.
Nacido en 1201 en Peleas de Arriba (Zamora), Fernando III el Santo tomó muy pronto conciencia de su misión e hizo de su reinado una cruzada que tenía como objetivo restaurar la España cristiana frente al enemigo musulmán, y logró grandes triunfos en ese sentido, conquistando Córdoba, Jaén, Murcia y Sevilla, donde murió en 1252. Fue rey de Castilla desde 1217 y de León desde 1230, fecha a partir de la cual nunca volvieron a separarse ambos reinos, lo que resultó decisivo para la Reconquista.
Lo curioso es que nació sin derechos sucesorios originarios a ninguno de los dos tronos. Quizás no ser sino un infante más de la corte le permitió aprender mejor el enérgico modo de actuar de su padre, el rey Alfonso IX de León, y recibir una amplia influencia de su madre, Doña Berenguela de Castilla, mujer profundamente religiosa, inteligente y reflexiva, cuya decisión de ceder a su hijo sus propios derechos posibilitó la unidad de ambos reinos cristianos.
San Fernando luchó siempre con el lema Deus vult (Dios lo quiere) y bajo el signo de la Cruz. Extendió el amor y la devoción a María Santísima por todos los territorios que reconquistó. Por eso se denominaba a sí mismo Caballero de Jesucristo, Siervo de la Virgen Santísima y Alférez del Apóstol Santiago.
Pese a que había iniciado su reinado bajo el signo de la paz, su convicción de la necesidad de la lucha provenía de su deseo de servir a Jesucristo y restaurar en España la unidad de fe del reino visigodo, rota con la invasión mahometana del año 711.
Según recogió el historiador jesuita Pedro de Ribadeneyra (1526-1611) en sus Vidas de santos, por la devoción, sacrificios y penitencia con que acompañó las batallas «no es maravilla que pelease por él el cielo, y que la victoria se alistase debajo de sus banderas, y que se cuenten sus batallas por sus victorias y sus empresas por sus triunfos».
El propio San Fernando expresó así, en forma de oración, su norma de conducta: «Tú, Señor, que conoces los corazones y te son patentes los más secretos pensamientos, sabes que no busco mi gloria, sino la tuya, y que no deseo tanto el aumento de los reinos caducos de la tierra, cuanto el aumento de la fe católica y la religión cristiana».
Desde HM Televisión se recuerda la importancia de conocer la vida de hombres como San Fernando «en un momento histórico como es el nuestro, en que la globalización trabaja por la desintegración de las naciones, de la historia, de las raíces, de la cultura». La vida de este rey y santo «nos invita a ser fieles a Dios y a nuestra conciencia cristiana, respondiendo a nuestro deber de impregnar la sociedad en que vivimos del Evangelio, en las difíciles circunstancias que nos tocan, como hizo San Fernando».
Jesús Caraballo
Muy interesante Jesús.