Muere Lucas Vázquez de Ayllon (18 de octubre de 1526)

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Lucas Vázquez de Ayllon fue un hombre de letras metido a conquistador y puede que ambos oficios no sean compatibles. Nacido en Toledo, alrededor del 1478, en el seno de una rica familia de mozárabes, su padre era regidor de la ciudad, o sea, un entorno favorable para medrar sin hacer grandes esfuerzos. Pero parece que a Lucas no le iba la vida muelle.

Poco sabemos de su vida en la Península y tan solo 28 años después de su nacimiento nos enteramos que estaba en La Española en el apetecible cargo de alcalde mayor de Concepción de la Vega. Su labor consistía en prestar ayuda en la administración de justicia al licenciado Alonso Maldonado, en aquellos momentos alcalde mayor de Santo Domingo.

Aquí inicia una fecunda etapa de su vida, y por fecunda entendemos una capacidad asombrosa de medrar y acumular capital.  Cuando llegó, el gobernador de la isla era Nicolás de Ovando, que había creado el sistema de las encomiendas. A Ayllon le tocó una encomienda de 400 indígenas y además se casó en segundas nupcias con Ana Becerra, hija del licenciado Juan Becerra, que tenía intereses en minas, explotaciones agrícolas y encima era regidor de la villa de Santiago. O sea que había mejorado notablemente su posición económica y política.

En 1510, tuvo que regresar a España para pasar el juicio de residencia. El juicio de residencia era un procedimiento judicial, derivado del derecho castellano, pero que se adaptó rápidamente al nuevo mundo.  Se trataba de evaluar las acciones hechas por el examinado en el curso de su gestión. En el derecho castellano, el examinado no podía abandonar la localidad hasta finalizado el juicio, pero en los primeros tiempos de la conquista americana, y por falta evidente de medios humanos, se exigía que el juicio se realizara en la Península. El juicio le debió ir bien, porque en 1512 estaba de vuelta a La Española con el cargo de juez de apelación en lo que sería la primera Audiencia del Nuevo Mundo.

A partir de aquel momento, Ayllon fue uno de los impulsores de las tareas de exploración. Hasta entonces, todo estaba en manos de avezados marinos, que eran los conocedores de las técnicas y procedimientos para poder cruzar el Atlántico. A partir de este momento, eran soldados o simplemente financieros, que contrataban los servicios de los marinos. El problema en este momento no era tanto cruzar grandes extensiones de los mares, como mantenerse en tierra una vez se hubiese alcanzado un objetivo.

En 1519 se vio envuelto en el conflicto entre Hernán Cortés y Diego Velázquez, teniente gobernador de Cuba, que disputaba a Cortés los derechos de conquista del imperio mezquita. Comisionado por la Audiencia de Santo Domingo, para mediar en el conflicto, acabó preso por Narváez y embarcado hacia Cuba. Ahí demostró sus dotes de político, o al menos de intrigante, ya que consiguió convencer a la tripulación que debían liberarlo. El caso es que consiguió llegar a Santo Domingo y desde ahí escribió a la Corte española y como finalmente quien venció en el conflicto fue Cortés, esto le permitió que su fama se acrecentara.

Los logros de Hernán Cortés le impresionaron vivamente y a partir de entonces se dedicó a organizar y financiar, empresas que al final acabaron con su vida.

Vayamos por partes.

El primer viaje organizado por él, en 1520, estaba compuesto por una única carabela, al mando de Francisco Gordillo. Recordamos que Ayllon no era ni soldado ni marino y ni se le ocurrió participar físicamente en la aventura. Era tan solo el financiero. La empresa digamos que fue regular, ya que la nave se encontró por casualidad con otra dirigida por Pedro de Quexos y la historia fue bien, pues en lugar de pelearse para saber quien tenía los derechos de exploración, sabiamente unieron esfuerzos y exploraron hasta latitud de 33º y volvieron con muchos indígenas con la intención de enseñarles la lengua castellana para que después sirvieran de intérpretes. El problema para Ayllon fue que durante el viaje de retorno, su carabela naufragó, pero sus dotes políticas le permitieron conseguir de todas formas parte de los indígenas y toda la información.

Ayllon no pierde tiempo y en 1521 se embarca hacia España para poder obtener capitulaciones con el doble objetivo de explorar la costa Atlántica americana, intentar averiguar si había algún paso de comunicación entre el Pacifico y el Atlántico y fundar un asentamiento permanente.

Conseguidos todos sus objetivos y permisos reales, en 1525, financió dos carabelas al mando de Pedro de Quexos, con el único objetivo de explorar la costa atlántica. La empresa fue todo un éxito. Primero fueron hasta el lugar alcanzado en la anterior exploración. Esta vez no solo desembarcaron, sino que también exploraron un poco hacia el interior. Entablaron contactos amistosos con los indígenas y embarcaron algunos de ellos para hacerlos servir de intérpretes. Después se lanzaron hacia el norte, llegando hasta Nueva Escocia (Canadá), para después volver sin novedad.Se había demostrado que no existía ningún paso entre ambos océanos hasta la latitud 45º y se había encontrado un lugar aparentemente favorable para fundar una colonia estable. Inmediatamente envió toda la información a la Corte de Carlos I e inició los preparativos de una empresa de colonización en toda regla. Más de 600 personas debían formar la expedición, con esclavos negros africanos que debían ser utilizados para ayudar en las tareas agrícolas, ya que se sabía de la debilidad y fácil contagio de enfermedades europeas de los indígenas americanos. Pero empezaron los problemas.

Cuando iba a zarpar, su antiguo socio, Juan Ortiz Matienzo, le puso un pleito, alegando que los descubrimientos le pertenecían, ya que fue su nave la que llegó de vuelta y no la de Ayllon. El fallo le fue favorable, pero retrasó la salida, provocando que la estación ya no fuera propicia para iniciar labores agrícolas.

Nada más llegar al emplazamiento elegido, en la actual Greet Peedee, en el estado de Carolina del Sur, la nave capitana naufragó y se perdieron la mayor parte de las provisiones previstas para el primer año de vida del establecimiento. Además sufrieron un ataque por parte de los indígenas que les causaron más de 20 muertos. Esto llevó a Ayllon a tomar la decisión de cambiar de ubicación el asentamiento y se trasladó un poco más al norte, en la bahía de Onslow.

Tampoco ahí la situación mejoró. La zona era rica en pesca, pero no suficiente como para alimentar a 500 personas. El invierno llegó y carecían de ropa de abrigo apropiada. Tampoco encontraron en la comarca, ninguna nación indígena que se prestara a cambiar artículos europeos por comida. Probablemente, bastantes problemas tenían los locales para sobrevivir como para donar alimentos a los recién llegados a cambio de baratijas.

Ayllon, no era ni un militar, ni marino, ni hombre de acción y no supo organizar un grupo que podía haber sobrevivido con una guía centralizada con ideas claras. Las disensiones entre los participantes empezaron a surgir y Ayllon cayó enfermo. Justo el día de su onomástica, el 18 de octubre de 1526, falleció. Los supervivientes decidieron abandonar el asentamiento y volvieron con el cuerpo del oidor amortajado, pero nuevas penurias durante el regreso y probablemente la descomposición del cadáver obligó a arrojarlo al mar.

Así acabó uno de los primeros intentos europeos de establecer un asentamiento en lo que posteriormente seria Estados Unidos. No fue hasta 1565 que Pedro Menéndez de Avilés, fundó San Agustín en Florida y que todavía existe hoy y en Jamestown, lugar cercano a donde Ayllon pretendió instalarse, no fue hasta 1584 que los ingleses, después de varios fracasos consiguieron fundar una ciudad de forma estable.

Las informaciones que recogieron sus expediciones, fueron utilizadas por varios navegantes y cartógrafos. En el mapa de Diego Ribero, realizado en 1529, se muestra la costa Atlántica, con la denominación de Tierra de Ayllon.

Si el tentativo de Ayllon hubiera tenido éxito, probablemente la presencia española en la costa este de los actuales Estados Unidos hubiera sido mucho más numerosa cuando los ingleses empezaron a intentar establecerse en la región. Difícilmente hubieran podido establecer colonias en aquellos parajes y la historia hubiera sido distinta.

Manuel de Francisco Fabre

Lucas Vázquez de Ayllón | Real Academia de la Historia (rah.es)

Lucas Vázquez de Ayllón – Wikipedia, la enciclopedia libre

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