Firma del tratado Adams-Onis (22 febrero 1821)

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Tratado de París de 1783

En 1821, España todavía tenía, bajo su responsabilidad, extensos territorios al norte del actual México. Habían pasado 38 años desde que por el Tratado de París, firmado en 1783, Inglaterra reconocía la independencia de las Trece Colonias en Norteamérica con el nombre de Estados Unidos de América. El Tratado de París reconocía la soberanía de España sobre la Florida y Luisiana, pero los límites exactos no fueron establecidos con precisión debido al desconocimiento general de la geografía del norte del continente americano. Esto generó diversos problemas, ya desde el principio, debido a las ansias expansionistas de la naciente nación americana y a su política de colonización, que consistía básicamente en la expulsión de las poblaciones indígenas y no de su integración en la nueva nación, colonos estadounidenses, se infiltraron en la Florida con éxito desigual, pero siempre creciente

Los problemas de límites, se acrecentaron cuando Napoleón Bonaparte, en un acto de dudosa legalidad, vendió en 1803, la Luisiana a los EE. UU. por  un precio total de quince millones de dólares u ochenta millones de francos franceses de la época. A pesar de lo difícil que es calcular a precios actual el costo de la transacción, todo el mundo está de acuerdo en que la venta de un territorio que hoy en día representa el 23% de la superficie actual de los Estados Unidos, fue un buen precio, para el comprador. Napoleón podía ser un buen estratega militar, pero era un pésimo negociador y peor vendedor, aunque en este caso hay que decir que estaba vendiendo algo que no era suyo.

Estas fronteras se mantuvieron milagrosamente durante toda la Guerra de Independencia contra los franceses, los militares y colonos de dichos territorios, dirigidos por españoles que habían quedado al otro lado del Atlántico, supieron hacer frente a las incursiones americanas que pretendían llegar al Pacífico, a pesar de no recibir ayuda alguna del Reino de España que se estaba agotando en una lucha por su supervivencia y mucho menos del Imperio Francés que nunca había sabido gestionar sus territorios americanos. En la Florida, tuvieron menos suerte, donde la lucha fue doble: por una parte, contra calusas, tecascas y seminolas, y por otra contra incursiones de estadounidenses que pretendían castigar a los indígenas que saqueaban sus plantaciones y de paso anexionarse territorios. En este caso, la dominación española efectiva quedó reducida a San Agustín y Pensacola.

Luis de Onís González Vara

En 1819, Fernando VII, en una de sus pocas decisiones juiciosas, dio a Luis de Onís González Vara, plenos poderes de representación para negociar un tratado que pusiera límites más precisos entre ambas naciones y pusiera fin a disputas que se hacían eternas. España había salido apenas hacía cinco años de una terrible guerra en suelo patrio que había devastado la industria, población y activos agrícolas y no estaba en una posición muy fuerte, precisamente. Sin embargo, Onís consiguió un buen tratado, mediante el cual cedía el control de la Florida y la costa del Golfo de México hasta el río Sabina, lo que dejaba en manos de España todo Texas,  cediendo también el territorio prácticamente inexplorado de Oregón.

J.C. Adams Luis de Onis

A grandes rasgos, ambas partes quedaban contentas, los estadounidenses, veían reconocida su presencia en la Florida y el Misisipi y se desembarazaban de la incómoda y tenaz presencia española en San Agustín y Pensacola, en el sur y en el norte conseguían una comunicación directa con el Océano Pacífico. España consolidaba su presencia en el oeste americano, nada menos que hasta Oregón, todo bajo la administración directa del Virreinato de Nueva España. En dicho territorio, el Virreinato tenía amplia experiencia en el manejo de los recursos y poblaciones, habiendo conseguido una simbiosis entre la explotación de los recursos locales e integración de los indígenas que así lo desearan.

Imperio Mexicano

Pero en 1821, el Virreinato de Nueva España se independizó bajo el nombre de Imperio Mexicano. De inmediato se iniciaron los problemas de organización que hoy se llaman políticos. La administración perdió su poder de organización y las diversas provincias quedaron a su merced. Zonas de su parte sur se fueron desgajando, formando los actuales estados centroamericanos. En el norte no fue mejor. En Estados Unidos tomaba fuerza la teoría del Destino Manifiesto. No es broma. Muchos sectores creían y creen que los EE. UU. están destinados a dominar todo lo que se encontraba entre el océano Atlántico y el Pacífico por designio “superior”. Con esta filosofía bajo el brazo, EE. UU. provocó la guerra de Estados Unidos-México, entre 1846 y 1848, que se inició por una disputa en Texas y terminó con la pérdida de todo el territorio que nuestro plenipotenciario, Onis, había firmado en 1821.

La gestión mexicana no pudo ser más nefasta, para sí y para los indígenas que vivían en los territorios perdidos que sufrieron persecución y exterminio.

La filosofía del Destino Manifiesto, con modificaciones, está debajo de lo que hoy está ocurriendo en el mundo. Hoy, a principios de 2025. No es una filosofía a ningunear y solo se le puede contener con inteligencia, organización e ideas claras.

Manuel de Francisco Fabre

https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Adams-On%C3%ADs

https://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/1Independencia/1819TAO.html

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3 thoughts on “Firma del tratado Adams-Onis (22 febrero 1821)”

  1. Ya veo el MAL agradecimiento de los norteamericanos de esas trece colonias a la España que les ayudo en su independencia; empezaron así y continuaron con Cuba y filipinas, y actualmente con el apoyo a Marruecos en contra nuestra.

  2. Hoy EEUU quiere avanzar al norte (anexionando Canadá) y al sur (México). No puede contradecir a Putin porque hará lo mismo. Por eso mejor repartirse las zonas de influencia y anexar lo que se quiera y pueda.

  3. Muy buen articulo. Gracias!!..
    Queda claro el interes del felon… no contento con perder todos los virreinatos del sur por necedad y regalarlos a Inglaterra; regala tambien (esta vez por escrito) la Florida… en una sola cosa fue coherente: en defender los intereses ajenos a España…

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