Lepanto; «la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros». Miguel de Cervantes. (7 octubre 1571)

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Para todos aquellos que no estén familiarizados con los hitos de la extensa Historia de España les ponemos en conocimiento que en este año 2021 se cumple el 450 aniversario de la memorable Batalla de Lepanto, en concreto el 7 de octubre de 1571 en el Golfo de Patras en la actual Grecia cerca de la ciudad de Lepanto se desarrolló uno de los mayores combates navales de la historia entre las fuerzas otomanas del rey Selim II y las cristianas de la Liga Santa comandadas por Don Juan de Austria, hermano del rey de España Felipe II.

¡Qué podemos decir que no se haya dicho ya de la Batalla de Lepanto!

Podemos intentarlo empezando por recordar a los principales mandos de la flota española.

Como no puede ser menos, tan ilustre lista no puede empezar por otro nombre que no sea el de Don Juan de Austria, pero es obligado acompañarle de una pequeña selección de los heroicos nombres que le siguieron en tal empresa:

Don Juan de Austria

Álvaro de Bazán

Juan de Cardona

Luis de Requesens

Gil de Andrade

César Ávalos

.

Al igual que estamos obligados a recordar a todos los estados y aliados participantes:

“…descomponiéndose en 90 galeras, 24 naves 50 fragatas bergantines a sueldo del Rey católico ‘; 12 galeras y seis fragatas del Papa; 106 galeras, seis galeazas, dos naves y 20 fragatas venecianas…”

“Las galeras de España se dividen entre la Escuadra de España, Nápoles, Sicilia, Andrea Doria, Pedro Bautista Lomelin, Juan Ambrosio Negrón, Jorge Grimaldi, Estéfano de Mari, Bendinello Sauli, Malta, Génova y Savoya

[Fernández Duro, Cesáreo. Historia de la Armada Española desde la Unión de los Reinos de Castilla y de Aragón]

Aunque también como contrapeso a tanto heroísmo tomamos nota de destacadas ausencias que antepusieron sus propios intereses a la defensa de Europa y la cristiandad:

Francia que por sus constantes guerras con España estuvieron más interesados en buscar la debilidad de España llegando a ofrecer el puerto de Tolón como base de la flota otomana en el Mediterráneo.

Portugal por su enfrentamiento con la Serenísima República de Venecia ya que esta segunda en el Mediterráneo se enfrentaba con el imperio otomano, pero en el Índico apoyaba los ataques de los piratas mahometanos a los navíos portugueses que abrían nuevas rutas comerciales.

Todos sabemos el enorme valor que tuvo la victoria de las fuerzas de la cristiandad sobre las fuerzas musulmanas, tan importante como para ser elevada a la categoría de ‘cruzada’ por parte del Papa San Pío V.

Pero centrémonos en España y los importantes motivos para embarcarse en tan arriesgada aventura bélica.

Felipe II

Destaquemos el motivo religioso ya que es conocido por todos la elevada religiosidad de nuestro rey Felipe II que le llevó a defender el catolicismo sin frenarle ni los desmesurados gastos ni los elevados riesgos que suponía el enfrentamiento con los musulmanes, al igual que también lo hizo con las herejías que crecían en Europa poniendo en peligro a la Iglesia y a los intereses de los Austrias en el continente, nos referimos claro está a luteranos, calvinistas y anglicanos, herejías que desgarraron Europa durante años.

Tratados someramente los puntos anteriores ahora ya podemos centrarnos en los intereses de seguridad y expansión que a Felipe II le hizo participar en tan elevada apuesta.

¡Empecemos por la seguridad de España!

Para entenderlo hay que remontarse muchos años antes del nacimiento del monarca Felipe II repasando una serie de hechos históricos que fueron marcando la memoria de los españoles desde los años de los Reyes Católicos.

Sitio de Otranto de 1480 por parte de los otomanos frente a la guarnición aragonesa que lo defendió bravamente.

Derrota del Reino Nazarí de 1492 que puso fin a largos siglos de Reconquista cristiana de España.

Revuelta morisca de las Alpujarras desde 1499 a 1501.

Revuelta de los moriscos de Valencia de 1525.

Primera Liga Santa con la derrota cristiana en la Batalla de Préveza de 1538.

Derrota española en ‘el Desastre de los Gelves’ en 1560, frenó la presencia de España en el norte de África.

Victoria española en ‘el Peñol de Vélez de la Gomera’ de 1564, foco de la piratería berberisca.

Gran Sitio de Malta de 1565, con la derrota otomana se frenó el avance musulmán por el Mediterráneo.

Guerra de las Alpujarras desde 1568 hasta 1570, contra un ejército de 20.000 moriscos comandados por Abén Omeya y Farax Aben Farax, la derrota puso fin a la muy probable reconquista musulmana de la Península Ibérica por parte de los moriscos con el apoyo de Argel.

Conquista otomana de Chipre de 1570, motivo principal de la creación de la segunda Liga Santa

Al igual que el Sitio de Otranto causó un fuerte impacto en los Reyes Católicos la Guerra de las Alpujarras marcó para siempre el espíritu del monarca español Felipe II.

La Batalla de Lepanto no provocó ni mucho menos la derrota definitiva del Imperio Otomano ya que en apenas un año había recuperado el número de barcos perdidos, no siendo tan fácil recuperar el elevado número de marinos y mandos experimentados que fallecieron en el enfrentamiento, pero sí supuso estabilizar el frente mediterráneo equilibrando las posiciones de musulmanes y cristianos.

¡Por último hablemos de expansión!

Equilibrar el frente mediterráneo supuso importantes beneficios para España, su población e intereses.

La economía y población del levante español pudo desarrollarse después de años sufriendo los ataques de la piratería berberisca.

Pero mucho más importante fue facilitar la proyección de los intereses y recursos españoles en primer lugar hacia América y desde allí por el Pacífico hasta Asia, extendiéndose por lo que se conocería como el Lago Español gracias al control absoluto mantenido durante años.

Por lo ya expuesto la victoria en la Batalla de Lepanto fue el fin de un ciclo de victorias y expansión musulmana por el Mediterráneo, pero mucho más importante fue que permitiese el inicio de años de expansión española por el resto del Mundo.

Llegados a este punto es oportuno recordar que la definitiva expulsión de los moriscos de España no se produciría hasta el reinado de Felipe III que ordenó su destierro tras conocer los nuevos planes de levantamientos de estos en esta ocasión con el apoyo del Rey de Francia.

Sin alcanzarse la paz definitiva hasta la firma del Tratado de Aranjuez, reinando ya Carlos III, con el sultán Mohammed III de Marruecos en 1780 y con el Dey de Argel en 1785.

¡Casi 300 años después del ya entonces muy lejano 1492!

Santuario de Nª Sª de la Victoria

Esperando que les haya sido de su interés el artículo, no podemos dejar de mencionar que gracias a Don Luis de Requesens, lugarteniente de Don Juan de Austria, Comendador de Castilla que mantenía su residencia en la población de Villarejo de Salvanés, cercana a la capital de Madrid, podemos disfrutar en dicha localidad del Santuario de Nuestra Señora de la Victoria donde en su altar mayor se encuentra la imagen de la Virgen de la Victoria de Lepanto, o Virgen del Rosario, por cuya conmemoración el Papa Francisco ha concedido el Año Jubilar Mariano al presente 2021.

Vicente Medina

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